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Las cuentas abiertas de América Latina

De la visión que se tenga sobre América Latina dependerá que el mundo se fije más o menos en la Argentina. Los inversores extranjeros suelen mirar primero la situación de la región y luego analizan caso por caso cada país antes de tomar decisiones.

En ese sentido las luces amarillas que se encienden sobre el tablero fiscal latinoamericano no son una buena señal. Menos aún si la lamparita que corresponde a la Argentina también titila.

En una reciente presentación el secretario de la CEPAL, José Luis Machinea admitió que en la bonanza de los últimos años “el comportamiento fiscal de los países ha sido ejemplar”. Sin embargo, reconoció que se encendieron algunas alertas que agregan una mayor incertidumbre.

El superávit fiscal para el conjunto de la región subió 1,3 puntos del producto en 2002-2004 y 1,9 puntos en 2004-2006. Pero cayó 0,2 en 2006 y 2007. ¿Cuál es la explicación? Simplemente que el gasto público aumentó a un ritmo muy superior al de los ingresos. De acuerdo con el discurso del ex ministro, el caso paradigmático fue el de la Argentina en 2007.

¿Cambio de tendencia?
En un seminario sobre temas fiscales organizado semanas atrás en Santiago, Chile, donde asistieron técnicos del Fondo Monetario y otros especialistas de distintos países, el ex ministro mostró un cuadro en el que la Argentina resultó ser el país en el que el gasto público como porcentaje del producto más creció en todo 2007: 3,5 puntos. Le siguieron países como Ecuador, Venezuela y Haití.

Esto por un lado refleja que en tres de los cuatros países donde más subió el gasto se llevaron a cabo elecciones. Pero este comportamiento se ha extendido a otros casos también. De hecho, en 12 sobre 19 países se registró un deterioro del superávit fiscal.

¿Significa que hay una tendencia fiscal declinante en la región? Podría ser, si se tiene en cuenta que en 2006 y en 2005 sólo 4 países empeoraron sus cuentas sobre los 19.

Juan Pablo Jiménez, economista de la CEPAL en Santiago, dice que 2006 quedará como el año donde la región tuvo el mejor desempeño fiscal, todo un récord. Y en cierta forma divisa una nueva tendencia cuando anticipa que “para 2008 no creemos que la situación mejore con respecto al año pasado”.

Para Machinea, el comportamiento fiscal de la región fue ejemplar en los últimos años debido a que la deuda pública se redujo considerablemente. Entre 2003 y 2006 la mayoría de los países incrementó el superávit primario.

En ese sentido, América Latina ha tenido el mejor desempeño comparado con otros tres períodos anteriores.

Entre 1990 y 1994 el ahorro fiscal sufrió un deterioro de 0,6 puntos del producto. Entre 1994 y 1998 se produjo un repunte de 0,3% del PBI. Pero a partir de 2002 se pegó el gran salto: los ingresos aumentaron más de 3 puntos del producto durante cinco años consecutivos.

Pero todo esto podría estar en riesgo, piensan ahora. El motivo es que el gasto viene creciendo a un ritmo superior al de los ingresos en un momento en que se podrían combinar un repunte de la inflación en la región con una baja de tasas internacionales como consecuencia de la crisis hipotecaria.

El resultado podría ser un mayor ingreso de capitales y una mayor apreciación de los tipos de cambio. Es por ello que se necesita instrumentar cierta disciplina fiscal, recomienda la CEPAL.

Superávits gemelos
Según Jiménez, la crisis internacional va a significar menos recursos para los países de la región, aunque todavía no se sabe exacto cuánto. Por eso, ante la incertidumbre, es más aconsejable un prudente manejo del gasto que un elevado superávit.

Chile, por ejemplo, tiene un superávit de cerca de 10% del PBI. Pero si se descuentan los ingresos provenientes del cobre, entonces lo que se llama superávit estructural es de 0,5%. En Chile el gasto el año pasado permaneció inalterable (ver gráfico).

A América Latina podrían esperarle años no tan buenos como los últimos. A la incertidumbre fiscal se le agrega el pronóstico –del Banco Mundial– de que en 2009 la región registrará un rojo en la balanza de pagos. Pero según Goldman Sachs, ello podría darse este mismo año.

Mucho depende de cuán válida resulte la llamada “teoría del desacople”, que sostiene que muchos países emergentes podrán salvarse de la crisis financiera y la prevista desaceleración de las economías de los países industrializados gracias a los altos precios de las materias primas que exportan.

En cualquier caso, las dudas sobre la duración del actual ciclo económico persistirán durante buena parte de este año.