Al parecer uno de los determinantes de la singular aceleración del transporte de carga en los últimos meses de 2007 fue el impulso de las exportaciones de cereales y manufacturas agropecuarias, por el doble efecto de las excepcionales cosechas y el anticipo de operaciones antes el anuncio adelantado de la suba de las retenciones a partir de la segunda semana de noviembre.
Pero también influyó en semejante impulso del tráfico, tras un primer semestre en el que se expandía a tasas de un dígito interanual, la aceleración de las importaciones de todo tipo de bienes, desde combustibles y bienes de capital, hasta bienes de uso intermedio en el proceso productivo y artículos de consumo final.
En esto último gravitó tanto el efecto del crecimiento generalizado de la economía, como la mejora del poder adquisitivo de una parte de la población en términos de dólares, por efecto de la virtual estabilidad del tipo de cambio.
Asimismo, y no menos importante, contribuyó a que se registrara dicho salto del transporte de carga la dinámica del consumo interno, que de acuerdo con datos de ventas en shopping y supermercados, como en el comercio tradicional de barrio, según los datos de la CAME, alcanzó niveles récord.
Perspectivas de otro buen año
Los datos surgen del último informe del INDEC sobre el consumo de servicios públicos, el cual, como es habitual, no está acompañado sobre cuáles son las expectativas de las empresas oferentes para los próximos meses.
No obstante, de acuerdo con las previsiones de las empresas del sector manufacturero y de la construcción, junto al buen año para los productores agrícolas, se espera que el transporte de carga mantenga altas tasas de crecimiento interanual.
Esto a su vez, se proyecta, redundará en un buen año para la industria terminal automotriz orientada al mercado de utilitarios de carga, tanto livianos como más aún de pesados.
