Estados Unidos enfrenta la peor debacle financiera desde la Gran Depresión de los años 30. Sin embargo, nadie se tomó la molestia de avisarle al dólar, ni a los bonos del Tesoro norteamericano, que se mantienen como el refugio obligado de los inversores del mundo.
En ese contexto, los principales analistas del mundo comienzan a preguntarse cuánta “autonomía de vuelo” le resta al billete verde.
Ocurre que la moneda estadounidense sigue fortaleciéndose frente al euro, a pesar de que el “tsunami” que azota a Wall Street tuvo su origen, precisamente, en los EE.UU.
En tanto, los títulos del Tesoro americano enfrentan una demanda sin precedentes. A punto tal, que poseen el menor valor en veinte años, algo que habla a las claras de la propagación del nerviosismo entre los mismos inversores.
Tal es la vorágine por hacerse de esos títulos, que llegaron a tener rendimiento negativo. Y generaron verdaderas corridas entre los operadores que pagaban precios superiores a los técnicos, con tal de obtener estos bonos.
A partir de estos, se plantean dos interrogantes:
* ¿Por qué los bonos de EE.UU. siguen siendo el refugio natural, si son los del país que originó la crisis?
* ¿Por qué el dólar se fortalece frente al resto de las monedas, en especial el euro?
Para el primero, la respuesta es el denominado “fly to quality” o vuelo a la calidad. El inversor busca deshacerse de todo tipo de activo riesgoso y va a refugiarse en aquellos seguros, al menos mientras dure el temporal.
En momentos en que la confusión alcanza su punto máximo entre los inversores, las colas para comprar bonos del Tesoro de EE.UU. comienzan a ser habituales.
“Los capitales del mundo, como respuesta a la crisis, se vuelcan a los títulos del Tesoro de los EE.UU. lo que demuestra su verdadero papel en la economía mundial, que es ser el eje de los acontecimientos”, dijo Jorge Castro en diálogo con iProfesional.com
Para Jorge Blasco, de Maxinver, el vuelo a la calidad se debe a que si bien “EE.UU. enfrenta problemas serios, es una economía que tiene un tamaño y una fortaleza que supera a las europeas”.
Blasco agregó que “por más que el tesoro estadounidense tenga que hacer frente a mayores gastos fiscales y, pese a los cimbronazos de la economía, entre los operadores financieros del mundo, lo más seguro siguen siendo los bonos del tesoro americano porque los inversores saben que el Gobierno paga”.
El rol de los Bancos Centrales
La demanda de los Bancos Centrales es determinante, porque constituyen los principales clientes de la deuda estadounidense.
Un indicador de esa demanda es el monto de bonos del Tesoro que la FED tiene a nombre de otros bancos centrales.
Las últimas cifras señalan que tales activos aumentaron en u$s100.000 millones en las últimas cuatro semanas, según explica en un artículo publicado en The Wall Street Journal, Joanna Slater.
Además del apetito por los bonos libres de riesgo, los bancos centrales son muy “adeptos” a la moneda estadounidense, que sigue siendo la favorita y representa un 55% del los activos y pasivos en moneda extranjera, según el Banco Internacional de Pagos (el Banco Central de los Bancos Centrales).
Esta se trata de una señal de confianza de los inversionistas internacionales que es vital para el sistema financiero norteamericano. Si éstos dejan de comprar activos estadounidenses o comienzan a venderlos, el dólar se desplomaría y las tasas de interés se dispararían, dándole un golpe a una economía que ya se encuentra en cuidados intensivos.
¿Cómo operar con bonos del Tesoro desde la Argentina?
Comprar los famosos “activos libres de riesgo” parece muy lejano para un inversor argentino.
Sin embargo, puede hacerse de los mismos si tiene una cuenta radicada en un banco en los Estados Unidos. Hasta su venta el preferido era el Wachovia, pero a partir de su compra por parte del Wells Fargo, este ha quedado a cargo de la operatoria.
Según Juan Southall, analista de De Bary Sociedad de Bolsa, “el monto mínimo para comprar bonos del Tesoro americano son u$s10.000 y todo se realiza a través del ejecutivo de cuenta que maneja la cuenta en el banco.
Consultado por iProfesional.com, Southall expresó que las comisiones de entrada y salida son mínimas.
El dólar y los inversores
En vez de hundirse bajo el peso del rescate del sector financiero la divisa se ha disparado, para sorpresa de muchos observadores que esperaban que el mayor gasto fiscal y los problemas de la economía estadounidense le pasaran factura.
El billete se ha beneficiado de la huída de los inversores de los activos riesgosos. Siguen buscando refugio en él, esto aumenta su demanda y lo fortalece cada vez más.
