Inicio Empresas y Negocios La importancia de saber compartir

La importancia de saber compartir

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde.

Hay que identificarse con el alcance, repercusiones que genera el saber compartir en toda su amplitud, en la medida que comprendemos lo valioso, maravilloso que es ello, nos daremos cuenta como el cultivarlo y alimentarlo diariamente ya que ello nos ayuda acrecer, garantizar felicidad, armonía, equidad.

Lo ha experimentado? Ha evaluado su importancia? Lo que ello genera? Lo ha disfrutado?, casi seguro que si y ha podido determinar su alcance y como eso lo ha beneficiado en la liberación del egoísmo, en pro de su crecimiento.

Por tanto, no nos debe sorprender, que se diga que para desarrollar el disfrute debemos saber o ser capaces de compartir el placer de los demás.

Para desarrollar la compasión, por otra parte, debemos ser capaces de compartir el sufrimiento de dicha persona.

Mucha gente considera erróneamente que la vida se reduce a una existencia llena de sufrimientos, sin embargo también es cierto que la vida es una existencia en la que el gozo cobra un papel muy importante, gozo que se debe saber compartir.

Justamente, en la medida que se descubre lo que representa el gozo, lo correcto es compartirlo para que otros también lo disfruten, debemos de evitar ser egoísta, saber compartir la felicidad y hacer que otros entiendan la importancia de ello, para que a la vez les de la oportunidad a otros de hacerlo.

Se ha escrito, comentado, que desde que el ser humano ha descubierto lo agradable que es saber compartir con sus semejantes ,se ha sentido motivado a continuar haciéndolo en un ejercicio de su libre albedrío mediante el cual está en capacidad de elegir libremente a quien darle lo mejor de sí mismo.

Aunque no nos lo parezca de primera impresión por todas las incongruencias que comúnmente encontramos a nuestro alrededor, en el fondo si existe esta motivación a compartir. En realidad detrás de cada una de estas incongruencias se encuentra un motivo, el cual si somos capaces de comprender nos facilitaría integrarnos al medio que nos rodea para así poder compartir en un sentido más amplio que es lo que en realidad se busca.

Definitivamente el compartir lleva implícito un factor motivacional que da paso a que las personas se sientan bien, que se identifiquen con quienes de alguna forma le ayudan en su crecimiento, que libremente comparten no solo sus conocimientos, sentimiento, bondades y todo aquello que le de la fortaleza en pro de mantener siempre una autoestima alta.

En cada uno de nosotros hay una fuente divina que de saberla manejar podemos dar paso a que su manifestaciones generen felicidad en otros, como es el caso de saber compartir todo aquello que consideramos esta recubierta de alegría, felicidad, dicha.

Por tanto, cuando disfrutamos algo y queremos que otros también lo disfruten, es cuando le damos paso al compartir, especialmente, con aquellas personas que sabemos los disfrutaran, que apreciaran lo relevante que es el disfrute que se siente producto de ese compartir.

Debemos dar siempre lo mejor de nosotros para así estar en condiciones de recibir lo que otros tengan para darnos; y es precisamente concentrándonos en dar es que podemos facilitar que mejoren nuestras relaciones personales.

Tómese en cuenta, que si en nuestro diario vivirnos nos situamos en el presente siempre con la intención de ser mejores, disfrutar la vida, saber compartir los momento felices y sobre todo saber conectarnos con nuestra fuente interna de felicidad, dicha, de compartir que todos tenemos, a fin de permitimos dejar fluir todo lo que en ese momento queremos manifestar, no cabe la menor duda, que estaremos dando un gran paso ,que nos permitirá ser mucho más efectivos a la hora de compartir, principalmente en lo concerniente a dar.

Para esto es necesario superar los residuos que aun pudieran quedarnos de experiencias pasadas, o en el caso de no tener puntos de referencia en cuanto a como llevarlo a cabo, comenzar a hacerlo por ensayo y error realizando los ajustes que sean necesarios a medida que se nos presenten, pero si no comenzamos a dar es poco probable que alguna vez lleguemos a recibir tanto como aspiramos.