La inmensidad del campo aporta lo suyo a la paz que da el río marrón, sin orillas; el río de Juan José Saer, Homero Manzi, Marcos Sastre y tantos otros escritores. Que en este caso no es uno, sino tres: el Areco, el Baradero y el Paraná de las Palmas.
La estancia El Aduar, en el partido de Zárate, se ubica sobre las barrancas del Paraná, con costa en los tres cauces mencionados. Incluye un barrio de chacras de una hectárea y media cada una, un restaurante, reserva de bosques y fauna, campo y más campo, donde pastan 150 vacas, hay una playa de río manso, y también la posibilidad de realizar paseos en kayak o lancha, pesca, cabalgatas y caminatas.
Fundado por Hernán Ayerza, este campo fue el primer haras de la Argentina. A lo lejos se divisa, sobre una colina, el casco histórico de la familia que actualmente es la propietaria; el imponente San José, donde hasta se dice que estuvo Charles Darwin en su matera, que conserva las paredes originales de 1820. En cambio, el casco que fue de Ayerza se encuentra en pleno reciclado.
Los viajeros pueden pasar el día, almorzar en el restaurante o pernoctar en alguna de las casas que se alquilan durante los fines de semana, y realizar actividades, que se ofrecen siempre y cuando reserven con tiempo.
“Este lugar nació con el objetivo de preservar la tradición de familia que quiere compartir un tiempo en el campo”, explicó Damián Bourdieu, a cargo de la venta de lotes y la administración turística del lugar. Los propietarios de las chacras tienen sus caballos alojados aquí (son 140), que el Aduar cuida y alimenta, junto con los de la estancia (10), que son los que se alquilan a los turistas.
El uso de los caballos depende de la disponibilidad de Beto, su cuidador, a quien hay que pedírselos en la zona del monturero. Es usual que propietarios y visitantes ayuden a buscar o soltar los caballos, a la mañana o a la tarde. Todo es muy familiar.
A pedido de los interesados, se traen especialmente los caballos peruanos del haras Ampascachi, en Córdoba, y también se realizan carreras de endurance , entre otros encuentros programados para este año.
La opción náutica consiste en el uso de kayaks y en hacer paseos en lancha por el Delta productivo, porque “en esta zona hay hacienda y se pueden ver vacas nadando hacia las islas, donde van a pastar, o a los isleños recolectando fruta o cañas”, contó Juan Caminos, de la administración de El Aduar.
Asimismo, se realizan salidas para pescar con mosca dorados con devolución, o surubías, en actividades que duran todo el día y precisan reserva.
También hay en la estancia canchas de bochas, tenis y polo. Cuando es temporada, en esta última se juegan partidos con equipos de la zona.
Tardes placenteras
Más o menos a las 5 de la tarde los interesados bajan para disfrutar de las actividades náuticas. Para los que prefieran caminar, desde los muelles, donde salen las lanchas, orillando el río, hay un camino de 3 kilómetros que puede servir para trekkers o caballos. El mismo sendero sube después la barranca entre bosques de ligustros. Desde un recoveco se pueden ver, a lo lejos, las centrales Atucha I y Atucha II, distante a 20 kilómetros por el río, aproximadamente.
Después de una hora de caminata desde el muelle sobre el río Areco, por diversos caminos, el lugar es inmenso y tiene 1000 posibilidades de paseos, se accede a la otra matera, un sitio donde los propietarios cuentan con parrillas para hacer su asado, con la asistencia de Javier Giles.
El restaurante Los Palenques ofrece un menú que consiste en empanadas, asado con ensalada, pollo y algún plato del día.
Sobre 800 hectáreas de campo, la estancia El Aduar, con paisaje quebrado y espacios náuticos, es un lugar ideal para el descanso del fin de semana.
Datos útiles
* Día de campo: $ 50 sin bebidas; menores, $ 40
* Fin de semana: alquiler de una de las casas, de viernes a domingo, $ 1000 (capacidad, de seis a diez personas).
* Informes: 4747-4985 o (15) 6381-9317, info@estanciaeladuar.com.ar
