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Las cajas de seguridad se agotan en el país y hasta escasean en Uruguay

La fuga de capitales no cesa y en lo que va del año, salieron del sistema unos u$s10.000 millones, que tomaron diferentes caminos.

Algunos fueron a cuentas bancarias en el exterior, otros a comprar propiedades e inmuebles, aquí o en otras latitudes, y muchos -que en su gran mayoría pertenecen a ahorristas que disponen de menores montos- eligieron el refugio que brindan las cajas de seguridad, tanto aquí como en el Uruguay.

Una frase escuchada al pasar por los pasillos de un banco resulta esclarecedora: “Los dólares que tengo en el cofre son míos, si los tuviera en una cuenta, no sé”.

El Banco Central (BCRA) se empeña por demostrar que tiene la divisa bajo su dominio y que cuenta con el suficiente poder de fuego para mantenerla bajo control. Sin embargo, la sociedad mira otra cosa.

Percibe que la incertidumbre continúa y que el refugio en el billete verde, a la larga, le traerá buenos resultados.

Es decir, la desconfianza en el contexto local corre por un camino paralelo a la confianza que genera Martín Redrado, pero le gana la carrera.

Vacantes agotadas
Los bancos consultados por iProfesional.com aseguraron que los pedidos de sus clientes crecieron en forma “exponencial” en los últimos meses. Ante ello ya pusieron manos a la obra para ampliar la disponibilidad en sus sucursales.

Las listas de espera para acceder a este servicio no dejan de sumar clientes, que no tienen más remedio que aguardar a que éstos habiliten nuevos cofres.

“Tenemos previsto ampliar la oferta porque hay demasiadas solicitudes. Realmente la demanda creció muchísimo en los últimos meses”, aseguró a iProfesional.com Daniel Juárez, Coordinador Comercial de la gerencia de Sucursales del Banco Ciudad.

“Los pedidos aumentaron exponencialmente. En cada sucursal nos encontramos con listas de espera de 140 personas, y en otros hay más de 150 clientes que aguardan acceder al servicio”, puntualizó Juárez.

Esta mayor demanda tiene su contrapartida en la pesadez que se observa en el crecimiento de los depósitos a plazo fijo, tanto en pesos como en dólares.

En junio las colocaciones en moneda local apenas crecieron un 1% frente al mes anterior, con una fuerte concentración en los plazos más cortos, pues todas aquellas a más de 59 días retrocedieron frente a los saldos de mayo.

Algo parecido sucedió con los certificados en dólares, pues sólo aumentaron u$s42 millones frente al cierre del mes anterior, lo cual implica una suba de apenas el 0,4 por ciento.

De esta forma, quienes antes se inclinaban por apostar a inversiones más conservadoras, con las que podrían obtener una rentabilidad acotada, ahora prefieren resignar ese beneficio para volcarse a los “billetes físicos” y así dormir tranquilos.

Pero no sólo es cuestión de perder esa rentabilidad, que en la actualidad ronda el 13% anual para los plazos fijos en pesos. Sino, además, incurrir en un gasto adicional. Esto es así pues se debe tener en cuenta el costo de mantener alquilado el cofre.

La demanda es tal, que en el último año el alquiler del servicio se incrementó más de un 50% y los valores actuales, según un relevamiento realizado por iProfesional.com son:

Según explicaron desde el banco Supervielle, se ofrecen tres tipos de seguros por el contenido: uno que cubre un total de u$s50.000, otro por u$s75.000 y, finalmente, otro por 100.000 dólares. Desde el punto de vista operativo, más allá de costos y disponibilidades, la mayoría de las entidades requieren un mínimo de un semestre y es sólo para clientes.

Saturación de la oferta
“La gran mayoría de las cajas de seguridad que existen en el mercado local están ocupadas y esta saturación de la oferta se da porque, una vez adquirido el servicio, nadie desea abandonarlo. Sólo sucede en los casos de fallecimiento y, habitualmente, pasan de una generación a otra”, explicó el funcionario del Ciudad.

Por otra parte, “los contratos son, en general, a 12 meses con renovación automática y no tenemos clientes que quieran rescindirlos”, enfatizó Juárez.

Para hacer frente a esa fuerte demanda, los bancos debieron poner en marcha una serie de obras civiles a fin de dar respuesta a tantos pedidos. Solamente en esta entidad tienen como objetivo “ofrecer 1.000 nuevas cajas al 31 de diciembre de 2009, para satisfacer sólo a un pequeño grupo de clientes”, agregó.

En tanto, en el Banco de la Nación Argentina, también confirmaron que “la demanda se ha incrementado”, motivo por el que “se ha proyectado la ampliación del servicio en más de 60 filiales para el corriente año”.

En el BBVA Francés, el índice de ocupación también es muy elevado, y actualmente ronda el 95% del total habilitado.

Otra entidad, que prefirió no darse a conocer, aseguró que evalúa la apertura de nuevos cofres y que estudia cuáles son las sucursales que tienen más solicitudes “porque muchas veces no se le puede ofrecer a un cliente una muy lejana del lugar en el que vive o trabaja”.

