“OCA no está en venta”, dice Alfredo Gustavo Romero, CEO de la compañía postal que desde 2004 es controlada por el fondo de inversión Advent. “Cuando un fondo toma el control de una firma -agrega- tarda unos 10 años en organizarla y revenderla; nosotros recién vamos por el cuarto año.”
En esos cuatro años, OCA logró salir del concurso preventivo, renegoció la deuda, consiguió balances positivos con un portafolio más amplio de servicios y se posicionó como la segunda compañía del sector después del estatal Correo Argentino. La compañía que perteneció a The Exxel Group y Alfredo Yabrán, celebrará su 50° aniversario con un crecimiento del 25% que le permitirá facturar más de 500 millones de pesos. E invertirá en servicios de valor agregado.
“Estamos guardando una parte de las ganancias para empezar a pagar la deuda del concurso preventivo al que llegamos con el grupo Exxel. Se empieza a pagar en 2011 y el cronograma no complica nuestras operaciones. Hoy la empresa no tiene deuda corriente y se autofinancia”, destaca Romero.
El ejecutivo ingresó en el grupo hace 15 años y hace poco más de uno asumió su dirección. Hoy reconoce que en la gestión diaria poco “ha cambiado desde los tiempos de Yabrán”.
Sí cambió en los últimos años el mercado, que en 2006 movió $ 1700 millones y este año crecerá a 2100 millones: cayó el envío de cartas particulares y crecieron los envíos del sector corporativo y la entrega de paquetes.
“Por eso estamos creciendo, y la clave es darles más servicios de valor agregado a los clientes. Vamos a invertir para armar propuestas de logística liviana que incluyan el almacenamiento y el armado del producto para su entrega. En servicio postal vamos a incrementar la capacidad para hacer la impresión y entrega de documentos, en particular de lo relacionado con el marketing directo”, detalla.
“Para el año que viene ya tenemos previsto elevar 10% el plantel, que hoy tiene 6500 empleados. Y vamos a seguir con la renovación de la flota, que nos demandará más de 12 millones de dólares. Tenemos 750 vehículos y cambiamos el 20 por ciento. También evaluaremos una ampliación de la planta”, agrega. Según Romero, la empresa está “100 por ciento abocada al mercado local”, donde procesa 23 millones de piezas mensuales.
En su visión, la desaparición de unas 85 empresas en los últimos cuatro años “no redunda en una concentración del negocio”. “Cerraron empresas que estaban trabajando en negro; se empezó a transparentar el mercado. Las 158 corporaciones que trabajan en la legalidad se fortalecieron a partir de esto, y con semejante número, difícilmente se pueda hablar de una concentración. La Argentina es el único país de la región donde el correo no es monopolio del Estado”, subraya.
Al igual que sus competidores y que el jugador estatal, OCA subió los precios al ritmo de los aumentos salariales y Romero cree que la próxima gestión presidencial debe “seguir de cerca la inflación para que no se dispare”. “Pero nuestra proyección -añade- es optimista. Creemos que la economía va a crecer a una tasa más moderada y no vamos a pasar del crecimiento a la crisis. Más allá, me parece bien que incluso el Correo Argentino haya sincerado los valores porque es una forma de transparentar la gestión.”
Con balances positivos, la empresa se vuelve más tentadora para los inversores, aunque Romero asegura que “no aparecieron compradores, especialmente en un año de elecciones”.
OCA nació en 1957, en Córdoba, como una empresa semicautiva del grupo IKA y luego estuvo vinculada al holding que presidía el fallecido empresario Alfredo Yabrán. En 1997, fue adquirida por el fondo de inversión The Exxel Group en una operación de US$ 400 millones no exenta de polémica. A principios de 2003, los diez principales bancos acreedores de OCA se quedaron con el control de la firma a cambio de una deuda por US$ 230 millones que arrastraba el Exxel y luego fue renegociada y pesificada por Advent.
