Inicio Empresas y Negocios La importancia de conservar las ideas

La importancia de conservar las ideas

Con unos orígenes divinos, el término inspiración significa literalmente “recibir el aliento”. Pablo Picasso defendía que la inspiración te tiene que pillar trabajando, pero el “aliento de un dios” no llama antes de entrar,…

La inspiración es súbita, espontánea, inesperada, jamás pide cita previa y siempre se va sin despedirse.

Isaac Newton descubrió la noción de la gravedad por la caída de una manzana y a partir de ahí desarrolló sus teorías, August Kekulé descubrió la estructura del benceno a través de un sueño y Arquímedes tuvo la revelación del empuje hidrostático mientras se encontraba en la bañera.

Las mejores ideas visitan nuestra mente cuando más relajados estamos. Seguro que todos hemos tenido ideas brillantes en los lugares y momentos más insospechados: mientras dormíamos, haciendo la compra, de vacaciones, en una cena con los amigos,… Muchas de ellas se habrán perdido en el tiempo como lágrimas en la lluvia -que diría el replicante de Blade Runner-. Las ideas son como estrellas fugaces, nunca vienen solas y si no las guardamos rápido no se cumplirán nuestros deseos.

Si tenemos una buena idea no es necesario salir desnudos a la calle gritando ¡Eureka! como hizo Arquímedes, pero es imperativo conservarla, guardarla a buen recaudo para poder evaluarla, relacionarla con otras ideas, moldearla, pulirla y cuando llegue el momento darle vida o descartarla.

Lincoln, literalmente se sacaba las ideas de la chistera. Además de cartas, cheques y otros documentos, cada vez que tenía una idea la anotaba en un papel y la guardaba dentro de su desgastado sombrero para inmortalizarla.

Grabadoras, libretas e incluso servilletas de papel han servido durante años para preservar las ideas. Hoy, lo tenemos todavía mucho más fácil, aplicaciones como Evernote, Simplenote, Notability, Catch, Keep,… nos permiten conservar nuestras ideas.

Las ideas cotizan al alza en el mundo empresarial y las buenas ideas están en peligro de extinción, por esto, no podemos permitirnos el lujo de perderlas.

Como dijo Víctor Hugo: “No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran el mundo”.