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Los súper chinos elevan la apuesta: lanzan artículos con marca propia y más tarjetas

Casi sin respiro, el capital chino en el ámbito del supermercadismo continúa dando muestras de un poder económico y una versatilidad que, por momentos, asombra.

Sucede que, tras el reciente lanzamiento de su propia tarjeta de crédito, Casrech, una de las cámaras que aglutina al grueso de estos emprendimientos, desembarcará en el mercado con distintas líneas de comestibles bajo una etiqueta propia.

La misma entidad negocia, además, el desembarco de su plástico Red Economía Hogar en distintos gremios, asociaciones sindicales, y hasta municipios del conurbano bonaerense.

A dos meses de su presentación oficial, la tarjeta ya se ofrece en más de 3.500 comercios asiáticos y del sector minorista local. En paralelo, Casrech se encuentra ultimando detalles para lo que será el cambio visual de la marca Gándara, adquirida el año pasado por la misma entidad.

Pero no sólo esta organización sigue desarrollando planes orientados a expandir la presencial oriental en el segmento de los supermercados.

Muy por el contrario, su par Cedeapsa también desarrolla planes para llegar a las góndolas con marcas propias.

Y hasta se permiten ir un paso más adelante: acaban de llegar a un acuerdo para adquirir un terreno en cercanías del Mercado Central.

En ese predio, la cámara planea levantar un centro de distribución que, según cálculos previos, demandará una inversión inicial superior al millón de dólares.

“Tenemos acordada de palabra la compra del terreno en este momento. Enviamos a un arquitecto para que evalúe cuál es la mejor estructura a desarrollar en la zona. Luego se avanzará con el cálculo de los costos totales de la obra y, posteriormente, con los planos”, comentó a iProfesional.com Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa.

“La cercanía con el Mercado Central además nos facilitará la participación en remates como el de quesos que organizó hace muy poco la Secretaría de Comercio Interior. Eso nos permitirá comprar a mejores precios”, agregó.

En coincidencia con Casrech, Cedeapsa también avanza con la idea de lanzar al mercado una cartera de productos propios. Arroz, fideos, durazno en almíbar y harina son algunos de los comestibles que se ofrecerán bajo una etiqueta “oriental”.

“Queremos proponer un packaging interesante, atractivo. Ya tenemos registradas varias marcas, pero todavía no nos decidimos por una en particular. La idea es combinar el poder de nuestra red como pool de compras para, una vez conseguido el proveedor, pasar a la etapa de imponer un alimento con nuestro auspicio”, indicó Durán.

La marca definida
Quienes sí ya se inclinaron por un nombre son los casi 6.000 autoservicios que hoy conforman Casrech.

Según adelantó a iProfesional.com Miguel Calvete, secretario general de la entidad, antes de diciembre llegarán a las góndolas fideos, arroz y azúcar bajo la marca madre “Red de Economía”.

“Tenemos la marca registrada. Igualmente, no será la única aunque sí la etiqueta base. Planeamos llegar a colocar veinte marcas distintas, para categorías que van desde alimentos secos como harinas y fideos, hasta la línea roja, integrada por puré de tomate y otros productos similares”, anticipó el ejecutivo.

Calvete sostuvo que Casrech se encuentra negociando una serie de alianzas estratégicas con productores de arroz, molinos harineros, y productores de azúcar a fin de garantizarse un stock de producto a precios ventajosos.

“También vamos a comercializar productos de limpieza. La cartera de comestibles integrará, además, harinas aditivadas para pizzas y tartas. En todos los casos, preferimos actuar en base a convenios y no avanzar con la compra de marcas reconocidas como hicimos con Gándara”, señaló.

Precisamente para esta última marca Casrech trabaja en un proceso de rediseño a fin de reimpulsar su presencia en el mercado de los lácteos. “Hemos hecho inversiones que todavía no serán visibles para el consumidor. Los cambios de imagen de Gándara se verán durante el primer semestre de 2011”, dijo.

La tarjeta del éxito
Con relación los resultados obtenidos hasta el momento por la tarjeta lanzada por Casrech hace dos meses, Calvete aseguró que ya se ofrece en más de 3.500 autoservicios orientales y de origen local.

“A fines de este mes se estará entregando la primera partida de más de 100.000 plásticos para los supermercados. En breve se irán sumando a su uso gremios, sindicatos, y hasta centros de jubilados”, anticipó.

“Hay mutuales de consumo que ya nos contactaron para adherirse. Que nuestra opción apunte a los sectores de menores ingresos es lo que hace que, por ejemplo, muchas municipales del Gran Buenos Aires quieran incorporarla como beneficio”, recalcó.

La tarjeta de Casrech está dirigida a la base de la pirámide, apuntando a hogares de bajos ingresos y a los jubilados que no están bancarizados y que, por lo tanto, hoy no pueden acceder a los descuentos y al financiamiento que ofrecen los plásticos que operan con Carrefour, Coto, Walmart, Disco y el resto de las cadenas líderes.

El objetivo de los supermercadistas chinos es lograr que 50.000 personas se adhieran en el corto plazo al sistema. Las tarjetas tienen un tope de compra de 1.000 pesos.

Características del fenómeno chino
La participación en ventas de los autoservicios chinos llegó al 37% durante 2009, según explicó a iProfesional.com Guillermo Neveu, director de NCC Consultores de Negocios.

El acierto estuvo en reconocer rápidamente el cambio que tuvo el consumidor, que empezó a refugiarse en formatos de cercanía que le aseguraban precio y variedad.

Por otro lado, lo notable de su posicionamiento es cómo le han ganado terreno a los grandes formatos, como los supermercados que, desde el año 2001, perdieron más de 10 puntos en manos de los espacios chicos, cayendo de 48 a 35 por ciento.

Según explicó Pablo Pyzyk, gerente de Retail Service de Nielsen, después de la crisis de 2001 el canal supermercadista comenzó a perder protagonismo, que lo ganó especialmente el de autoservicios y, en segunda medida, el tradicional.

“Al consumidor, en un contexto complicado, como el que se vivió hace más de ocho años, se lo capta rápidamente con el formato de conveniencia, tal como sucede con los autoservicios”, explicó el directivo.

Además, hay que destacar que tal comportamiento no sólo se sostuvo, sino además se incrementó, aún sin contar con los megadescuentos ofrecidos por las grandes cadenas.

En cuanto a la penetración por segmento socioeconómico, la virtud de los comercios orientales radica en que han logrado una distribución muy similar entre el público de los niveles altos, medios y bajos, con poco más de 30% de mercado en cada segmento.

El estilo de trabajo como clave
El crecimiento de estos comercios tiene que ver, entre otras cosas, con su particular cultura y sentido del trabajo.

Según fuentes del sector consultadas por iProfesional.com, el ahorro en costos que tienen los comerciantes chinos les permite ser competitivos en precios y continuar con sus planes de expansión, a pesar de la crisis.

Esto tiene que ver con la administración de los puntos de venta que, en general, está en manos de los mismos dueños y familiares.

Trabajan un promedio de 14 horas diarias, algo que sería muy costoso sostener con empleados.

Por otro lado, los mismos locales que alquilan para instalar el negocio suelen utilizarlos como vivienda, para lograr así una importante reducción de gastos.

Incluso, una parte del espacio, en general el destinado a la venta de carnes, frutas o verduras, suelen sub-alquilarlo a terceros, para así recuperar parte del costo de la locación.