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Fuerte caída en supermercados bonaerenses

Nuevos datos, esta vez oficiales, confirman que desde comienzos de año hay una fuerte baja de las ventas de comercios, supermercados y restaurantes en la Ciudad de Buenos Aires.

Los rubros más afectados son electrodomésticos y alimentos, tanto en supermercados como en comidas rápidas y restaurantes. Los datos, que corresponden al primer trimestre de este año, son de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires a partir de las declaraciones juradas del impuesto sobre los Ingresos Brutos presentadas por las empresas. A diferencia de una encuesta, que se basa en una muestra de productos, estas cifras representan las ventas efectivas de los comercios.

Por rubros, la mayor caída con el 14,3% corresponde a la “línea blanca en comercios especializados”. Le siguen los restaurantes, con un descenso del 12%. En tanto, los negocios de comidas rápidas (“fasto food”) registraron una baja del 6,8%, con relación al primer trimestre de 2013.

Las ventas de alimentos en los supermercados cayeron el 5,4%, mientras subió 2,8% la facturación del resto de los artículos que venden los supermercados. Estos datos confirman la disminución de las ventas que informó el comercio minorista a través de CAME que viene marcando desde comienzos del año una baja creciente de las ventas. En promedio, en el semestre la caída fue del 7% con un pico de -8,8% el mes pasado. CAME atribuye la baja de las ventas a la disminución de los ingresos reales de la población y al encarecimiento del crédito.

Todos estos números apuntalan las estadísticas, incluso oficiales, que reconocen que desde fines de 2013 la economía está en recesión. La construcción y la industria son los sectores más golpeados, sobre todo en el rubro automotor y metalmecánico y en el transporte. También hay una fuerte baja en los niveles de inversión y del consumo privado, con menos empleo.

Este contexto recesivo convive con una inflación alta que para el primer semestre de este año va desde un casi 15% que se estima arrojará la medición del INDEC hasta el 21,8% de la desplazada directora de ese organismo, Graciela Bevacqua. En el semestre, la suba de los precios fue liderada por los gastos de transporte y comunicaciones (+ 30,7%) según el Estudio Bein) y de vivienda (+ 21,4%), por el incremento de las tarifas de agua y gas. Esto afectó directamente el consumo de las familias.

Según Bevacqua, a junio, la inflación interanual fue del 38,5% y “de mantenerse los mismos niveles observados en el segundo trimestre, el año finalizaría con un índice cercano al 41%”. Estas cifras superan por lejos los aumentos salariales acordadas en las paritarias, y ni qué decir el aumento semestral de las jubilaciones del 11,31%, entre 6 y 11 puntos por debajo de las mediciones de las consultoras.

A eso se agregó que se redujeron las horas trabajadas y prosiguieron las suspensiones en la industria automotriz achicando el ingreso de las familias. Tampoco ayudó la contracción de los créditos y las tensiones económicas y financieras por el fallo adverso de la Corte Suprema de EE.UU.

Así las cosas, el “ajuste ortodoxo” iniciado por el ministro Axel Kicillof a fines de 2013 ha redundado en una caída del poder adquisitivo de la población que se tradujo en una fuerte baja del consumo.

Y julio comenzó con nuevos aumentos de precios (colectivos, naftas, Precios Cuidados) que profundizarán la caída de las ventas.