La inflación oficial del primer semestre fue del 3,9%, pero para una familia de clase media, por la estructura de su consumo, llegó al 4,4%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El dato surge de un informe difundido hoy por el organismo estadístico que cruza los datos de inflació con la información disponible de la distribución del ingreso, que surge de la encuesta permanente de hogares (EPH).
El informe divide a la población en cinco quintiles (cada uno agrupa al 20% de los habitantes del país). El primer quintil, que agrupa a la población con menores ingresos del país, tuvo una inflación del 4,2%, mientras que le quinto quintil, el más rico, una del 3,3%. Los quintiles medios tuvieron una suba de precios del 4,3%, el 4,4% y el 4,1%, respectivamente.
Las diferencias se dan porque mientras el quintil de menos ingresos destina una mayor proporción del gasto a alimentso y bebidas, el quintil más alto gasta más en servicios, como Esparcimiento.
Este es uno de los rubros más cuestionados del IPC, que desde enero de este año fue modificado por la nueva directora de Precios, Beatriz Paglieri —colaboradora del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno— y, desde entonces, ha sido duramente cuestionado por analistas, asociaciones de consumidores, ONGs, los propios empleados del organismo y especialistas y ex directivos del Indec.
La manipulación del índice, que es investigada por la Justicia, llevó a que surgieran otras mediciones paralelas elaboradas por economistas, o a que se tomaran otros datos, como la diferencia entre el crecimiento del consumo y el aumento en la recaudación del IVA, para evaluar la suba real de los precios.
