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La avalancha que no fue y no será: por freno del consumo se desploman las importaciones

El Gobierno nacional se preparó para evitar los efectos de una menor actividad industrial debido a la crisis internacional básicamente a través de tres vías.

Por un lado, incentivando el mercado interno, con líneas de crédito destinados a la compra de electrodomésticos y autos 0 Km.

A esto se sumó un férreo control del mercado laboral para evitar una avalancha de despidos ante la caída de la producción.

Por último, lanzó una vasta batería de herramientas para proteger la producción nacional, mediante licencias no automáticas, acortamiento de plazos para aplicación de medidas antidumping y “listas sábana” de valores criterio.

El argumento oficial y de los propios empresarios era simple y razonable: por la desaceleración de la economía a nivel global, la contracción del comercio y la baja del consumo en los países desarrollados, los productos asiáticos vagarían en contenedores por los puertos del mundo a precio de ganga, convirtiéndose en la estocada final para la industria argentina.

Sin embargo, las previsiones apocalípticas estuvieron muy lejos de cumplirse: según datos oficiales a los que tuvo acceso iProfesional.com y que hará públicos el INDEC dentro de ocho días en el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA), el mes pasado las importaciones totalizaron una magra cifra de u$s3.420 M.

Esta cifra es clave por tres motivos:

* Implica un desplome del 12% con respecto a diciembre de 2007, cuando las compras externas fueron del orden de los u$s3.880 M.

* Es el nivel más bajo de importaciones, en dólares, desde abril de 2007.

* Es la segunda baja consecutiva registrada desde enero de 2003, es decir, en 71 meses.

En diálogo con iProfesional.com, fuentes de la Secretaría de Industria confirmaron que “por los últimos datos que manejamos todavía no hay una avalancha”.

“No hay registros de que haya sectores muy complicados. Por ahora lo que estamos aplicando es, más que nada, mecanismos preventivos, porque hay una situación mundial que así lo exige”, agregaron.

En la misma línea, Diego Pérez Santisteban, director de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), afirmó que “seguimos sin ver las decenas de barcos que nos iban a invadir con importaciones”.

Financiamiento, tipo de cambio y consumo
A la hora de buscar razones, la principal causa de esta contracción está en la crisis internacional, ya que al menor crecimiento económico y una baja de la actividad productiva, se suma de manera automática una mayor propensión al ahorro por la incertidumbre.

Ramiro Castiñeira, analista de la consultora Econométrica, sostuvo que “las importaciones se están ajustando bastante fuerte, más de lo esperado. Lo bueno de ello es que el impacto en el saldo comercial no va a ser tan drástico. Lo malo es que si están cayendo tanto es que el nivel de actividad se está desplomando”.

En este sentido, según las proyecciones del Banco Francés, el aumento del consumo privado se reducirá más de 5 puntos porcentuales en 2009. De este modo, la tasa que el año pasado fue del 7,8%, este año sería de apenas 2,2%.

Desde la entidad destacaron que esto responde a un “importante deterioro de la confianza y a que la masa salarial exhibirá un crecimiento real levemente negativo, luego de la fuerte recuperación promedio en los últimos cinco años”.

Por su parte, si se suma al sector público, la tasa pasará del 5% a 1,5%, según Ecolatina.

Esta menor actividad tendrá un impacto directo en las importaciones, ya que la economía desde el fin de la convertibilidad se volvió “consumodependiente”: entre 2003 y 2006 esta variable explicó, en promedio, cerca del 70% del crecimiento del PBI. Y lejos de contraerse, su incidencia aumentó en 2007, al superar el 80%, convirtiéndose en el principal motor del país.

De este modo, poco efecto tendrían las palabras de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien la semana pasada sentenció que “aquél que pudiendo hacerlo tiene miedo a consumir porque ‘a ver si pierdo el trabajo’, si no consume quiero decirle que va a terminar perdiendo el trabajo”.

“Es necesario entonces que aquellos que tienen poder adquisitivo y que pueden hacerlo, lo hagan porque si no finalmente termina cumpliéndose aquello de la profecía autocumplida”, disparó.

Una baja del 10% anual
Con un panorama sombrío por delante, desde la CIRA proyectan una contracción de las compras externas del 10% para todo 2009.

¿Qué implica esto? Que la promocionada avalancha importadora, según los expertos, no fue y no va a ser realidad, al menos durante este año.

“La realidad es que hoy los importadores se quedaron con bastante stock de la temporada que terminó y tienen para aguantar un poco. Además, esperan una baja de precios por la caída de los precios de las materias primas”, explicó Santisteban.

Por su parte, Osvaldo Cado, economista de Prefinex agregó que a esto hay que sumar “un dólar que en marzo o abril va a empezar a moverse. Esto va a funcionar como una barrera, ya que si el tipo de cambio se va a $3,80 en abril, estamos hablando de una devaluación del 10%. Es como aumentar un arancel al doble”.

Radiografía del impacto
A la hora de analizar los bienes de consumo e intermedios que más sufrieron la contracción del consumo figuran las cámaras digitales y videofilmadoras, con un desplome del 77%, al pasar de u$s700 M durante los once primeros meses de 2007 a apenas u$s162 M el año siguiente.

También se vieron muy golpeados las lámparas y tubos, con una merma del 25%; insumos para la industria como los polímeros de estireno (-24%) y los circuitos integrados (-22%), entre otros.

De cara al resto del año, la crisis de la industria automotriz será una de las grandes responsables de la merma en las importaciones. Según proyecciones de Abeceb.com, para este año se espera alcanzar las 500.000 unidades, muy por debajo de las 586.000 que salieron de las terminales en 2008.

En otras palabras, esto implica menores autopartes y plásticos importados.

Críticas a las medidas del Gobierno
Lorenzo Pablo Sigaut, economista de Ecolatina, sostuvo que “el objetivo detrás de las medidas proteccionistas tiene que ver con preservar el saldo comercial, es decir, una de las principales fuentes de divisas del actual modelo productivo, en un contexto de abultadas necesidades financieras y cierre de crédito externo”.

“No hay que seguir esta dirección pues muchas compras externas operan como insumos en la cadena productiva nacional y su restricción podría ser perjudicial para el normal desarrollo del aparato productivo”, alertó.

De este modo, sostuvo que “habría también que avanzar en medidas para estimular el desarrollo de las distintas dimensiones de la competitividad: la tecnología, el capital humano, la innovación, la diferenciación y el entorno de los negocios, entre otras”.

En la misma línea, Dante Sica, director de la consultora Abeceb.com, sostuvo que la política del Gobierno es a cerrarse, todo lo que tiene que ver con cuidar el mercado, trabar las importaciones”.

“Este es un tema no menor, porque otros países de la región no trabajan de este modo, cuidan pero no cierran. Entonces el problema de cerrarse es que una vez que pusiste las medidas es muy difícil volver atrás, aún cuando vuelva a crecer la economía”, agregó.

“Hace unos meses había papers del Gobierno que de algún modo proponían volver a la situación de Argentina y Brasil en los protocolos de la época de Sarney y Alfonsín, cuando había un sistema de flex para casi todos los productos”, se lamentó Sica.

En este sentido destacó lo que hace Brasil hoy en día: “A lo que apuesta el gobierno de ese país es a mantener el ambiente procompetitivo porque saben que cuando los flujos comiencen a establecerse y vuelvan a encontrar su nivel, Brasil va a volver a ser un país receptor. Están teniendo problemas en la industria y la demanda, pero el esfuerzo que están haciendo es para cuidar el mercado, con una protección inteligente, no tonta”.