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Niños ansiosos frente a la gripe “A”: Una mirada positiva

La preocupación por la gripe A (H1N1) puede causar ansiedad tanto en los niños como en sus padres. Esta situación podría potenciarse en los niños, adolescentes y adultos que tienen sensibilidad a la ansiedad.

Los niños esperan de los adultos orientación sobre cómo reaccionar frente a hechos estresantes. Si los padres parecen excesivamente preocupados, intensificarán los sentimientos de ansiedad en sus hijos.

El reconocimiento de cierto nivel de inquietud, sin entrar en pánico, no sólo es apropiado sino que puede ayudar considerablemente a los niños respecto del manejo de la ansiedad producida por la presencia y propagación del virus.

El elemento central que genera y sostiene la ansiedad (en todas sus formas de expresión) es la sensación de pérdida de control. La presente pandemia es una situación, sin duda, adversa que los padres pueden “aprovechar” para, entre otras cosas, ayudar a sus hijos a desarrollar recursos de afrontamiento y reforzar su sentido de agencia personal.

¿Cómo hacerlo?

Existen herramientas de las que los padres pueden servirse para reducir el nivel de incertidumbre en sus hijos y generar en ellos sensación de mayor control.

Algunos sí para los papás y las mamás

Mantenga la calma: la ansiedad que manifiestan los niños tiene que ver con que es muy positivo mantener cierto nivel de alerta cuando las situaciones son desconocidas. La ansiedad se incrementa cuando sentimos que no tenemos los recursos necesarios para enfrentar los obstáculos que la realidad nos presenta. El niño/a hace una lectura de las expresiones de nuestro rostro, no solo escucha nuestras palabras. Si nos sentimos inseguros, busquemos la información que necesitamos. No lograremos tranquilizarlos con nuestras palabras si no lo acompañamos

Tome una posición activa: una manera de incrementar la tensión que esta situación produce es quedarse paralizado. Tome una posición activa, decida adónde, cómo y con quien quiere salir con sus niños/as. Es preferible equivocarse en ello, que quedarse expectante

Vaya paso a paso: en muchas situaciones sabemos que lo mejor es decir “solo por hoy”. Tome esa dirección y piense día a día. No podemos adelantarnos sin evaluar el curso que la situación toma. De lo contrario corremos el riesgo de tomar decisiones apresuradas o paralizarnos esperando que otro resuelva.

Busque fuentes de información confiables: converse con el pediatra de sus hijos y acuerde cuál es la mejor conducta a seguir para el cuidado de la salud de cada niño/a.

Comparta la información con los niños: es positivo brindar información clara, concreta y precisa apropiada según las edades. Es conveniente limitar la exposición al televisor y el acceso de información por Internet ya que puede resultar inapropiada y facilitar la exacerbación de la ansiedad y confusión, particularmente en los niños pequeños. Podemos intentar no hablar ni de más ni de menos, si buscamos los signos que ellos nos dan sobre su capacidad de incorporar nuevos datos.

Ubique el tema: históricamente, la humanidad ha sobrevivido circunstancias difíciles, y ha seguido disfrutando de una vida plena y productiva. En este sentido, la lectura de cuentos épicos suele ser una buena herramienta para favorecer el desarrollo de alternativas que abran posibilidades. Más allá del resultado final, el proceso que vaya sucediendo es una fuente de aprendizaje sobre cómo vivir circunstancias adversas

Atienda las inquietudes de sus hijos: las personas necesitamos sentir que quienes nos quieren entienden y comprenden nuestras experiencias. Puede ser que a los ojos de otros sea exagerado, pero hay niños con predisposición a asustarse más que otros. Escúchelos y trate de reconocer la vía más próxima para brindarle la seguridad que está pidiendo de esa forma. No se apresure, escuche su modo. Es más importante que se sienta validado a que solamente acate una orden de serenarse. De este modo tendrá más posibilidades de sostener el tiempo la actitud solicitada.

Amplíe los intercambios: Es conveniente explicarles que la adopción y revaloración de hábitos higiénicos, de alimentación y de ejercitación, minimizará el contacto con gérmenes y otras fuentes de enfermedades, es un conocimiento que ayudará al niño a tener mayor sensación de control, reduciendo así su ansiedad. Es decir, transmitirles que ellos tienen la capacidad de tomar medidas para mantenerse saludables y no diseminar la enfermedad, como por ejemplo lavarse las manos con mayor frecuencia que lo habitual, no compartir alimentos ni bebidas, cubrirse la boca con un pañuelo descartable al estornudar o toser, no exponerse a conglomeraciones, etc. Pero también recuerde que la gripe A no sea el único tema de intercambio. Piense que hay un abanico de posibilidades para intercambiar con nuestros hijos sobre sus gustos, intereses, búsquedas. No deje que un solo tema se convierta en el monotema de intercambio.

Genere alternativas y respete las rutinas: Para todos los niños y especialmente para los más pequeños que aún no dominan el lenguaje oral, es conveniente incrementar los espacios dedicados a la actividad lúdica a fin de que puedan, a través del juego, expresar sus emociones y la posible confusión que pudiese producirles esta alteración en su rutina diaria. De todos modos, tratemos en la medida de lo posible respetar las rutinas. El hecho de conservar cierta regularidad en horarios de comidas, higiene personal, sueño, recreación, y descanso, es tranquilizador. Genera en los niños sensación de predictibilidad, de orden, reduciendo la sensación de incertidumbre, de caos. Esto se traduce en sensación de mayor control disminuyendo significativamente la ansiedad.

Si ve que la situación se le va de las manos: consulte a especialistas. Desde hace muchos años se investiga el tema. En el próximo mes estará en Argentina al máximo especialista mundial sobre el manejo de la ansiedad en niños y adolescentes: Philip Kendall, (Temple University, USA), entre el 21 y el 22 de agosto próximo en el marco del 1º Congreso Internacional de Psicoterapia Contemporánea: Cuerpo, Mente y Espíritu. Él sugiere programas para el tratamiento específico que incluyen:

• El afrontamiento de la ansiedad en la familia

• El reconocimiento de los sentimientos de ansiedad y reacciones somáticas

• La reestructuración cognitiva en situaciones ansiosas

• Las autoinstrucciones de afrontamiento

• El autorrefuerzo

Una consulta a tiempo facilita es la mejor manera de promover la salud en los niños/as y sus familias

Una consideración final: La “escena novedosa” de la presencia “full time” de los niños en casa, hace posible asignarles diferentes tareas domésticas que les sea posible realizar recompensando los logros y señalando las equivocaciones a través del conocido sistema de “premio” y “consecuencia”. Siempre teniendo en cuenta que lo que debe descalificarse es la conducta que resultó inadecuada y no la persona del niño que la produjo. Es importante recompensar a los niños por lo que pueden hacer no solo reprenderlos por lo que no hacen o no concuerda con el criterio marcado por los padres.

Una actitud positiva y la utilización del humor suelen sumar recursos más que tensiones. Puede “aprovecharse” esta ocasión extraordinaria para promover espacios de mayor intimidad a través de los cuales agilizar la comunicación y favorecer los vínculos a nivel filial (padres e hijos) y fraterno (hermanos). En este caso los juegos son, en general, una vía de entrada ventajosa para tal fin. Asimismo, el mantenimiento de redes sociales (aunque sea en forma limitada) puede fomentar una sensación de “normalidad” y proporcionar fuentes valiosas para compartir sentimientos y aliviar el estrés.

Para mayor información:

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