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Maniobras defensivas para sobrevivir a una recesión

La economía mundial se enfría. En los próximos meses, las empresas enfrentarán un escenario más complejo con clientes en plan de ahorro, proveedores menos dispuestos a dar crédito y dificultades para conseguir financiamiento.

En este contexto, inevitablemente será necesario adoptar una serie de maniobras defensivas para navegar entre las agitadas aguas del temporal y posicionar a la compañía de cara al nuevo ciclo expansivo que llegará algún día:

Analizando la situación de la empresa

En primer lugar, es necesario obtener una radiografía precisa y actualizada de la salud financiera de la empresa.

Con una hoja de cálculo, construya la historia financiera de la compañía durante los últimos cinco años (prestando especial atención a los balances) y comience a buscar tendencias en los indicadores financieros clave.

El índice de apalancamiento (deuda/patrimonio neto) es particularmente importante en tiempos de crisis.

Supongamos, por ejemplo, que sus ventas se ha duplicado en cinco años, pero su índice de apalancamiento ha trepado de 2:1 a 3:1.

Esta tendencia puede ser peligrosa para la estabilidad financiera de la organización. Si el índice de apalancamiento supera el umbral de a 3:1, usted encontrará serias dificultades en conseguir financiamiento bancario.

Por otro lado, busque señales de dificultades al interior de su industria. ¿Hay una excesiva capacidad? ¿Hay demasiados jugadores que ofrecen precios que no le permiten operar con beneficios a la mayor parte de los participantes en el mercado? ¿Habrá una mayor erosión de precios si los ingresos de la industria se aplanan o caen?

Responder a estos interrogantes le permitirá identificar los principales desafíos que tendrá que enfrentar la empresa en el nuevo escenario.

Identificando las debilidades internas: el gasto en personal

En la mayoría de las empresas, el principal gasto está relacionado con el personal. Por lo tanto, en caso de necesitar reducir costos, será inevitable desprenderse de algunos trabajadores.

Pero, ¿cómo tomar esta decisión? ¿Cómo lograr que los despidos no afecten seriamente el funcionamiento de la empresa? ¿Cómo evitar la pérdida de personal clave que será necesario después de la crisis?

Una buena técnica consiste en dividir los recursos humanos en tres categorías:

La categoría “A” incluye empleados motivados, altamente hábiles en sus puestos e indispensables en todas las circunstancias.

Los actores “B”, si bien tienen menos experiencia, presentan buenas perspectivas futuras, con potencial para manejar nuevas responsabilidades.

Los trabajadores “C”, por su parte, son los menos motivados, hábiles y con bajo potencial de crecimiento.

Típicamente, la proporción de empleados de cada clase es de 10, 80 y 10 por ciento, respectivamente.

En tiempos difíciles, es fundamental saber en qué categoría se encuentra cada persona. Así, llegado el caso, sólo serán despedidos aquellos que aporten menos valor al negocio.

Pronosticando el flujo de caja suponiendo un “worst case scenario”

Es imposible saber, a priori, cuán grave podría llegar a ser la recesión. Por lo tanto, la empresa debería estar preparada para sobrevivir al peor escenario.

1) Estime los ingresos

En primer lugar, suponga una caída de ventas del 10 por ciento y observe su impacto en el flujo de caja.

Para algunas empresas, un 10 por ciento puede ser un pronóstico demasiado conservador. Si cree que su industria será severamente atacada, suponga una declinación de entre un 15 y un 20 por ciento.

Al mismo tiempo, considere que la morosidad aumentará hasta cierto punto, porque algunos clientes tendrán dificultades en pagar.

En suma, el objetivo es obtener una estimación realista de los ingresos de efectivo que probablemente se generarán durante los próximos doce meses.

2) Estime los egresos

Calcule el desembolso total de efectivo necesario para el funcionamiento de la compañía y para pagar los servicios de deuda en los próximos doce meses, suponiendo que usted no tendrá acceso a financiamiento externo.

3) Equilibre las cuentas

Con estas estimaciones, maneje los números hasta lograr un flujo de caja positivo. Recorte lo que sea necesario hasta asegurarse de que el dinero que sale sea menor que el que entra.

No cometa el error de suponer que podrá aumentar los ingresos para cubrir la merma del flujo de caja. Quizás el mercado no se lo permita en una economía débil. Tampoco confíe que su banquero amigo le financiará el déficit.

Revisando términos y condiciones de los préstamos bancarios

Revise los términos y condiciones específicas de sus préstamos bancarios, asegurándose de que haya amplio espacio para cumplir con el acuerdo.

En caso de que usted se atrase con los vencimientos, no se engañe pensando que, como el banco todavía no lo ha llamado, la situación no es grave.

Los convenios de préstamo otorgan a los bancos importantes derechos y recursos reparatorios.

El incumplimiento de los acuerdos hará que el banco reevalúe el perfil de riesgo de su empresa y comience a monitorearla de más cerca.

El banco no rescindirá el contrato necesariamente, pero puede endurecer los términos de pago y pedir garantías personales.

En definitiva, cuando la economía se enfría, es inevitable adoptar algunas maniobras defensivas para superar el temporal. Pero las crisis también pueden presentar una oportunidad de crecimiento a través de maniobras ofensivas.