Contar con recursos humanos que tengan la facultad de recuperarse y afrontar nuevos desafíos es el norte de todo gestor de personas en una organización. Las personas capaces de sobreponerse a las adversidades y obtener actuaciones sobresalientes son las que permiten alcanzar resultados y fomentar buenos ejemplos en los equipos de trabajo.
Esta actitud para reponerse a las adversidades, es lo que se conoce como resiliencia. Originalmente del mundo de la metalúrgia, el termino fue rápidamente tomado por los cientistas sociales para explicar el fenómeno de la auto recuperación que poseemos los seres humanos. Técnicamente, podría definirse como la capacidad de cada persona de reaccionar y recuperarse ante situaciones dificultosas. Implica la interacción de diferentes cualidades que posibilitan una reconstrucción exitosa de la personalidad, al lograr adaptarse positivamente a situaciones de riesgo o adversidad.
Una persona con capacidades resilientes no se deja invadir por la angustia al vivir una situación estresante, cuenta con fuerte poder de adaptabilidad a las situaciones de cambio, transmite optimismo en su actuar, mantiene altos niveles de productividad y puede apartarse fácilmente a situaciones disruptivas que se le presenten en su vida personal y laboral
La resiliencia es dinámica y se retroalimenta, a la vez que puede ser tomada como ejemplo por los miembros de un grupo próximo a la persona que la aplica. Son innumerables los aportes que el fomento de actitudes resilientes puede traer a la empresa, en tanto y en cuanto que una mejor sociología organizacional es una pieza clave para la obtención compartida de los logros de negocio.
Alguna claves para tomar en cuenta, por los responsables de recursos humanos, al momento de establecer estrategias que fomenten actitudes resilientes por parte de los empleados son:
1.- Promover los procesos creativos. Esto ayudará a encontrar soluciones alternativas a problemas cotidianos. Generar talleres, capacitaciones u otro tipo de técnicas de desarrollo de la creatividad será altamente valorado.
2.- Potenciar el auto estima de los individuos. Si bien se trata de un ámbito personal, puede ser fuertemente reforzado en la realidad empresarial. El concurso positivo de un jefe, una felicitación por una tarea bien realizada, el acompañamiento de la empresa ante un logro personal; son claros ejemplos de esta línea de trabajo.
3.- Favorecer el fortalecimiento de los vínculos afectivos y las redes sociales. Respetar los ámbitos afectivos – familiares, a la vez que se fomenten espacios sociales positivos dentro de la organización.
4.- Cuidar la autonomía de la persona y ayudarlas a alcanzar sus propósitos personales. Ayudar a alcanzar los propósitos personales de los individuos, siempre en la medida de lo posible, fortalecerá la personalidad de los empleados y ayudará a generar procesos de auto recuperación.
En el espacio actual, donde se produce una constante mutación de los escenarios de trabajo, es importante contar con empleados con una fuerte carga afectiva y emocional que ayuden a la organización a llevar adelante el desafío de ser exitosas. En este camino, el aporte de los profesionales en recursos humanos será fundamental.
