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La entrega puerta a puerta, una modalidad que se diversifica

Por fiaca o inseguridad, el delivery se metió de lleno en las familias argentinas, que hacen uso y abuso de los pedidos por teléfono. Todo lo que se puede solucionar con tan solo levantar el tubo.

La heladera repleta de imanes de todo tipo y color es una postal más que común en las casas argentinas. Hoy por hoy no hay que acercarse a un mostrador para satisfacer una necesidad: siempre habrá un comerciante quien, con la mejor de las sonrisas, se encargará de llevar los productos o servicios hasta las casas.

Llamar a un delivery es una activad habitual y cada vez es mayor la variedad de propuestas para usar este servicio. Las razones de esta tendencia de consumo son varias: la falta de tiempo o espacio, la comodidad de poder elegir una comida a la carta, el frío del invierno o el calor del verano. Lo cierto es que siempre hay una excusa válida para levantar el teléfono.

El servicio a domicilio que en los noventa sólo se aplicó a pizzas, empanadas y a helados cada vez se diversifica más: en la actualidad se consiguen ya sea vía telefónica o por internet comidas étnicas, cigarrillos y hasta cualquier antojo puede satisfacerse con sólo marcar un par de dígitos.

Si de entrega a domicilio se trata, uno de los negocios más tradicionales de este rubro es el del helado. Ariel Davalli, vicepresidente de Chungo, señaló que comenzaron con el servicio puerta a puerta en 1990 y, desde aquel entonces, el delivery se convirtió en un negocio estable.

Si bien la mayor parte de la clientela sigue comprando por mostrador, la entrega suma adeptos, más aún cuando el frío comienza a sentirse y especialmente viernes, sábados y domingos.

Pero el delivery no sólo se aplica en los rubros típicos: en el mercado comenzaron a surgir nuevas firmas que, en busca de sumar clientela, ofrecen llevar el producto hasta las casas como una forma de diferenciarse.

Las verdulerías son un claro ejemplo de esto. Son varios los que se sumaron a la ola de deliveries y entregan cualquier fruta u hortaliza en la puerta de la casa. “Nosotros trabajamos a full todo el año. Lo que más pide la gente en verano son frutas o verduras para ensaladas. En cambio, en invierno se piden cosas como acelga, espinaca o papa para hacer comidas calientes”, indicó el encargado de The Fruit’s Family, ubicada en Barrio Norte.

El empleado del comercio, que desde hace diez años hace delivery, contó que se usa todo el año. “En invierno la gente no quiere salir por el frío y en verano, por el calor. Siempre hay una excusa para quedarse en casa”, dijo.

Las picadas, claves en cualquier reunión entre amigos, pueden encargarse por teléfono y tenerlas en cuestión de horas en la puerta de casa. Si bien muchos utilizan el servicio de delivery para Juan Lasarte, uno de los dueños de Picardías, el público está cambiando.

“El consumidor actual es exigente, pero no es necio. Le gusta la comodidad de su casa pero no a cualquier costo. Si tiene invitados y depende del tiempo del delivery, y encima de cómo llegará el producto, lo piensa dos veces y lo va a buscar. Eso si, se asegura de pedirlo antes”, indicó.

El joven precisó que su negocio tuvo entrega a domicilio desde el inicio y lo consideró como “el gran acierto para penetrar el mercado: 1 picada en 40 minutos. No existía ese concepto”.

Los maxikioscos también se sumaron a esta modalidad. Muchos de estos comercios proponen envíos a domicilio las 24 horas todos los días por una compra mínima de $15.

Según declaró un empleado de un maxikiosco ubicado en el barrio porteño de Recoleta, los pedidos son constantes aunque hay que alcanzar un mínimo de en el total de la cuenta para gozar del beneficio. “Los clientes quieren que les lleves de todo. Lo más solicitado son las bebidas y los cigarrillos, después, las golosinas”, señaló.

También relató que los fines de semana desde las 18 hasta las 4 son los días que más trabajan. “Usan el servicio para no salir de la casa, por ahí tienen gente en su casa y para no dejarlos solos piden por teléfono. Es una comodidad”, consideró y agregó que “a medida que los precios de las cosas suben, van disminuyendo los pedidos”.

Otro servicio que surgió en el último tiempo fue el del envío de chefs a domicilio. Con sólo contactar a una de las tantas empresas del rubro por teléfono o vía mail, la empresa se encarga de mandar a un cocinero profesional junto a un equipo mozos y hasta especialistas en ambientación para que uno pueda disfrutar como un invitado más.

Para los golosos está la Compañía de Chocolate, con sede en Palermo, un pequeño negocio que alberga todo tipo de chocolates. “La gente llama y los pagos generalmente se hacen con tarjeta de crédito”, cuenta Daniel Uría, propietario del local.

“Hacemos muchos regalos empresarios, obsequios por cumpleaños, aunque también nos ha pasado tener que saciar el antojo de algún vecino con muchas ganas de chocolate”, destacó.

En Sushiphone decidieron abrir el local sólo para realizar envíos a domicilio. Según explicaron desde la empresa, los pedidos están en “constante crecimiento” y se mantienen tanto al mediodía como a la noche a lo largo de la semana. En cambio, los fines de semana, hay “pequeños aumentos” en la demanda.

También destacaron la comodidad que representa que los envíos llegan en bandejas especialmente diseñadas para utilizar en una casa o en una reunión, “sin la necesidad de tener que utilizar vajilla y cubiertos”.