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Nuevos gustos en EE.UU.

Recientes estudios para la CEPAL de varias entidades oficiales sudamericanas promotoras de exportaciones muestran importantes cambios en el consumo en Estados Unidos. La imagen del estadounidense gordo, sentado en un local de fast food engullendo ansioso comida chatarra, estaría condenada a desaparecer en esta década, ya que luego de la difusión en los últimos años de estudios y recomendaciones relativas al sobrepeso de la población en ese país, muchos son los que ahora prefieren una ensalada de verduras frescas, un jugo de naranja y una manzana siempre a mano.
Las tendencias de consumo en Estados Unidos, en efecto, muestran una creciente preocupación de los norteamericanos por su salud, lo que augura que el concepto de alimentos nutracéuticos -que combinan alimentación y salud- será “la” tendencia de la industria alimentaria norteamericana en la década en curso. En la actualidad el consumo per cápita anual de hortalizas en EE.UU. ya supera los 80 kilos, lo que representa un aumento de 13 kilos desde el comienzo de la presente década.
El envejecimiento de la población (en 2030 el 22% tendrá más de 65 años), la creciente importancia de los segmentos étnicos (que incorporan frutas y verduras originarias en sus dietas), así como el incremento en los ingresos y niveles educacionales (mientras más alto, más preocupación por una dieta saludable), también apuestan por frutas y verduras. Según datos de salud pública estadounidenses, seis de las diez causas de muerte más frecuentes en la población están relacionadas con su dieta, hecho que ha acercado al público a aquellos alimentos que reportan beneficios para la salud.
Los encargados de la industria alimentaria de EE.UU. estiman que ésta será la tendencia más importante en los próximos años. La evidencia científica sugiere que frutas y hortalizas permiten prevenir el cáncer y reducir los efectos del envejecimiento y la Asociación Dietética Americana las recomienda por sobre el consumo de suplementos.
Otra de las características más relevantes de los consumidores de EE.UU. es su diversidad. Más que tratar de enfocarse “al” consumidor, lo importante es reconocer cómo las diferencias de educación, raza, área de residencia determinan demandas distintas de frutas y hortalizas. En la cúspide de su consumo, por ejemplo, se encuentran los profesionales universitarios anglosajones, que gastan US$ 686 al año en este tipo de alimentos. Los hispanos, a su vez, gastan en promedio US$ 670 anuales en frutas y verduras. El resto de la población, en la que se incluyen blancos y otras razas, tiene un consumo anual de sólo US$ 430 en fruta y verdura.
Estas diferencias cobrarán gran importancia para los exportadores sudamericanos en el futuro, especialmente cuando el grupo social que crece en forma más rápida en EE.UU. es el de los hispanos. De aquí al 2020 los hispanos crecerán a un ritmo de 1,2 millones de personas por año, lo que ayudará a fortalecer la demanda frutihortícola. Esta afirmación se apoya en un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. que señala que hacia el año 2020 el consumo de cítricos y manzanas crecerá 28% en el hogar y 20% fuera de casa, mientras que el de uva lo hará, respectivamente, en un 24 y 20%; en cuanto a hortalizas, el tomate crecerá 19% en el consumo en hogares y 20% fuera de casa, mientras que la lechuga lo hará en 22 y 26%, respectivamente.
Por último, los estudios destacan que la distribución de productos hortofrutícolas en EE.UU. es responsabilidad de una compleja red de actores, cada uno especializado en alguna etapa de la producción. Debido a que las frutas y verduras frescas se dañan rápidamente, la logística está adaptada para mover los productos rápida y eficientemente desde los productores a los consumidores finales. En términos de manejo de volúmenes, las empresas mayoristas son las más importantes: ellas compran frutas y verduras frescas tanto a productores locales como a importadores.
Más cerca del consumidor final se ubican las empresas detallistas. En este sector se incluyen supermercados, tiendas de abarrotes y especialidades. Las tiendas de alimentos especializadas incluyen verdulerías, panaderías, tiendas de productos lácteos y de alimentos saludables. En tanto, el sector de food service es uno de los de mayor crecimiento debido al cambio en el estilo de vida de los estadounidenses.