La capacidad de liderazgo se conforma por una combinación de elementos que determina su fuerza para producir en los demás las acciones y actitudes correctas. En el liderazgo “influenciar” carece de connotación negativa, por el contrario implica una dirección por medio de la “contención” del individuo y orientada a la intersección de intereses, metas y valores, para así establecer una motivación positiva de los sujetos y una focalización correcta de sus acciones. Es entonces la influencia interpersonal – y la capacidad de construirla – el elemento central de la fuerza del liderazgo.
Lo interpersonal se construye a partir del intercambio y es la comunicación el medio por el cual se cumplen las actividades primarias de los líderes. Pace asegura: “La comunicación es, por lo tanto, el único proceso a través del cual el líder puede ejercer influencia.”.
Los líderes deben colaborar en la construcción de ciertas normas:
• Los líderes deben desarrollar visión y agresividad para tomar decisiones eficaces y decisivas en la organización.
• Deben tener un panorama más amplio en lugar de ver los golpes y las excentricidades de la vida de la organización.
• Deben observar los hechos en su contexto e interpretar las situaciones en términos de la historia y los objetivos únicos de la organización.
• Deben tener la fuerza y valentía para tomar decisiones arriesgadas y difíciles.
• Deben obtener información relevante y ser capaces de interpretar la multiplicidad de mensajes de la organización.
• Deben reconocer la importancia de la cultura de la organización y moldear esa cultura para aumentar la cooperación interpersonal hacia el interior y la lealtad.
• Deben sentirse cómodos consigo mismos y poder manejar la tensión del liderazgo.
• Ser líder, una capacidad nata que debe cultivarse, expandirse. Un desafío para que él éxito general sea la suma del crecimiento particular.