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La Gripe en las personas con enfermedad cardiovascular

Sabemos que la gripe si bien puede afectar a cualquier persona, es en los individuos de cualquier edad que padecen enfermedades cardiovasculares (junto a todos los mayores de 65 años y a aquellos que tienen enfermedades pulmonares crónicas, diabetes y enfermedades renales, embarazadas en cualquier momento de la gestación y aún durante el puerperio, los obesos, entre otras) en los cuales puede causar mayor impacto. Es por ello que a estos grupos se los considera los más vulnerables a la gripe y sus complicaciones.

Es necesario destacar que la gripe afecta a las personas no sólo provocando la enfermedad por todos conocida (caracterizada por fiebre >38º C de aparición brusca, tos, dolor de garganta, secreción nasal, cefaleas, dolores musculares y postración) sino también causando alteraciones o deterioro de la enfermedad subyacente que los predispone: se sabe claramente que durante la temporada de influenza aumenta la incidencia de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y hay mayor incidencia de episodios de enfermedad coronaria (incluyendo el infarto de miocardio) y de infartos cerebrales; también puede producir descompensaciones en pacientes con enfermedades pulmonares (incluyendo a los asmáticos) y en los diabéticos.

La gripe ocurre todos los años en general entre los meses de mayo a noviembre en nuestro país. Su presencia motiva el autocuidado, con las pautas y recomendaciones que se sugieren (como el lavado periódico de las manos) y también el cuidado de los que nos rodean, mediante la práctica de la solidaridad y la responsabilidad social. Es muy importante que las personas con características que los ubican en alguno de los grupos de riesgo mencionados tengan un seguimiento médico periódico adecuado y reciban, además de las pautas de alarma apropiadas, la vacuna antigripal. La misma los protege (más que de padecer la misma enfermedad – la cual puede manifestarse de una manera menos intensa, en caso de ocurrir en las personas previamente vacunadas) principalmente porque disminuye la posibilidad de sufrir las complicaciones descriptas.

Debe destacarse que la American Heart Association recomienda desde el año 2006 (a raíz de experiencias llevadas a cabo por diferentes grupos de expertos, incluyendo a profesionales de nuestro país) y con el mismo entusiasmo que el control de la presión arterial y el colesterol, la vacunación antigripal en los enfermos con patologías cardiovasculares crónicas. Además, es conveniente la consulta con el médico de cabecera particularmente ante la aparición de cuadros como los descriptos, durante la época en la que circula el virus de la gripe.

Actualmente contamos con una vacuna trivalente (compuesta por tres tipos de virus: AH1N1 – virus pandémico – AH3N2 y B). Las estrategias de vacunación dispuestas en nuestro país por el Ministerio de Salud de la Nación son las siguientes:

1. Todos los trabajadores de la salud (médicos, enfermeros, bioquímicos, biólogos, asistentes, técnicos, personal administrativo, etc) del segmento público y privado que estén en contacto con pacientes.

2. Embarazadas y madres que den lactancia hasta los 6 meses de edad del bebé.

3. Todos los niños desde 6 meses y hasta los 2 años de edad.

4. Todos los >5 años y hasta 65 años que tengan alguna condición crónica que los predispone a padecer la gripe y sus complicaciones:
– obesos mórbidos
– retraso madurativo severo, síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas severas
– trasplantados de órganos sólidos o tejido hematopoyético, tumor de órgano sólido en tratamiento, inmunodeficiencia congénita o adquirida, utilización de medicación inmunosupresora o corticoides a altas dosis
– enfermedad respiratoria crónica (incluyendo el asma), cardiopatías congénitas, insuficiencia renal crónica en diálisis o con expectativas de ingresar en diálisis en los siguientes seis meses, diabéticos, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, reemplazo valvular o valvulopatía.

Del mismo modo que en el año 2009, sigue vigente el Alerta Epidemiológico por el cual todo paciente con fiebre >38°C y algún síntoma respiratorio: rinitis (secreción nasal), tos o dolor de garganta, debe realizar una consulta médica oportuna con el fin de establecer si es necesario recibir tratamiento antiviral con oseltamivir; en cada caso se evaluará la necesidad de asociar o no con antibióticos.

Las dificultades y desafíos que estamos obligados a enfrentar todos los años con la llegada de la epidemia de gripe, son una oportunidad para poner en práctica tanto los conocimientos que disponemos, los recursos médicos (como la vacuna antigripal y los antivirales) y técnicos, como la capacidad de comunicar, alertando y enseñando pero sin atemorizar).

Dr. Francisco Nacinovich
Jefe de Infectología
ICBA – Instituto Cardiovascular de Buenos Aires