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Mientras Argentina se enamora del gigante asiático, súper chinos sufren la competencia y cierran comercios

Fueron los elegidos de los argentinos por cercanía y precios bajos. Sin embargo, perdieron terreno frente a la proliferación de comercios de las grandes cadenas. Desde el sector advierten que cerraron cerca de 500 establecimientos y se destruyeron unos 2.000 puestos de trabajo


Fueron expandiéndose hasta generar un entramado de puntos de venta emplazados de tal manera que cualquier persona que recorriese unas pocas cuadras se tope con uno de ellos.

Con el paso del tiempo lograron captar a más argentinos, que concurrían a estos comercios atraídos por los precios bajos, por la cercanía, por el ahorro en tiempo y porque en ellos compraban lo justo y necesario, evitando las tentaciones que surgen al recorrer las góndolas de los grandes establecimientos.

Sin embargo, en el último tiempo los supermercados chinos comenzaron a perder terreno, algo que se viene notando cada vez con más fuerza.

Una de las razones es la mayor competencia, a raíz del explosivo crecimiento de los formatos express de las grandes cadenas, como los propuestos por Carrefour o por Walmart, entre otros.

La batería de descuentos y promociones que ofrecen ha hecho retrotraer a los comercios asiáticos y hasta obligó a muchos de sus dueños a migrar a otros rubros.

Desde la Federación de Supermercados Chinos ya vienen dando cuenta a este medio de que la expansión irrefrenable de las propuestas “express” ha acorralado al supermercadismo oriental.

Además, destacan con marcada preocupación la cantidad de autoservicios asiáticos que debieron bajar las persianas por efecto del crecimiento de opciones como Changomas, los Mini Carrefour o el modelo de franquicias que propone Día.

En el último año cerraron algo más de 500 establecimientos. Esta caída no sólo se ha dado en Capital Federal y GBA, sino en varios puntos del país.

A modo de ejemplo, en Córdoba un 10% de los comercios dejaron de operar y en todo el país “se perdieron unos 2.000 puestos de trabajo”, según señaló la cámara de supermercados de propiedad asiática.

“Ya no hay más aperturas. No sólo eso, sino que además se están transfiriendo muchos fondos de comercio. La expansión que vienen haciendo las grandes cadenas -bajo formatos express- afectó la rentabilidad del negocio”, aseguró a iProfesional Miguel Calvete, titular de INDECOM.

Para Calvete, la estrategia de los grandes establecimientos de “atacar” el canal de proximidad le está dando buenos resultados a Carrefour y a Walmart.

La avanzada de las opciones “express” de las cadenas ha crecido de manera casi exponencial.

Las estadísticas son contundentes: de cada 100 aperturas que se han venido dando en el sector del supermercadismo, el 75% correspondió a locales de tamaño reducido, según un informe de la consultora especializada CCR.

Repliegue oriental
Calvete, titular de INDECOM, admite que en 2014 las ventas en súper chinos tuvieron una caída superior al 8%, un porcentaje que más que duplica la baja que sufrió el resto del sector.

“En supermercados, en general, el año pasado el descenso fue de entre un 3% y un 4%”, puntualiza Fernando Aguirre desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS).

El retroceso también está emparentado con la caída general del consumo. Sin embargo, los autoservicios asiáticos sintieron este impacto más que otro tipo de establecimientos.

Desde CCR señalan que la mayor baja se dio en el canal tradicional, del cual forman parte los súper chinos.

“En un radio de 400 metros a la redonda de una boca de cercanía de propiedad de una cadena de supermercado, los almacenes de barrio han perdido 7 puntos en sus ventas”, advierte Calvete, en función de las últimas mediciones labradas por la Casrech.

Por cierto, los Carrefour Express no son los únicos que vienen quitándoles terreno a los asiáticos. Día está creciendo con el modelo de franquicias, a punto tal que, en la actualidad, de los más de 500 comercios que operan en el país, la tercera parte ya está en manos de terceros.

En tanto, la apuesta de Walmart se ajusta a la expansión de Changomas, que también ha venido sumando bocas de expendio.

Otro aspecto que les juega en contra es la falta de “Precios Cuidados”, que les ha hecho perder terreno frente a la competencia.

“Los autoservicios chinos no tienen convenios con los fabricantes, por lo cual no pueden acceder a ciertos costos y tienen que vender algunos productos más caros”, apunta Aguirre, de la Cámara Argentina de Supermercados.

Un cambio en la percepción de la gente
A la mayor competencia de los formatos express y a la caída del consumo, se suma otra cuestión que afecta a los súper chinos. Y tiene que ver con una modificación en la percepción de los consumidores.

Una de las razones por las que los argentinos antes los elegían con mayor asiduidad era que consideraban que los productos que ofrecían resultaban más económicos.

Desde el sector explican que esto cambió. “La gente dejó de pensar que los súper chinos son tan baratos”, apunta Aguirre.

El directivo agrega que “si bien en algunas categorías mantienen buenos precios, en otras sus productos resultan más caros que los de sus competidores”.

Obligados a migrar
El declive del supermercadismo asiático obligó a muchos dueños a buscar otras alternativas.

Una que ha venido cobrando fuerza es la venta de comida por peso.

Calvete apunta que los comerciantes orientales ya controlan más de 400 puntos de venta de este tipo de comidas en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

“Muchos ven en esta opción un negocio más redituable. Hasta se puede hablar de una suerte de migración comercial”, destaca, al tiempo que remarca que al menos “uno de cada diez establecimientos de este tipo ya pertenece a un empresario chino que antes comandaba un autoservicio”.

Compradores infieles
Claro que los asiáticos no son los únicos que deben “reacomodar sus fichas” en un tablero confuso e inestable.

Los expertos en consumo afirman que los clientes se volvieron menos leales a una determinada cadena y destacan que cada vez es mayor el protagonismo de las promociones en las decisiones de compra.

Aguirre apunta que “la gente ya no es fiel a un retailer en particular, sino que elige el lugar según el descuento que ofrece”.

Por otro lado, cada vez se hace más frecuente que los consumidores realicen un “mix” de compras, llevando en cada punto de venta las categorías que tienen mejores precios.

“Las personas hoy alternan diferentes canales, de acuerdo con las rebajas y promociones disponibles”, dice el ejecutivo de CAS.

Otro de los desafíos que deberán enfrentar las empresas este año tiene que ver con un consumo para el que no se prevé un gran repunte sino, más bien, un escenario de estancamiento.

“En 2015 el nivel de compras estará amesetado”, anticipa Aguirre. Él es de los que cree que en los próximos meses “no se producirán fuertes caídas pero tampoco habrá un clima de euforia consumista”.

En igual sentido, desde la consultora Kantar Worldpanel anticipan que se tratará de un año de consumo aplacado: “Proyectamos un 2015 similar a 2014 en cuanto al contexto, rumbo de la política económica y distorsiones en los precios”.