Analizando la historia de Internet y los años que influyó en nuestras vidas, es un período relativamente corto si lo comparamos con la historia de la humanidad. Revisando algunos hitos, en 1973 Arpanet, la red experimental y académica antecesora de Internet, hizo su primera conexión internacional. Sin embargo, tuvieron que pasar alrededor de 10 años hasta que surgió Internet como red de comunicaciones basadas en el protocolo TCP IP tal como opera actualmente.
Si lo miramos desde la óptica de los servicios comerciales, recién a fines de los 80 comienzan a aparecer los proveedores de servicios de comunicación de Internet. En 1994 nace el portal de comercio electrónico de AMAZON y el buscador de Google 4 años más tarde. Los primeros indicios de redes sociales aparecen en la década del 2000: Wikipedia, en 2001, Facebook, en 2004 y Twitter, en 2006. Hoy hay ya más dispositivos conectados que cantidad de habitantes en la Tierra y sólo han pasado unos 40 años.
¿Qué nos espera mañana? ¿Cómo será la Internet del futuro? ¿Qué otros cambios generará en nuestras vidas? Son respuestas difíciles de responder, pero si se cree que ya no hay nada sorprendente, aparece un dato esencial: sólo el 1% de las cosas está conectado a Internet, o sea, hay todavía un 99% que aún falta para ser conectado.
¿Qué pasará entonces cuando más cosas se conecten, cuando las personas no solamente nos conectemos con un teléfono o con una computadora, sino que sensores de telemedicina que muestren signos vitales de nuestro cuerpo también estén mandando información a la red? ¿Qué sucederá cuando mayor cantidad de información provista por más cosas y personas se interrelacionen entre sí y decisiones más rápidas e inteligentes puedan ser tomadas en tiempo real?
¿Podrán los hospitales y médicos mejorar la calidad de atención basado en sensores de telemedicina que tengan las personas y consultas en tiempo real en la historia clínica de los pacientes puedan generar alertas para que médicos especialistas puedan detectar la aparición de nuevos virus?
¿Podrán los autos comunicarse entre sí y evitar accidentes? ¿O en función del tráfico, hacer que la sincronización de semáforos y carteles en las calles modifiquen el flujo del tránsito?
¿Será simplemente una película de ciencia ficción? ¿Cuán lejos estaremos de una nueva Internet? Es la Internet de Todo(Internet of Everithing- IoE) en donde personas, cosas, datos y procesos se conecten entre sí y afecten las decisiones que sirvan para mejorar ya sea la calidad de vida, la atención ciudadana, la seguridad, la salud o el comportamiento de las empresas.
Aunque parezca poco probable, ya hay pruebas experimentales que demuestran que la era del Internet de Todo ya ha comenzado. Los fabricantes de autos junto a empresas como Cisco están desarrollando nuevas formas para comunicar los automóviles y no solamente con los fines de mejorar su funcionamiento y monitoreo de sus sistemas internos, sino también pensando que en un futuro los mismos autos puedan comunicarse con el mundo exterior y hacer una conducción más segura, más fácil, con menos tránsito y con menor emisión de gases.
¿Y será seguro? ¿Qué pasará con la privacidad de esos datos personales? ¿No habrá riesgos y peligros?
Los riesgos y efectos no deseados son parte de los desafíos que también se deberán resolver. No será posible avanzar a esta nueva fase si los riesgos en la seguridad y confidencialidad de la información como en confiabilidad de los sistemas y su capacidad de respuesta ante posibles fallas sean resueltos tanto por fabricantes y empresas proveedoras de servicios, y su vez organismos de control y gobiernos generen los mecanismo que aseguren que estos cambios no se transformen en amenazas y que podamos así maximizar los beneficios.
Saber cuánto y cómo nos ha afectado Internet en estos 40 años, es difícil de precisar pero si hay algo seguro es que Internet cambio la forma de como trabajamos, jugamos, aprendemos y nos relacionamos con el mundo. Sin embargo, el cambio no se detiene: la era de Internet de Todo está comenzado.
