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Juegos de guerra: un ejercicio de simulación para prever la respuesta de los competidores

Adrian Álvarez

En artículos anteriores en MATERIABIZ, hemos introducido el concepto de inteligencia competitiva y presentado el “método de las cuatro esquinas” para prever las acciones de la competencia a la hora de tomar una decisión estratégica.

Ahora bien, los juegos de guerra constituyen otro método utilizado en las organizaciones a la hora de evaluar el posible impacto de una determinada estrategia sobre la dinámica del mercado.

Básicamente, se trata de un ejercicio de simulación de una situación de negocios donde diferentes equipos representan los principales jugadores del mercado: normalmente, la propia empresa, los competidores clave, un cliente y un referí (también pueden añadirse otros jugadores como agencias de regulación del gobierno).

El ejercicio comienza cuando se plantea una nueva situación de negocios, un nuevo escenario como por ejemplo una nueva estrategia de la competencia o un cambio regulatorio.

Luego, los distintos equipos se reúnen por separado para definir su respuesta y presentan su reacción en una asamblea plenaria.

El equipo referí analiza las estrategias planteadas y extrae las primeras conclusiones.

Normalmente se realizan dos o tres jugadas. Es decir, en base a las reacciones presentadas por los jugadores, se reelabora la propia estrategia las veces que sea necesario.

A la finalización de cada jugada, el equipo referí analiza la situación, se extraen conclusiones en conjunto y abre una nueva etapa de formulación en el nuevo escenario competitivo.

Las variantes del método

Los juegos de guerra pueden tener muchas variantes.

En general, es recomendable utilizar más de un equipo para representar a la propia empresa. Así, pueden probarse varias estrategias al mismo tiempo.

En algunos casos, se agrega un equipo (normalmente compuesto por los individuos más adversos al riesgo) con la función de crear sorpresas (o wild-cards).

Así, es posible evaluar cómo reaccionarían las estrategias de los distintos jugadores ante un brusco cambio desfavorable en el ambiente competitivo.

Las virtudes de los juegos de guerra

La principal virtud del método de los juegos de guerra es su flexibilidad. En efecto, su formato permite tratar prácticamente cualquier tipo de escenarios.

Por otro lado, este método exige la consideración de los puntos de vista de varios jugadores simultáneamente, como ocurre en el mundo de los negocios real.

De esta forma, la compañía obtiene una comprensión importante de las oportunidades y amenazas del mercado a la hora de tomar una decisión.

Finalmente, los juegos de guerra obligan a las empresas a considerar un plan B (o quizá hasta un plan C), algo poco frecuente en la mayoría de las industrias.

Así, el ejercicio incrementa notablemente el conocimiento acerca de los competidores, el mercado y los posibles escenarios futuros.

Los defectos de los juegos de guerra

El principal defecto de los juegos de guerra radica en el tiempo que insume su correcta ejecución.

El juego sí lleva, como máximo, dos o tres días. Sin embargo, la recopilación de información sobre los diferentes jugadores es una tarea de dos o tres meses.

En efecto, para que cada equipo pueda realmente ponerse en los zapatos del jugador que representa, necesita un amplio conocimiento de sus restricciones, capacidades, objetivos y maneras de pensar.

En definitiva, los juegos de guerra son una herramienta fundamental de previsión de las acciones de la competencia y pueden reducir notablemente los riesgos de tomar una decisión equivocada.

Pero, por los altos costos que representa su realización, sólo se los recomienda para decisiones estratégicas cruciales.