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“Hacer cosas simples extraordinariamente bien”

La compañía Faber-Castell, fundada en 1761, 18 años antes de la Revolución Francesa, celebró el viernes 2 de septiembre en Buenos Aires los dos importantes aniversarios. Faber-Castell está presente en nuestro país desde hace exactamente 50 años, es decir, a partir de su propio bicentenario.

Faber-Castell, el más prestigioso y reconocido fabricante de lápices de grafito y color, una amplia selección de elementos de escritura, productos de alta gama para artistas y “Premium” para coleccionistas, es una de las empresas más antiguas del mundo. Actualmente, la preside el Conde Anton Wolfgang von Faber-Castell, descendiente directo del ebanista Kaspar Faber, quien la fundara en la pequeña ciudad de Stein, en las afueras de Nuremberg. Así, esta prestigiosa empresa sigue en manos de la misma familia ya por ocho generaciones.

Las celebraciones a nivel mundial comenzaron el 8 de julio último en el Centro de Congresos de Nuremberg, donde contaron con la presencia de 5 mil invitados de Alemania, Europa y de todo el mundo. Entre otros oradores, se refirieron al acontecimiento el Dr. Günther Beckstein, ex Primer Ministro de Bavaria y el alcalde de Nuremberg, Dr. Ulrich Maly. También se hizo presente, a través de un mensaje video transmitido, la Canciller alemana, Dra. Ángela Merkel, quien hizo llegar sus buenos deseos a los directivos de la empresa y a todo su personal en ocasión de tan importante hito que no registra antecedentes en el mundo.

Esa misma noche tuvo lugar una multitudinaria fiesta al aire libre en el parque del castillo Faber-Castell, contiguo a la fábrica original que -tras sucesivas ampliaciones- sigue en activo funcionamiento. Los festejos incluyeron un llamativo espectáculo de luz y sonido proyectado sobre las paredes del castillo en el que se destacaron las tradicionales siluetas de los dos caballeros en justa que constituyen el iso-logotipo de Faber-Castell y culminaron con una impactante secuencia de fuegos artificiales en la noche de Stein.

El Conde Anton Wolfgang von Faber-Castell viajó especialmente a América del Sur para presidir ceremonias alusivas, no sólo en Buenos Aires, sino también en Santiago de Chile, Lima, Bogotá y Sao Paulo.

Faber-Castell emplea hoy a más de 7 mil personas en todo el mundo, cuenta con 14 fábricas en 10 países, 23 empresas comerciales en otros tantos y agentes de ventas en más de 120. Faber-Castell fue la primera empresa que se recuerde en el mundo por haber impuesto su propia marca a su producto, para destacar su calidad y proteger su autenticidad.

Los números hablan a las claras de la magnitud de esta tradicional empresa familiar. Sólo en una de sus fábricas – ubicada en la ciudad brasileña de Sao Carlos – produce la impactante cantidad de más de 2 mil millones de lápices de grafito y color por año.

Los festejos organizados en Buenos Aires incluyeron una reunión dedicada al periodismo argentino en el histórico Palacio Sans Souci, en la localidad de Victoria, Provincia de Buenos Aires. En ese contexto, los asistentes pudieron recorrer una exposición itinerante alusiva, apreciar una exhibición de productos de alta gama, asistir a la proyección de un impactante “multivisión show”-idéntico al que se proyectó en Nuremberg- y compartir un “brunch” con el Conde y los directivos locales de la filial argentina.

El Conde von Faber-Castell, actual CEO de la empresa, pronunció breves palabras de bienvenida. Entre otros conceptos, recordó una máxima acuñada por su tatarabuelo quien resumió el quehacer de la empresa familiar como “hacer cosas simples extraordinariamente bien”. Concluyó afirmando que “lo importante es la actitud que pasa de una generación a la otra: verse a sí mismo como un eslabón en una cadena, poniendo la supervivencia de la empresa a largo plazo antes de excesivos objetivos de crecimiento…”

En una historia tan prolongada y rica como la de esta empresa señera parecería no estar de más parafrasear las palabras de Carlos Gardel y afirmar que “250 años no es nada”…

El Gerente General de Faber-Castell Argentina, Jorge Duarte, se refirió a los 50 primeros años de la empresa en el país y dijo que “trabajar en una empresa con historia es -de alguna manera- ser parte de la historia e integrar una gran tradición.”