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La economía argentina de cara a las elecciones legislativas: Nivel de actividad, panorama y perspectivas

Un reciente estudio realizado por el Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) asegura que la producción (junto con la pobreza, el desempleo y la inflación) es una de las variables con mayor impacto sobre la decisión de voto en nuestro país. Según este informe, el 77% de las variaciones en la cantidad de votos del oficialismo entre una elección y otra se explica por movimientos conjuntos de esas cuatro variables. En particular, el 23,5% de los encuestados asegura que el nivel de actividad de la economía incide directamente sobre su decisión de voto.

De acuerdo al INDEC, la actividad industrial del primer trimestre de 2009 presenta caídas interanuales del 2,1% en términos desestacionalizados, y del 2,3% en la medición con estacionalidad. Al analizar los principales sectores, se observa que los únicos dos que presentaron variaciones positivas fueron Alimentos y Bebidas (1,6%) y Cigarrillos (0,8%), mientras que los que más se contrajeron fueron Metalmecánica (-23,1%), Siderurgia (-32,4%) y Automotores (-46,4%).

Estos valores confirman la sensación de enfriamiento de la economía que se ha extendido desde mediados de 2008. El impacto sobre el escenario electoral dependerá de las decisiones de los agentes económicos y de la magnitud de la desaceleración. Al respecto, si bien existe un relativo consenso en relación al sentido de la tendencia, aún persisten las diferencias entre las cifras oficiales y aquellas expuestas por algunas cámaras empresarias y consultoras privadas.

Según FIEL, en los primeros tres meses de 2009 el Índice de Producción Industrial (IPI) cayó un 13% respecto a mismo período de 2008. Con este dato, la actividad industrial del país acumularía dos trimestres consecutivos de contracción, confirmando el proceso recesivo en el sector. Esto se contrapone con los valores positivos registrados durante los seis años precedentes, desde el cuarto trimestre de 2002 hasta el tercero del año pasado.

Por su parte, Orlando Ferreres y Asociados afirma que durante abril de 2009 la producción industrial sufrió una caída del 9,1%, que se sumaría a las caídas de 8,3%, 12,3% y 7,9% correspondientes a los meses precedentes. Este mismo estudio asegura que en el primer cuatrimestre del año, el PBI cayó un 4,5% anual. A su vez, sostiene que en el mes de abril la producción de bienes se contrajo un 9,3%, mientras que los servicios lo hicieron en un 3,7%.

A primera vista, este desempeño industrial negativo tiene similitudes con el experimentado al inicio del período recesivo 1998 – 2002.

Comparando las series del IPI para cada caso, se observa una evolución muy parecida: transcurridos seis meses de la actual recesión, la actividad industrial acumuló 8% de caída en marzo de 2009, mientras que al considerar los seis primeros meses de la recesión iniciada a mediados de 1998, la actividad industrial mostró una caída acumulada de 8,3%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen diferencias sustanciales, tanto en las principales variables macroeconómicas como en la coyuntura local e internacional, que hacen que las semejanzas señaladas no sean suficientes como para inferir escenarios futuros. Por otro lado, al mirar estos valores en comparación con el contexto internacional, la evaluación resulta más moderada. Así, mientras que China aún muestra un excepcional crecimiento industrial, las caídas en el resto del mundo son fuertes.

Según The Economist, durante marzo la actividad industrial en Brasil cayó un 12,8%, Estados Unidos un 20,2%, y la Eurozona y Japón un 34,2%.

Al indagar sobre los motivos de la fuerte desaceleración que sufre hoy en día la industria, cobra relevancia la abrupta caída de los precios de los commodities industriales, originada por la contracción en los flujos de comercio internacional que se evidencia desde mediados de 2008. A su vez, durante el primer trimestre del año, las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) registraron una caída interanual del 23% en cantidades, mientras que las importaciones de bienes de capital e intermedios reportaron una disminución del 46% interanual para los primeros cuatro meses del año. Estos valores podrían ser el preludio de una caída aún mayor en la producción industrial.

Cabe señalar que se continúan aplicando diversas restricciones a las importaciones de productos manufactureros, tales como las licencias no automáticas, medidas antidumping y valores criterio mínimos de aduana, impactando, en su gran mayoría, sobre el flujo de importaciones provenientes de Brasil y China.

También es importante tener presente la situación de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyME) ya que su comportamiento suele anticipar el del total de la industria. En este sentido, las empresas más pequeñas (de hasta 50 empleados) comenzaron a evidenciar señales de estancamiento desde fines de 2007, y una clara caída a partir del primer trimestre de 2008. Por su parte, las empresas medianas (entre 51 y 200 empleados) continuaron creciendo hasta fines de 2007, para luego enfrentar una reversión del ciclo de ventas a partir del primer trimestre de 2008.

En cuanto al nivel de utilización de la capacidad instalada en la industria, el mes de marzo registró un 69,7%. A su vez, en el primer trimestre del año alcanzó un 70,2%, nivel levemente inferior al registrado en el mismo trimestre de 2008 (71,6%).

No obstante lo descrito hasta aquí, a dos semanas de las elecciones el panorama parece ser mucho mejor del que se esperaba seis meses atrás. En este sentido, algunos analistas estiman que existen evidencias de que la economía podría comenzar a recuperarse para fines de 2009. Miguel Ángel Broda estima que durante el segundo semestre el crecimiento de la economía será nulo, a diferencia de la caída del 11,1% experimentada en el primer trimestre, y explicada en gran parte por la fuerte contracción de la inversión (-16,5%).

Otros economistas de reconocida trayectoria, como es el caso de Federico Sturzenegger, aseguran que la recesión continuará durante la segunda parte del año, puesto que el gobierno se verá frente a la necesidad de ajustar las cuentas fiscales. En este sentido, y más allá de los resultados de los comicios, la situación no diferiría demasiado del panorama que se presentó en 2007, cuando el gobierno recortó el gasto una vez transcurridas las elecciones presidenciales.

Por su parte, Alfonso Pray Gay pone énfasis en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado por Fundación Mercado, que en abril registró en una caída del 4,5%. En este sentido, no es el único en sostener que el principal problema de Argentina no está en las cuentas nacionales o los grandes agregados macroeconómicos sino en la confianza y las consecuentes expectativas que forman los agentes en función de ello.

Finalmente, es posible señalar que la contracción de la demanda interna y externa, junto con la mayor incertidumbre que supone el proceso de recambio electoral, termina impactando negativamente sobre la producción industrial. Según estimaciones de Abeceb.com, al considerar todo el 2009, una caída del orden del 3% se presenta como el escenario optimista, mientras que una visión más negativa prevería una baja del 7%. Sea cual fuere el resultado de las elecciones, la industria continuará buscando el impulso que le permita retomar el sendero de crecimiento.