De todas formas, los procesos de ampliación de la oferta llevan tiempo. Por un lado, se deben acondicionar las instalaciones para que cumplan con las normas de seguridad y, por otro, existen instancias administrativas que son obligatorias, dado que los bancos no pueden abrir nuevas de forma unilateral, sino que necesitan una habilitación del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

En Uruguay tampoco se consiguen
En tanto, en Uruguay, un tradicional receptor de depósitos argentinos en épocas de crisis, la demanda de cajas de seguridad o “cofres fort” también creció considerablemente desde octubre pasado.

Fuentes bancarias, que prefirieron el estricto “off the record”, aseguraron que muchas entidades debieron ampliar su capacidad de depósito porque aumentaron considerablemente los pedidos de argentinos.

Esta fue la respuesta natural ante una mayor demanda que provocó una saturación de la capacidad disponible, pues colmó la oferta de unos 20.000 módulos existentes en la plaza montevideana.

El costo para abrir una varía, al igual que en la Argentina, de acuerdo con la entidad. En promedio, se exige un depósito reembolsable cercano a u$s100 y un costo anual que depende de la capacidad del cofre.

En el Nuevo Banco Comercial, según el gerente de Banca personal Marcelo Porteiro, las consultas comenzaron en octubre y no han cesado hasta el momento, pero reconoció que “no es un producto que el banco salga a vender sino que se trata de un servicio adicional ofertado a clientes”.

Desde la Sección Cofre de la entidad bancaria explicaron a iProfesional.com, que “en el caso de los no residentes, la entidad solicita que tengan un plazo fijo cercano a u$s10 mil y además, chequeamos los datos de los interesados en el Veraz. Para los residentes el valor de los depósitos es menor”.

“Hay muy poca disponibilidad en este momento”, agregaron.

Para una caja de 10 cm. X 15 cm. x 60 cm., el costo en el banco es de u$s150 anuales. En tanto, para una de 10 cm. x 30 cm. X 60 cm. el precio es de u$s300, y para las más grandes puede llegar a los 1.000 dólares.

Empresas que no son bancos
En la vecina orilla los bancos no son los únicos que ofrecen este servicio, pues existen varias empresas como Gales, Sats, Varlix Cofres y GDB, que también lo hacen.

“Hoy estamos prácticamente con la capacidad colmada a pesar de contar con unos 1.400 cofres, de los cuales 400 módulos están en la Avenida 18 de Julio, 200 en la sucursal de la Ciudad Vieja y 800 en la bóveda de nuestras oficinas en el World Trade Center”, expresó Nelson Alvarez, presidente del directorio de Gales Casa Cambiaria.

La empresa de vigilancia Sats, especializada en servicios electrónicos de seguridad, también administra una bóveda con capacidad para 2.200 cofres fort ubicada en su sede de Carrasco. La empresa reconoce haber invertido cerca de 500.000 dólares.

“Por el momento disponemos de unos 1.000 módulos y en la medida que aumente la demanda, se irán incorporando los restantes. Lo importante es que la gente entendió que se puede alquilar un cofre fort sin ser cliente de un banco”, aseguró Adolfo Pérez Pastori, gerente general de Sats.

En tanto, Julio Rodríguez, gerente de Varlix Cofres, afirmó que “los valores de locación oscilan entre los u$s165 y u$s430 anuales”.

“Si bien en nuestro caso, la mayoría de los clientes son uruguayos, hacia fines de 2008, con la crisis, se incrementó la demanda por parte de los argentinos, que incluso emparejó la de los uruguayos”, resaltó.

En la misma línea, Daniel Garat, presidente de DGB Casa cambiaria, sostuvo que “se registró un aumento de los pedidos en el último trimestre de 2008 por parte de argentinos, mientras que los uruguayos no mostraron tanta preocupación”.

Según dieron cuenta varios especialistas, los pequeños ahorristas que llevan sus dólares al país vecino en la búsqueda de cofres realizan desembolsos que oscilan entre 10.000 y 20.000 dólares.

“Los ahorristas están temerosos por la situación del país y ese dinero, al no estar en cuentas bancarias, no forma parte de los registros de ‘depósitos no residentes’. La preocupación se ve reflejada porque optan por una modalidad que no les genera un interés, sino que se trata de un servicio que debe pagarse”, agregaron.

Si bien es muy difícil determinar el monto total que está a resguardo en las cajas de seguridad, los analistas coinciden en afirmar que superan ampliamente los u$s2.600 millones depositados por argentinos en cuentas de depósitos en el vecino país.

La cifra correspondiente a junio de 2009 muestra que en el último año las colocaciones en bancos uruguayos se incrementaron un 40%, es decir nueve puntos porcentuales por encima de lo observado en el mercado local.

En este último mes las colocaciones en esa plaza crecieron un 2,2%, es decir, el doble que en el mercado local.