La consultora Ecolatina estimó en su infortme de esta semana que la inflación acumulada en el primer cuatrimestre del año fue del 5,5 por ciento, casi el doble de la medición hecha por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en ese período.
Para mayo, la consultora indicó que si bien se espera que la cifra oficial se ubique en torno de 0,6 por ciento, “el aumento real de los precios (minoristas) no sería inferior a 1 por ciento”.
Ecolatina señaló además que la medición del costo de vida a nivel nacional “muestra una marcada dispersión geográfica: mientras los precios en el Gran Buenos Aires acumulan un crecimiento de 3 por ciento en lo que va del año, en el interior del país asciende a 4,9 por ciento”.
Según el informe de la consultora -fundada por ex ministro de Economía Roberto Lavagna- “la aceleración inflacionaria, desde principios de año, responde fundamentalmente al incremento de precios en alimentos y bebidas. Estos explican poco más de la mitad de la inflación real”.
“A futuro el panorama no es alentador, pues seguirá sostenida la demanda tanto interna como externa, en un contexto de escaso margen de crecimiento en la oferta”, advirtió. En ese sentido, el documento puntualizó que “el flojo dinamismo de la industria de alimentos se explica por los problemas existentes en algunos sectores primarios. La situación es crítica particularmente en el sector bovino, verduras y en menor medida el sector lácteo”, añadió.
Ecolatina consideró también que la expansión de la frontera agrícola auspiciada por el gobierno, si bien ha beneficiado fundamentalmente a la producción de soja, “ha desplazado a tierras menos fértiles la producción pecuaria, relegando este tipo de actividades”. Además, recordó que durante 2006 “dos medidas golpearon a los productores vacunos: primero el cierre de las exportaciones y posteriormente la fijación de precios máximos en el Mercado de Liniers. Ambas políticas redujeron la rentabilidad de la producción bovina”. La consultora sostuvo que a raíz de estas decisiones hoy el campo “exhibe realidades muy disímiles que requieren políticas acordes y definiciones estratégicas de largo plazo”.
Asimismo, “la brecha entre los precios internos y los externos es una realidad y debería preservarse porque es socialmente necesaria y permite, además, sostener una fuente de competitividad-precio. Sin embargo, esta necesidad debe ser compatible con una oferta abundante y sostenible”, concluyó el informe.
