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Habitación juvenil, un mundo propio

El cuarto de un adolescente, es mucho más que la decoración. Es un símbolo de la evolución de la identidad del joven y de alguna manera refleja el comienzo de su desarrollo hacia la adultez.

Llegados los 10 años los niños entran en una etapa preadolescente en la que necesitan distanciarse de los padres. Empiezan a ser muy concretos con aquellas cosas que les gustan y definitivamente quieren decidir sobre aquello que está o no dentro de su habitación.

Allí colocarán elementos que los identifican, y que hablen por sí solos de sus gustos y aficiones personales. La tarea de los padres es acompañarlos sin imponer su voluntad, solamente para contribuir a que la estética sea práctica.

En esta etapa, desaparecerán los detalles infantiles, los dibujos y las imágenes o muñecos y vendrán con ellos, los DVDs, CDs, libros, y juegos de la computadora. Seguramente, las paredes se llenarán de leyendas de sus grupos musicales y deportistas favoritos. También es probable que ellos quieran realizar su propia distribución dentro del cuarto comenzando por eliminar la zona de juegos. Un sofá o una butaca van perfectos en el rincón que elijan para realizar sus trabajos, donde podrán incluir la computadora y sus accesorios. Las consolas de juegos son un tema especial, particularmente en el cuarto de los varones. Estos equipos requieren, además de un espacio donde estar ubicados, una conexión con la televisión que implica el diseño de un mueble apropiado que no deje cables a la vista, no sólo por una cuestión de estética sino también por seguridad. Las nuevas consolas de juegos virtuales como la Wii demandan espacios determinados para jugar, entonces es imperativo atender el diseño del mobiliario para que se adecue a esta nueva necesidad.
La tendencia actual en adolescentes destaca muebles de líneas netas en general. Hay mucho juego con el color: predominan las líneas modernas con colores saturados. Para las adolescentes se aplica mucho el blanco con colores pasteles para las más románticas y el blanco con colores vibrantes para las más “pop”. Para los varones predomina el blanco con colores fuertes, los lustres con tonos fuertes o los lustres con elementos tecnológicos.

Es importante pensar los dormitorios adolescentes como “pequeños mundos privados” para que no sólo sean un lugar para dormir sino que les permita invitar amigos, estudiar, escuchar música o mirar tevé en un espacio que sea exclusivamente de ellos.

Hay que buscar la iluminación adecuada. Un cuarto adolescente debe considerar luz de lectura y también alguna opción para momentos de relax.

Un punto fundamental: ser previsor en cuanto al orden. Elegir estanterías o cajas (hoy el mercado ofrece una amplia variedad) que estén al alcance de la mano y sean prácticas para mantener la organización del ambiente. Existen diseños adecuados que se adaptan a diferentes utilidades como los muebles en módulos, que se pueden ir armando según proponga cada rincón.

En el comienzo de la adolescencia la habitación para los niños es su propio refugio privado, un santuario interior, un anclaje, un lugar en donde se sienten protegidos y viven su proceso de intimidad.

Por lo tanto, el lugar en el que suelen pasar muchas horas allí dentro debe ser luminoso y confortable, ya que en el cuarto dormirán, jugarán y compartirán tiempo con sus amigos, escucharán música y realizarán las tareas escolares.

Como es su propio mundo es importante consensuar la decoración y permitirles que ellos decidan, para que puedan sentirse a gusto y disfruten de su pequeño mundo.