Inicio Tecnología La industria biotecnológica en la Argentina: ¿dónde está y adónde va?

La industria biotecnológica en la Argentina: ¿dónde está y adónde va?

Más de un cuarto de siglo pasó desde que, en 1980, naciera en la Argentina BIO SIDUS S.A., empresa pionera en biotecnología a nivel mundial.

Pero, ¿adónde está actualmente nuestra industria biotecnológica?

En principio, es difícil medir su potencial, dada la heterogeneidad de rubros agrupados en la biotecnología. Sin embargo, podemos detectar cuatro tendencias básicas.

1) Inversión privada en biotecnología

La inversión en el sector energético está íntimamente relacionada con la demanda insatisfecha de combustibles. En los últimos años, más de 30 empresas productoras de biocombustibles se instalaron en la Argentina y la tendencia sigue en franco crecimiento.

Oil Fox planea consolidarse en el sector mediante la construcción, en San Lorenzo, de la planta de biodiesel más grande del mundo, con una inversión de 60 millones de dólares.

El fuerte aumento de la demanda global de soja ofrece grandes oportunidades para las biotech sustentadas en los transgénicos. El mercado de semillas argentino tiene un volumen anual de unos 700 millones de dólares e involucra a más de 22 empresas que desarrollan actividades de mejoramiento genético, micro-propagación vegetal, protección frente a herbicidas e insecticidas y desarrollo de inoculantes.

2) Reconversión hacia actividades biotecnológicas

Otra sólida tendencia es la reconversión de empresas clásicas en firmas biotecnológicas.

Laboratorios Craveri, una farmacéutica fundada hace más de un siglo, en 1996 incorporó la División Bioingeniería con una inversión de seis millones de dólares, destinada al cultivo de sustitutos biológicos que restauren o mejoren la función de órganos y tejidos dañados utilizando células de un paciente o provenientes de un banco de células.

La compañía incluso ha celebrado diversos convenios con instituciones de investigación del Conicet para desarrollar productos en conjunto.

3) Fusiones

La tercera tendencia está vinculada a la fusión de distintos sectores de empresas existentes que convergen en productos biotecnológicos para la generación de nuevas empresas con recursos humanos y materiales acordes con la nueva tecnología.

Este es el caso de Biogénesis-Bagó, nacida de la fusión de dos empresas líderes en sanidad animal (vacunas) y biotecnología: Biogénesis e Instituto San Jorge Bagó.

Esta empresa formada con la visión de sinergizar recursos y habilidades ofrece soluciones a productores de alimentos de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y México.

Durante 2006, Biogénesis-Bagó invirtió 15 millones de dólares en dos plantas nuevas que se sumaron a las cuatro existentes, alcanzando una facturación superior a los 75 millones de dólares.

4) Nacimiento de PyMEs biotecnológicas

La última tendencia está sustentada en la formación de PyMEs de base científico-tecnológica. Hoy, constituye una práctica usual a nivel mundial la formación de pequeñas y medianas empresas integradas por un equipo de investigadores e inversores.

En Argentina, existen empresas como Inis Biotech, encargada de establecer vínculos entre inversores y científicos para asociarlos en un proceso de transferencia de los conocimientos de los investigadores al mercado.

En uno de sus emprendimientos, a partir de una patente licenciada por el Instituto Leloir y el Conicet, se creó Inmunova, firma que ya cuenta con un fuerte pipeline basado en desarrollos patentados orientados al diseño de vacunas y, posee recursos de avanzada para la generación y selección de anticuerpos de dominio único.

El Estado, por su parte, está creando el marco jurídico para fomentar el sector biotecnológico a través de la ley de Promoción del Desarrollo y Producción de la Biotecnología Moderna (ley Nº 26.270), promulgada en julio de 2007 y el Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentable de Biocombustibles (ley 26.093).

Las universidades, por su parte, forman los biotecnólogos necesarios y el Foro Argentino de Biotecnología aglutina las iniciativas del sector.

En definitiva, todo parece indicar que están dadas las condiciones nacionales e internacionales para continuar y acelerar el crecimiento de la industria biotecnológica argentina en las distintas áreas en respuesta a los nuevos desafíos y desarrollos científicos-tecnológicos y la demanda socioeconómica de un mercado global.<