La Municipalidad de Buenos Aires acaba de promulgar la ley 3361, para regular la comercialización de bebidas alcohólicas.
Todo intento de controlar el consumo desmedido de alcohol es correcto, no solo por los efectos físicos que conlleva sino también porque produce descontrol en los boliches bailables y una elevada cantidad de accidentes de tránsito.
Pero la ley 3361 carece de toda lógica, porque permite que los boliches y los bares puedan vender alcohol hasta las 5 de la mañana, mientras los delivery de bebidas pueden hacerlo solamente hasta las 0 horas.
Se están otorgando 5 horas más de consumo justamente donde ese consumo es más peligroso (en los boliches y posteriormente con las personas que conducen alcoholizadas) mientras se limita el consumo domiciliario de personas mayores de edad a las 0 horas. Esa limitación va a lograr que esos consumidores se pasen al circuito clandestino para comprar bebidas, y sabemos que en el circuito clandestino no hay ningún tipo de control municipal.
La ley sancionada no avanza hacia la disminución del consumo, antes bien se limita a prohibir la oferta. Y mientras la demanda subsista, restringir la oferta legal de bebidas sólo hará proliferar la ilegal y agravará el problema de la venta de alcohol a menores.
La Cámara Argentina de Delivery de Bebidas explicó ésta situación a los legisladores y al ejecutivo municipal pero no han podido o no han querido entendernos, por lo cual se deberá apelar a la via judicial porque se están afectando derechos de los consumidores, de las empresas de delivery y de su personal.
Literalmente se está destruyendo una actividad lícita, reglamentada en el Código de Convivencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por un mal entendimiento de las autoridades sobre como controlar el consumo desmedido de bebidas alcohólicas.
