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La crisis energética toma temperatura

Ante las altas temperaturas que se sienten a diario y la situación energética que afecta al país, no sería extraño sufrir fallas en el sistema energético nacional. Esto conlleva a desperfectos, falta de suministros, reducciones de servicios, entre otros factores. Estos inconvenientes se acentuarán si los consumidores de energía eléctrica no realizan un uso racional de este insumo.

El hombre suele adaptarse con bastante rapidez a la comodidad, teniendo en cuenta la tecnología disponible. En el caso de la electricidad, vemos a diario como se alteran las actividades y la vida cotidiana cuando prescindimos de ella. La falta de energía nos afecta para subir las escaleras de los edificios, cortes en el suministro de agua por períodos indeterminados. Hasta el caso de algunas industrias que deben paralizar su producción por falta de luz, entre otros. Esto es solo una breve enumeración del lugar relevante y la importancia que tiene en la vida del ser humano.

En estos tiempos, sobre todo en verano, los argentinos sufrimos las consecuencias de tantos años de desidia. Llegará el momento en que todos tomemos conciencia, e instalemos el tema como un requisito fundamental para alcanzar una adecuada calidad de vida, que se eduque sobre el tema. Mientras tanto, cada uno de nosotros podemos contribuir a aminorar la escasez a través de nuestro pequeño aporte al uso racional de la energía eléctrica.

Algunas propuestas que ofrecemos vinculadas a la iluminación y que pueden traducirse en ahorro de energía son las siguientes: la utilización –en aquellos lugares donde resulta conveniente y posible- lámparas bajo consumo o tubos fluorescentes en reemplazo de las incandescentes. La opción para los comercios e industrias, es utilizar también lámparas bajo consumo de alta potencia en sustitución de las de mercurio de alta presión, incandescentes o mezcladoras. Y en aquellos sitios en los que se utilizan dicroicas halógenas con fines decorativos, la recomendación es reemplazarlas por dicroicas de bajo consumo o a LEDs. Estos pequeños cambios, que en luminosidad son similares o mejores, se traducen en un ahorro considerable de energía, que en la mayoría de los casos, alcanza hasta el 80% menos.

Ciertas estadísticas y diversos estudios han determinado que el consumo de energía eléctrica por iluminación doméstica y/o comercial, no supera el 30% del consumo total. Siendo que el 70% restante es utilizado para otros fines. De aquí la importancia de tomar una actitud responsable e implementar una educación permanente para el uso racional de la energía.