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La Cámara Argentina de Publicaciones resaltó el valor de los libros educativos como inversión clave para el futuro

En la apertura de un nuevo ciclo lectivo, la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) destacó la importancia del libro de texto como herramienta de inclusión educativa y como una de las inversiones primordiales para el futuro de los niños, tanto en el ámbito académico como en el laboral.

Esta Institución, que trabaja para el desarrollo de la industria educativa y cultural del país, dio cuenta del rol clave de este elemento en el trabajo en el aula, fundamental para docentes y alumnos, por su comprobado efecto directo sobre el rendimiento y los resultados de los educandos.

En ese sentido, Dante Villalba, presidente de la Comisión de Educación de la CAP, señaló que “… además de su consabido aporte académico, los libros encierran un rol social clave, dado que funcionan como un igualador de posibilidades, su presencia en las escuelas garantiza el equilibrio en el nivel de estudios entre los distintos estamentos sociales”, explicó.

Conscientes de esta responsabilidad, las editoriales, junto con los Ministerios de Educación nacional y provinciales, trabajan para que el libro educativo esté presente en todas las escuelas del país.

Villalba dijo que “… editar libros escolares es una tarea de gran complejidad, mucho más que la que exige incluso cualquier otro tipo de libro. A la necesidad de disponer en ellos de contenidos científicos actualizados y carentes de errores, la edición escolar obliga a que estos sean procesados didácticamente y teniendo muy presentes los diferentes niveles de escolarización de los lectores a los que están dirigidos”.

A aquella complejidad informativa y pedagógica, dijo el presidente de la Comisión de Educación de la CAP, “… se suma la exigencia de la calidad de los tratamientos visuales, estéticos e industriales (que estén bien impresos, que su encuadernación sea de calidad para resistir su uso intensivo a lo largo de todo un ciclo lectivo), etc. En función de estas exigencias, sus editores deben coordinar a un conjunto muy amplio de profesionales (autores, pedagogos, ilustradores, cartógrafos, correctores, diseñadores gráficos, etc.) lo que obliga a una muy eficiente programación y coordinación de tareas, y a realizar no sólo inversiones importantes sino también de meses de trabajo de equipos pluridisciplinares.

La industria nacional de textos escolares continúa siendo líder en la región por su innovación y la excelencia de sus productos. Asimismo, proporciona, directa e indirectamente, trabajo a más de 5.000 familias y a gran parte de los talleres gráficos, ya que el 97% de todos los libros educativos se imprimen en el país.

En consecuencia, la CAP sostiene que los libros “no cuestan, sino que valen” y exhorta a continuar en este sendero que posicionó a los argentinos como una de las sociedades que más libros leen en el mundo.