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La arquitectura bancaria, de lo institucional al retail

La arquitectura bancaria es uno de los sectores que vive los cambios más vertiginosos, teniendo en cuenta que en Argentina, en promedio, cada tres o cuatro años se modifica la imagen institucional de las sucursales y cada seis a ocho se renueva por completo. “El banco ha dejado de ser un edificio institucional para convertirse en un ámbito de negocios sujeto a las leyes del retail”, asegura el Arq. Claudio Fraga, director de Kraftwelt Argentina junto al Arq. Daniel Stinchi. Esta empresa de servicios de arquitectura para corporaciones, sólo en el último año ha remodelado más de 30 sucursales bancarias en todo el país.

Lejos quedaron los grandes muros y cortinas de hierro, las rejas y sobre todo la distancia con los clientes. Hoy en día, los bancos se vinculan en forma directa con el usuario, y para eso necesitan edificios con lineamientos arquitectónicos de dinamismo y transparencia que responden más a las leyes del retail que a la vieja imagen institucional de poder, estabilidad y seguridad. “Solo por tomar los últimos 15 años, cuando no había ni computadoras, los cambios más fuertes en los bancos se dieron por el nuevo protagonismo de la imagen corporativa, que superó a la idea de que la seguridad y la solidez institucional estaban dadas por grandes estructuras”, explica el arquitecto Claudio Fraga, uno de los titulares de Kraftwelt Argentina junto al arquitecto Daniel Stinchi, quienes trabajan desde hace 25 años para bancos y llevan más de 150 sucursales intervenidas en su carrera.

Esta nueva estrategia comercial hace que los edificios bancarios deban transmitir rapidez y agilidad. “Por esto buscan nuevas imágenes utilizando espacios de planta libre articulados sólo por el equipamiento, lo que permite flexibilidad y fácil adaptación a las nuevas necesidades”, explica Fraga. Los materiales elegidos son los que se vinculan con estos conceptos: el vidrio, el acero inoxidable, pisos de porcelanato y algunos revestimientos metálicos y laminados, que reemplazaron a los mármoles, cielo rasos y molduras de yeso, rejas de hierro.

La gráfica pasó a ocupar un lugar preponderante, intentando siempre comunicar y vender, pues ahora el banco debe atraer a los clientes con promociones, en vez de esperar al usuario que los convoque. Algunas instituciones desarrollan el criterio de banco boutique, con alfombras, madera, lugares cálidos, haciendo foco en la atención personalizada, dividiendo las áreas funcionales según el perfil del usuario y el sector de negocios. En la mayoría de los bancos la iluminación se focaliza, logrando calificar los espacios. Junto a estos hitos, el verdadero cambio es la pérdida del concepto del banco como institución y su acercamiento al mundo del retail -para seducir a los clientes, atraer negocios y captar inversiones-, tendencia que se seguirá expandiendo en el corto plazo.

“Desde nuestra experiencia podemos decir que la imagen de los bancos en Argentina se están renovando cada tres o cuatro años, y cada seis a ocho se cambia por completo, sin tener en cuenta que es un mercado sujeto a fusiones y adquisiciones permanentes, que sigue lineamientos de sus casas matrices internacionales”, define el arquitecto.

“El cliente no va más al banco a pagar cuentas, eso lo hace online, va para analizar inversiones”, explica Fraga. Este cambio en la utilidad de los bancos influye especialmente en su dimensión, pues se elige construir más sucursales en superficies más chicas, priorizando la banca tecnológica en el frente, las áreas de transacciones en el centro y, al fondo, un máximo de cuatro cajas.

“En las ciudades pequeñas este cambio se nota con más fuerza, porque las sucursales pasan a ser un símbolo de progreso y modernidad que compite con marcas locales”, explica Fraga. En la ciudad de Olavarría, Kraftwelt recicló la antigua casa de familia del médico más prestigioso que tuvo esa ciudad a principios del siglo XX para transformarla en un banco Credicoop. “Para conservar el espíritu de la vivienda mantuvimos la fachada original, de un importante valor estético, incorporándole elementos de la imagen del banco, pero siempre priorizando la potencia formal y funcional de la antigua vivienda. Esto fue muy bien visto por los habitantes del lugar para quienes el edificio nunca dejó de ser la casa del doctor, aunque hoy en ese lugar renueven sus plazos fijos y paguen sus impuestos”, explica el arquitecto.

“Se continuarán minimizando las operaciones por ventanilla y se priorizará la venta de productos o servicios, por lo que las áreas internas del banco reducirán cada vez mas los aspectos físicos de seguridad, como rejas o cortinas metálicas, y los reemplazarán por nuevos elementos tecnológicos, además de las cámaras, alarmas y vidrios de seguridad”, explica Fraga. En este nuevo esquema, la imagen del banco aparecerá atomizada en sucursales más chicas o directamente marcará presencia a partir de cajeros automáticos. “La presencia del banco se expresará físicamente de maneras diversas, desde un sector Premium en los aeropuertos, como ya tiene el HSBC a lo largo del mundo donde sus clientes pueden esperar placenteramente sus aviones, con catering, acceso libre a Internet, terminales de autoconsulta bancaria y distintas pantallas que muestran en que situación están sus vuelos”, concluye el arquitecto. Para los titulares de Kraftwelt Argentina esta tendencia de la arquitectura bancaria a emplear más tecnología en menos superficie, haciendo hincapié en la renovación de la imagen, recién ha comenzado.

Kraftwelt Argentina trabaja y/o trabajó para los bancos Deutsche Bank, Bank Of America, First National Bank of Chicago, Royal Bank of Canada, HSBC, Citibank, Banco Credicoop, Banco Macro, Banco Piano, Banex / Superville, Standard Bank, Banco Ciudad, Scotiabank, Banco de Boston.