Su salud, a largo plazo, dependerá del apetito mundial por los activos estadounidenses. Hasta ahora, ha resistido todos los embates, dándole la razón a quienes piensan que su prolongado descenso ya tocó fondo.
Su reciente repunte es parte de una gigantesca marcha atrás en las tendencias de inversión, como la compra de acciones en mercados emergentes y las apuestas al alza de los precios de las materias primas.
Cuando los inversionistas se repliegan de tales inversiones, a menudo las venden a cambio de dólares.
En la actualidad, y después de pasar varios años enviando dinero a otros países, ahora los estadounidenses están repatriando esos fondos: en julio y agosto, los últimos meses en los que hay datos disponibles, vendieron u$s57.000 millones más en acciones y bonos de otros países que los que compraron, la mayor repatriación de fondos de la historia.
Algunos inversionistas dicen que el apetito por dólares es similar a aquel por el yen japonés, una moneda que es la única excepción a la tendencia de fortalecimiento de la divisa estadounidense.
El yen a menudo tiene su mejor desempeño durante tiempos de agitación debido a que cuando los cielos económicos están despejados los inversionistas toman prestado en yenes para aprovechar las tasas de interés ultra bajas de Japón.
El dólar y Europa
La magnitud de la crisis también ha ayudado puesto que es claro que los problemas de la banca no se limitan a EE.UU.
“Estas últimas semanas se vio la punta del iceberg. Está la duda sobre cuándo el sector financiero de la Unión Europea perderá el zapato”, dijo Adam Fazio, estratega cambiario de CIBC World Markets en Nueva York.
El dólar y los déficit
“En términos empíricos, cuesta mucho demostrar un efecto importante de los déficit sobre el tipo de cambio”, afirmó Kenneth Rogoff, profesor de Economía de la Universidad de Harvard. “En teoría, el efecto mayor es sobre las tasas de interés”, subrayó.
En los últimos años, un mayor déficit fiscal ha ido de la mano de un debilitamiento de la moneda norteamericana. Pero en los años 80 se dio el caso opuesto: el creciente (déficit) fue acompañado por un fortalecimiento del billete verde, en particular en medio de altas tasas de interés, según explicó Joanna Slater.
La deuda neta del gobierno estadounidense, como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI), es moderada si se compara con países como Japón e Italia, e incluso un poco más baja que la de Alemania.
Un factor muy importante para la salud de la divisa, según los economistas, es el déficit en cuenta corriente (importaciones menos exportaciones). El Fondo Monetario Internacional estima que se reducirá a un 3,3% del PBI el próximo año, tras haber alcanzado aproximadamente un 6% del PBI en 2006.
Casto explicó a iProfesional.com: “La disminución del déficit de cuenta corriente, gracias al aumento de las exportaciones, significa que ingresan menos dólares del sistema financiero internacional a EE.UU. desde los países asiáticos, encabezados por China y los países petroleros. Como consecuencia, se produce una reducción de la oferta de esa moneda en el mercado interno estadounidense y esto produce la revalorización del dólar”.
Desde inicios de septiembre, se ha fortalecido casi un 10% contra una canasta compuesta por las monedas de 26 socios comerciales, según un índice de la Reserva Federal de Estados Unidos.
El alza de la moneda norteamericana ha sido tan vertiginosa que algunos inversionistas advierten que pronto habrá una pausa. Así como la moneda estadounidense se ha beneficiado de las turbulencias en los mercados globales, un período de estabilización podría perjudicarla.
El dólar y la tasa
Al contrario de lo que ha ocurrido con otros bancos centrales, la FED empezó a bajar las tasas de interés hace más de un año, lo que castigó al billete.
Eso ahora podría favorecer a los EE.UU., en momentos en que otros bancos centrales recién comienzan a recortarlas.
En EE.UU. “ya se ha hecho la mayor parte del trabajo”, dice Stephen Jen, director global de estrategia cambiaria de Morgan Stanley. “No se puede decir lo mismo de Europa”.
La última presentación del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke le dio aún más aire al billete estadounidense. En su discurso del lunes, estimó que el examen de un nuevo plan de reactivación por parte del Congreso es “apropiado”, en una audiencia ante el Comité presupuestario de la Cámara de Representantes.
El jefe de la FED agregó que “el ritmo de la actividad económica probablemente será muy inferior a su potencial durante varios trimestres”, subrayando sin embargo que la “incertidumbre actual sobre las perspectivas económicas son inhabitualmente grandes”.
“El tiempo necesario para una normalización financiera y los efectos de los problemas actuales de crédito sobre la economía en sentido amplio son difíciles de juzgar”, advirtió Bernanke en su discurso.
Y por otro lado, “aunque el comercio exterior continuará siendo un factor positivo para la economía estadounidense, su contribución al crecimiento será menos importante en momentos en que el crecimiento mundial baja”, añadió.