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Lanzan un plan contra el cáncer de útero

Salta, Jujuy, Chaco, Formosa y Misiones serán las primeras cinco provincias donde comenzará a funcionar un programa nacional de prevención del cáncer de cuello uterino en las mujeres mayores de 35 años, el grupo de mayor riesgo. La selección de las provincias no es al azar; allí se concentra la mortalidad más alta por esa enfermedad prevenible.

Según cifras oficiales disponibles hasta 2005, en esas provincias mueren anualmente por cáncer de cuello entre 15 y 16 mujeres por cada cien mil, poco más del doble del promedio nacional de 7 mujeres por cada cien mil.

“El objetivo es que en el trienio 2009-2011, el 80% de las mujeres de entre 35 y 64 años en esas provincias se haya realizado por lo menos un Papanicolaou (Pap) -dijo ayer la ministra de Salud, licenciada Graciela Ocaña, durante el lanzamiento del programa-. Hoy hay mujeres que, teniendo acceso al Pap, no se lo hacen, lo que muestra la falta de información y de concientización sobre la prevención de este cáncer.”

Minutos antes, la doctora Silvia Kochen, del grupo de asesores del ministerio, había puesto como ejemplo que en Jujuy se toman 20.000 muestras para el análisis citológico “cuando, según las recomendaciones de la OMS, los laboratorios de los hospitales públicos en la provincia podrían hacer 25.600 muestras anuales”.

El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte femenina en nuestro país a partir de los 35 años. El programa nacional de prevención indica que luego de dos Pap consecutivos con resultado negativo, las mujeres de entre 35 y 64 años repitan la prueba cada tres años. Estos controles ayudan a detectar el 95% de los cánceres cervicales precozmente.

El programa, según se anunció, incluirá en lo que resta del año la formación de los especialistas que toman la muestra, la analizan y “leen” los resultados para optimizar la calidad de todo el proceso.

“De nada sirve hacerle un Pap a una mujer si está mal tomado y la lectura es incorrecta. Lo mismo ocurre con el seguimiento de las lesiones anormales; tampoco sirve que a la mujer se le haga la prueba si ella después no recibe un tratamiento”, explicó a LA NACION luego de la presentación del programa la doctora Silvina Arrossi, investigadora del Conicet y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad.

Arrossi integra el equipo de cinco expertas en ginecología, sociología y citología que supervisarán la marcha del programa y que tanto los laboratorios de los hospitales como los profesionales que tomen las muestras cuenten con las herramientas, los insumos y los microscopios necesarios para extraer y almacenar las muestras de células del cuello uterino y para analizarlas. También se instalarán este año sistemas de información en los laboratorios que puedan hacer hasta 5000 análisis por año.

Luego, la búsqueda de las mujeres se hará con los médicos de atención primaria de cada localidad, que enviará las muestras a la red de laboratorios públicos. El seguimiento de lesiones sospechosas y su tratamiento se hará en los hospitales, o bien, en centros de referencia que el programa creará sobre la marcha.

Con estas medidas, se espera también que para 2011 el 90% de las mujeres con lesiones tumorales graves reciban tratamiento dentro de los 6 meses posteriores al diagnóstico. Sólo después de 2011, el programa se extenderá al resto del país.