Inicio Clickeando Me diagnosticaron una enfermedad crónica: ¿Qué hago para sentirme mejor?

Me diagnosticaron una enfermedad crónica: ¿Qué hago para sentirme mejor?

Esta nota trata del alivio, del bienestar, de las ilusiones positivas y los proyectos de vida. Habla del abordaje de las enfermedades físicas crónicas tales como el cáncer, enfermedades coronarias, autoinmunes, etc. desde una perspectiva que integra de un modo innovador los aspectos emocionales.

¿Por qué? Porque junto con los avances significativos en la prevención, el diagnóstico precoz y tratamiento en los últimos años, se ha desarrollado una rama de la Psicología Clínica, que se dedica especialmente a ayudar a las personas que padecen afecciones físicas.

¿En qué sentido? Estudiando los aspectos psicológicos involucrados en estas dolencias, las fuentes de malestar, los factores que ponen en riesgo la calidad de vida y las condiciones que favorecen o dificultan consecuencias positivas, elaborando recursos útiles para enfrentar la enfermedad.

¿De qué manera ayuda? Según lo que sea necesario para cada persona, puede ayudar a:

  • Mejorar el estado de ánimo
  • Eliminar o disminuir el temor
  • Cambiar hábitos de vida
  • Aliviar el dolor o malestar
  • Preservar una imagen valiosa de sí mismo
  • Encontrar nuevos modos de relacionarse con la familia y el entorno social
  • Elaborar planes de vida gratificantes

¿Cómo se logra? Por medio de un tratamiento psicológico focalizado, diseñado para cada persona en función de las características de la enfermedad, su estado emocional y estilo personal, su edad y situación vital.

¿A quiénes está dirigida esta posibilidad? Estas enfermedades significan muchas veces una amenaza al bienestar de la persona, generan incertidumbre y por lo tanto intranquilidad, miedo y sensación de pérdida de control de la propia vida. A veces estas sensaciones se acompañan de mucho desánimo o depresión, falta de ganas de luchar y en casos extremos de abandono.

La enfermedad expone a la persona a una situación de mucha tensión, exigencia y cambio por múltiples motivos: el pasaje de estar sano a enfermo, la nueva relación con el equipo médico tratante, los estudios diagnósticos, los tratamientos, los diversos cambios en la vida cotidiana, la relación con la familia, los amigos y el trabajo. Las posibilidades son muy variadas a lo largo de un continuo: la situación puede significar desde un desafío para atravesar –obteniendo incluso provecho de la experiencia, hasta convertirse en un motivo de gran sufrimiento emocional. Las personas que sienten temor o desánimo o falta de fuerzas para enfrentar esta circunstancia, pueden recibir gran beneficio con un tratamiento psicológico. Los cambios muchas veces superan ampliamente las expectativas iniciales.

¿Cómo se identifica el momento en que es necesario buscar ayuda? A veces parece sencillo darse cuenta, por el nivel de malestar o el tipo de conducta que resulta perjudicial, pero otras veces puede ser difícil de identificar la necesidad. Hay algunos indicadores útiles para las personas, para su entorno familiar o para el médico tratante, para saber cuándo intervenir con tiempo suficiente para lograr buenos resultados. Son los momentos en que los factores emocionales, ya sea angustia o depresión:

  • Interfieren con la capacidad del paciente para buscar ayuda médica apropiada o para realizar los procedimientos necesarios
  • Interfieren en que la persona pueda cambiar hábitos de vida que son perjudiciales para su salud
  • Aumentan los problemas o limitaciones que puede provocar la enfermedad
  • Interfieren con las actividades diarias en la casa o en el trabajo
  • Disminuyen mucho las fuentes de gratificación habitual (encuentros con amigos, lectura, paseos, vida sexual, etc.)
  • Ocasionan problemas de relación con personas cercanas
  • Dificultan contar con apoyo social

¿Por qué hablamos de una perspectiva innovadora? Las personas buscan en la actualidad mejorar su bienestar por diferentes medios. Abundan diferentes formas de ayuda. Las prácticas relacionadas con la espiritualidad y con la integración cuerpo-mente están cada vez más ligadas al bienestar psicológico. Por tal razón, los psicoterapeutas se disponen a renovar los modelos de trabajo y buscar alternativas cada más efectivas, que se nutren de un estallido de nuevos conocimientos. El próximo 21 y 22 de agosto especialistas de distintas disciplinas se reunirán en el 1º. Congreso Internacional de Psicoterapia Contemporánea: Cuerpo, Mente y Espíritu para dialogar sobre el mejor modo de ayudar a las personas a desarrollar recursos para enfrentar padecimientos físicos desde una mirada más abarcativa.

¿De qué manera ayuda el tratamiento? El tratamiento ayuda a descubrir y utilizar todos los recursos, a veces desconocidos, que tiene cada persona para enfrentar y sacar provecho de situaciones difíciles: estimula la imaginación y el humor, permite asimilar experiencias nuevas, convertir acontecimientos desagradables en potencialmente útiles, mantenerse activo, percibir indicios precoces de acontecimientos futuros, para tomar las medidas apropiadas y sobre todo, mantener una actitud positiva ante el mundo y confianza en las cosas buenas que aun estén por venir.

Y en esto consiste justamente la esperanza: en la convicción de que existe un futuro mejor, de que es posible encontrar la fuerza necesaria para cumplir con un objetivo, sea grande o pequeño; en alentar expectativas posibles. A veces las personas mejoran o se curan. En ocasiones incluso, se recuperan de enfermedades supuestamente incurables, prosperan más allá de los pronósticos médicos. Pese a las dolencias, siempre hay una margen dentro del cual la vida puede vivirse con significado, buscando nuevas formas de felicidad.

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