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Mar del Plata recibe más visitantes de alto poder adquisitivo

Su presupuesto de vacaciones les permitiría veranear en algún destino del exterior y, tal vez, asegurarse allí, por ejemplo, mejor clima y un mar de aguas más templadas. Pero cada temporada están acá. Y durante la que transcurre, más que nunca. Porque mientras en esta ciudad el arribo internacional de viajeros durante enero cayó poco más de un 5% con respecto al año anterior, el turismo ABC1 no sólo mantuvo sus niveles, sino que creció en algunos casos hasta un 12 por ciento.

Los hoteles cinco estrellas, donde una habitación cuesta por noche unos 200 dólares como mínimo, lograron un promedio de ocupación muy alto y, a la par, una mayor demanda de servicios puertas adentro.

Es una tendencia que ahora vive sus momentos pico, pero que va más allá del período estival. Es que desde el año pasado se percibe una mayor afluencia de viajeros durante los fines de semana de temporada baja, movimiento en el que tiene fuerte incidencia el turismo premium.

“Es la franja de visitantes que se mantuvo e incluso creció en esta temporada”, asegura Pablo Fernández, presidente del Ente Municipal de Turismo (Emtur). Son viajeros de buen perfil económico. Uno solo de ellos, por ejemplo, contrató durante un mes la suite Gobernador de uno de estos hoteles de máxima categoría.

“Enero superó nuestras mejores expectativas”, confirmó a LA NACION el gerente de ventas del Sheraton Mar del Plata Hotel, Jorge Sánchez. Destaca 12% más de ocupación que el año anterior y una fuerte presencia de familias entre los huéspedes.

Golf y náutica
Los visitantes valoran por igual la belleza de la ciudad, su oferta de actividades y la calidad de servicios, en particular alojamiento y gastronomía. Y la disfrutan tanto como pueden. “Tenemos huéspedes con estadías de hasta 45 o 60 días. Y también hubo una mayor demanda interna de servicios”, dijo Federico Uberto, gerente de operaciones del hotel Costa Galana.

Un buen reflejo del turismo premium se percibe en los cinco campos de golf que tiene la ciudad. Es una de las excusas principales que muchos de estos viajeros tienen para elegir su destino de vacaciones. “Turismo y golf están muy asociados”, cuenta Federico Nicholson, presidente del Mar del Plata Golf Club, en Playa Grande.

Destaca la rica oferta para los amantes de este deporte. “El mayor movimiento se ve ahora, pero la llegada de turistas que juegan golf se ve todo el año”, indicó.

Algo similiar ocurre con los navegantes, otro selecto grupo de turistas que, cada vez en mayor número, llega hasta aquí con sus yates.

A Enrique Levallois, un ejecutivo de empresa, la crisis económica de fines de 2001 lo trajo por primera vez de veraneo a estas playas. “Me enamoré de Mar del Plata y desde entonces paso cada temporada en esta ciudad.”

Levallois, además, es uno de los que estrenaron a fines de noviembre pasado una de las novedades locales: las flamantes torres que se construyen frente al mar. Son más de veinte las que están en marcha, algunas de ellas ya habitadas. Y tienen valores que oscilan entre 1500 y 2000 dólares el metro cuadrado.

“Luego de alquilar varios años tomamos un crédito para tener un lugar propio”, dice sobre el departamento que compró en Torres del Golf, un complejo frente a los links de Playa Grande que está pleno de amenities : pileta de natación, spa, jacuzzis, cancha de tenis, quincho, salón de juegos.

Levallois admite que varios de sus amigos lo consideran un “bicho raro” por veranear en Mar del Plata. “Ellos prefieren Cariló o Punta del Este”, dice. Pero aquí comparte con otros una ciudad a la que, señala, hay que saber vivirla: “Tiene todo: belleza, el mejor mar, buena gastronomía y es muy accesible”.

Cuentas pendientes
Los operadores locales, sin embargo, creen que los resultados podrían ser aún mejores en este segmento si la ciudad pudiera resolver algunas de sus debilidades. Por ejemplo, los medios de transporte. “Con la escasez de frecuencias de vuelos no podemos pensar en tener mucho más turismo extranjero”, dijo Sánchez. Mar del Plata tiene apenas un promedio de cuatro vuelos diarios, aunque dos de ellos son en aeronaves menores.

“Se hace imprescindible un tren de alta velocidad”, reclama Nicholson. El emprendimiento da sus primeros pasos y anteayer se confirmaron cuatro ofertas que participan de la licitación de la obra.

También se anota como cuenta pendiente la ausencia de cruceros. Hace tiempo que se brega sin avances para que se construya aquí una terminal donde puedan amarrar estas embarcaciones.