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Nuevo golpe al consumo: fuerte suba de las tasas que cobran los bancos por sus créditos

A una semana de la devaluación del peso, el ajuste llegó a los créditos. Después de que el Banco Central (BCRA) dispusiera el martes pasado una fuerte suba de tasas para sacarle combustible al dólar, los bancos aumentaron entre tres y once puntos las tasas de interés que cobran por sus créditos. También decidieron acortar sus plazos y rever sus planes de cuotas sin interés con tarjeta de crédito, gran motor del consumo.

Así, por un préstamo personal, en los bancos privados se está cobrando ahora no menos de 44% anual, cifra que, sumadas las comisiones y otros gastos administrativos, arroja un costo financiero total que supera el 65% anual, consiga este domingo el diario La Nación.

No muy lejos se encuentran los bancos públicos, con tasas nominales en pesos para préstamos personales que arrancan en 32%, pero que llegan a 44% y con un costo financiero total que no baja de 55% anual.

De hecho, y pese a que el Ministerio de Economía niega públicamente que haya un ajuste, el Banco Nación, el más grande de todo el sistema, fue uno de los primeros en retocar sus tasas, el miércoles pasado. La de su cartera general pasó de 18 a 25% anual, mientras que por un descubierto con garantía hipotecaria pasó de cobrar 23 a 31%, relata el matutino.

“Vamos a un esquema de tasas altas, menos consumo y menos actividad económica”, dijo Andrés Méndez, de AMF Economía. “Lo más probable es que esta suba no sea la última, sino que veremos más, y en el corto plazo”, añadió.

En promedio, coinciden en el sistema, los préstamos personales se encarecieron entre tres y cinco puntos porcentuales. Mientras que los descubiertos en cuenta corriente tienen aumentos de hasta 11 puntos. Algo similar, señala La Nación, sucedió en las financiaciones con tarjeta.

También, ante la incertidumbre que generó la devaluación, muchos bancos optaron por recortar los plazos de sus créditos. Quienes daban préstamos a tasa variable de hasta 5 años de plazo los redujeron a 40 meses, y otros directamente decidieron no extenderse a más de seis para sus líneas a tasa fija, según confió al diario porteño un ejecutivo de un banco extranjero.

La misma política se trasladó a las tarjetas de crédito: ya en los bancos anticipan que los planes de 12 cuotas sin interés serán una excepción.

La suba de tasas no es producto de que en los bancos escasea la liquidez, como sucedió en otros tiempos, sino que, con el objetivo de retirar pesos del circuito y evitar que se vayan al dólar, fue el BCRA el que elevó el martes pasado la tasa que paga por sus títulos -las Lebac- en 600 puntos básicos (o 6 puntos porcentuales). Eso provocó que inmediatamente subieran también las tasas que pagan los bancos por sus plazos fijos, del 20 al 24% anual.

Como las entidades financieras fondean sus créditos con los depósitos que captan del público, tarde o temprano la suba impacta sobre los préstamos.

Según estimó un ejecutivo de un banco nacional, el costo de fondeo de los bancos ya es hoy de entre 28 y 29% anual, ya que a la tasa de los depósitos se le suma el costo del encaje, que son los pesos que las entidades deben dejar regulatoriamente inmovilizados en el BCRA para poder hacer frente a los retiros de efectivo de sus clientes.

“Es inevitable que los bancos trasladen a sus créditos la suba de tasas que el Banco Central impulsó en los depósitos”, opinó Pablo Curat, socio del Estudio Curat, Martínez Larrea & Asociados.

“Más aún considerando que los bancos tienen gran parte de su cartera de préstamos a tasa fija y a mediano plazo. Entonces, retocan las tasas de los productos que permiten un ajuste rápido: tarjetas de crédito, descubiertos en cuenta corriente, descuentos de cheques, adelantos y préstamos personales”, explicó a La Nación.