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Novedoso sistema ofrece la compra de casas en countries con viñedos “llave en mano”

Una casa casi al pie de la Cordillera de los Andes. La ventana abierta de par en par, y la vista que se pierde dentro de un abanico de viñedos arqueados por la uva. El sol enclavado en pleno cielo y el viento que baja de la montaña. Sin paredones que lo apresen. A un costado de la casa, la cava. Donde descansan las botellas que mañana albergarán el primer vino etiquetado con un nombre. Que bien puede ser el suyo.

La escena comienza a hacerse común en diversos sectores de Mendoza. De 2004 a esta parte, las cumbres más altas de la provincia han sido testigos de la puesta en marcha de proyectos inmobiliarios que conjugan viviendas de alta gama con terrenos y parcelas aptas para la actividad vitivinícola.

Encabezados por Santa María de los Andes y Private Venyard Estate, las iniciativas más avanzadas hasta el momento, la propuesta de countries con viñedos poco a poco gana presencia en el interés de inversores tanto argentinos como estadounidenses y brasileños.

Quienes se inclinan por adquirir una parcela en estos espacios reciben, además de asistencia legal, asesoramiento para la concreción de la bodega e, incluso, de la vivienda que se desee construir.

Ingenieros agrónomos, enólogos y arquitectos son parte de la dotación que asiste al inversor para que éste lleve adelante su propuesta vitivinícola. Con precios que alcanzan los u$s80.000 la hectárea, estos desarrollos aparecen como una alternativa para quienes, además de mejorar la calidad de vida, apuntan a incursionar en nuevos negocios.

¿Cómo es este último punto? “Quien se instala puede producir uvas en cuatro años. Y al quinto ya ofrecerá vino. Con sólo vender uvas, que alcanzan los 10.000 kilos por hectárea, el inversor saca lo suficiente para cubrir los gastos de viñedos y expensas establecido para el proyecto”, explicó a iProfesional.com Alejandra Gil Posleman, ejecutiva del área de Marketing de Santa María de los Andes.

Y añadió: “O sea, obtiene más de los u$s5.000 que son necesarios desembolsar por año en esos conceptos”. Según la ejecutiva, los vinos que posibilitan el suelo de esa área, ubicada en Alto Agrelo, a sólo 35 minutos de la ciudad de Mendoza, “son de alta gama por naturaleza, y garantizan precios finales hasta cuatro veces por encima de lo que costó producir cada botella”.

Impulsado por la firma Fiducia Capital Group, el proyecto Santa María de los Andes comprende 800 hectáreas surcadas por varias fuentes de agua y, en virtud de su orientación a la actividad vitivinícola, provistas con sistemas de riego por goteo o aspersión.

La propuesta Private Vineyard Estate, en tanto, parte de 372 hectáreas distribuidas en parcelas de viñedos de entre 1 y 2 hectáreas. Emplazada en medio del valle de Uco, la iniciativa cuenta con el apoyo de Santiago Achával, uno de los enólogos más reconocidos, quien asiste a los nuevos propietarios en la elaboración del vino.

En la actualidad, el desarrollo ya cuenta con 120 hectáreas ocupadas con diez varietales, las cuales pertenecen a más de 55 propietarios.

De acuerdo a un artículo de Ángeles Benedetti, “la administración de las fincas es llevada a cabo por equipos especializados que aportan en cada etapa del proceso un análisis completo del suelo y el agua, e incluyen recomendaciones con respecto a los distintos varietales, el desarrollo de la uva y el rendimiento estimado”.

Combinación atractiva
“Estos proyectos están surgiendo de diversas maneras, aunque todos guardan particularidades que los hacen distintos. La idea básica fue tomar algunas hectáreas para promover una vivienda premium rodeada de viñedos. Y ha ido dando sus resultados; sobre todo para los inversores extranjeros”, comentó a iProfesional.com Germán Gómez Picasso, director de Reporte Inmobiliario.

Una clave para el interés que despierta este tipo de emprendimientos, expresó el especialista, “pasa por la posibilidad de solventar los gastos con la propia producción de vino”. “Tenés tu propia etiqueta y hasta te quedás con botellas para subvencionar otros desembolsos”, dijo.

Más allá de estas posibilidades, para Gómez Picasso el principal atributo que distingue a los emprendimientos mendocinos “está relacionado con el disfrute y la posibilidad de tener una experiencia mayor a la de vivir en cualquier country”.

“Está por encima de la rentabilidad. Y tiene mucha relación con el entretenimiento. Al estar en Mendoza, y tratarse de un producto inmobiliario atípico, es lógico que se apunte a los extranjeros. Sin dudas la opción es hasta 100% más barata de lo que significaría comprar un terreno para poner viñedos en Estados Unidos o Francia”, ejemplificó.

Preventa
Consultados por los efectos del crac económico global, desde Santa María de los Andes aseguraron a este medio que “si bien el movimiento concreto bajó, no se detuvo el interés de inversores externos por invertir en Mendoza”.

“Tuvimos mucha preventa desde que esto se inició hace cuatro años. Ya construimos desde oficinas hasta el ClubHouse. También está a punto de cerrarse la llegada de un hotel 5 estrellas al complejo. Argentina sigue siendo una alternativa muy válida en un contexto de incertidumbre”, sostuvo Gil Posleman.

Respecto de los inversores que ya concretaron su desembarco en Santa María de los Andes, la ejecutiva comentó que “en su mayoría son argentinos, aunque también hay varias hectáreas en manos de estadounidenses, canadienses y brasileños”.

“Se trata de tierras productivas, y que representan una inversión segura. Si bien los valores son más atractivos para los extranjeros, a lo que se apuesta en estos momentos es a profundizar también la demanda en el mercado interno”, concluyó.