Inicio Empresas y Negocios Microsoft quiere posicionarse como empresa cool, ¿es creíble la estrategia?

Microsoft quiere posicionarse como empresa cool, ¿es creíble la estrategia?

Alex Bogursky es el director de una de las agencias de publicidad más prestigiosas de los Estados Unidos.

En su haber, figuran heroicas campañas para corporaciones de la talla de Volkswagen, American Express, Nike y Burger King.

Algunos meses atrás, Microsoft sus servicios y le otorgó un presupuesto de 300 millones de dólares para promocionar sus productos destinados al público masivo.

Ahora bien, advierte un artículo de FastCompany, este cambio de proveedor publicitario responde a diversos factores.

En primer lugar, la campaña de lanzamiento de Windows Vista ha sido duramente criticada por su escasa creatividad. El producto, supuestamente revolucionario, acabó siendo una profunda decepción comercial (aquí, más información sobre el fracaso de Vista).

Pero, incluso más grave, los directivos de Microsoft se mueren de envidia al ver cómo su archirrival Apple se convierte en una marca de culto invirtiendo sólo la mitad de dinero en publicidad.

Así, se comprende la contratación de Bogursky, un experto en renovar imágenes de corporaciones de la vieja economía, para reposicionar a Microsoft en la mente de los consumidores como una compañía “cool”.

Ahora bien, ¿será efectivo el cambio de la estrategia publicitaria de Microsoft?

Muchos analistas de la industria dudan de que la comunicación sea el verdadero problema de la empresa.

Es cierto que la percepción pública sobre la compañía ha sufrido duros golpes en los últimos años. El juicio por prácticas monopólicas ha construido una imagen de “empresa malvada” a la que se acusa de muchos de los males de la globalización.

Sin embargo, advierten algunos analistas, el verdadero problema radica en el modelo de negocio de la empresa.

Microsoft es uno de los dinosaurios de la era digital, una compañía que encarna el tradicional negocio del software propietario contra lo “cool” del open-source y el desarrollo colaborativo.

La jugada de Microsoft apunta precisamente a convencer al público de que ella es creativa e innovadora como Apple.

Este es el gran desafío que tiene Bogursky por delante. Está por verse si su propia imaginación y su chequera de 300 millones serán suficientes para reposicionar la marca.