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Ocho de cada diez ejecutivos cree que no recibirá aumentos y arma su propio plan anticrisis

Al igual que las empresas se encuentran finalizando la confección de sus presupuestos de cara al 2009, los ejecutivos de las compañías argentinas también están proyectando sus gastos para los primeros meses del año. Y además de la incertidumbre, todos los bocetos tienen un denominar común: dan por descontado que los ingresos no mejorarán, al menos en los primeros meses del año.

Con esta perspectiva y ante el miedo de sufrir despidos en su entorno tras los rebotes de la crisis financiera internacional en la economía local, los ejecutivos proyectan sus gastos familiares en base a la austeridad y realizando todos aquellos recortes que sean posibles: desde la elección de lugares de vacaciones más austeros hasta el aprovechamiento de las promociones de las tarjetas de crédito para ahorrar en las compras navideñas. En definitiva, lo que hacen es “blindarse” ante un escenario que considera –cuanto menos- incierto.

Y la austeridad y la cautela no sólo reinan en los hogares sino que incluso saltan al ámbito corporativo. Desde hace algunas semanas ya en las empresas no se habla ni de ajustes por inflación, ni aumentos salariales y mucho menos de bonus o pagos extras para fin de año. Hoy, tanto para los empresarios como para los empleados, la preocupación pasa por otro lado: conservar las fuentes laborales.

Si los incrementos de sueldo en el 2008 rondaron en promedio el 18% para las posiciones fuera de convenio (analistas, jefes, supervisores y gerentes), a días del inicio del 2009 ya se sabe que, al menos hasta marzo, la situación será radicalmente distinta.

Un relevamiento realizado por la consultora CM Sociología al que accedió iProfesional.com revela que casi ocho de cada diez ejecutivos consultados (76%) no imagina que su salario se incrementará en el próximo año, lo cual no hace más que confirmar la tendencia.

De los que son optimistas (sólo el 24%) y esperan una mejora en su remuneración, más de la mitad de los casos (55%) piensa que esa suma será mínima: de tan sólo 10 por ciento.

El sondeo fue llevado a cabo entre 5.000 ejecutivos que forman parte del banco de datos de la consultora. De ese total, 23% pertenecían a la alta gerencia, 30% a la gerencia media, 15% ocupaban posiciones de jefatura y 22% eran asistentes o empleados fuera de convenio.

¿Aumentos? Una exigencia fuera de agenda
Al respecto, la titular de la consultora, Cristina Mejías, señaló que “el tema de los aumentos salariales se corrió totalmente de agenda. La encuesta refleja la expectativa de la masa gerencial y no es un dato menor que el 76% no tiene expectativas de incremento.”

En tanto, según el Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) de noviembre, elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS Gallup casi cinco de cada diez entrevistados cree que para los próximos seis meses habrá un nivel de empleo menor del actual (46%), mientras que tres de cada diez consideran que el nivel actual se mantendrá (33%) y sólo un 15% espera una mejoría.

La preocupación, del trabajo a casa
En lo que respecta a los ingresos y en línea con la encuesta realizada por CM Sociología, las perspectivas que arroja el IGEE tampoco son muy alentadoras. La mitad de los argentinos opina que el ingreso de su hogar se mantendrá sin cambios en los próximos seis meses. Así lo manifiestan cinco de cada diez entrevistados (51%), en tanto que el 13% cree que aumentará y un 31%, que disminuirá.

Ante este tan poco alentador panorama y tal como se desprende del análisis de la UCA y TNS Gallup, seis de cada diez consultados cree que el actual no es un buen escenario para comprar bienes durables.

La prioridad: conservar el empleo
Según Orlando Ferreres, director de la consultora que lleva su nombre, “frente a una situación tan difícil debemos apelar a conservar el trabajo y seguir teniendo el ingreso que obtenemos hoy.”

Para Javier Tabakman, director de Capital Humano para el Cono Sur de Mercer, las empresas que otorguen aumentos comenzarán aplicando incrementos menores a principio de año. Y luego dependerán de la evolución del negocio y la inflación, que genera más presión por el incremento del costo de vida.

“En septiembre relevamos a 300 clientes preguntando qué suba salarial consideraban en sus presupuestos y el promedio indicaba 22%. Sin embargo los datos fueron previos a la mayor crisis mundial. Ahora hay una migración de prioridades y el aumento salarial fue reemplazado por el desempleo”, comentó Tabakman.

La idea de un aumento salarial menor en 2009 es compartida por la totalidad de los expertos consultados por iProfesional.com, quienes reconocen que las empresas están modificando sus presupuestos en un contexto de crisis internacional y desaceleración económica a nivel local.

Eric Ritondale, economista de Econviews, también dijo que para 2009 esperan una suba salarial por debajo de la inflación. “El desempleo presionará para que los aumentos sean menores a la suba de precios, por eso el poder adquisitivo caerá en términos reales”, apuntó.

Crece el temor a los despidos
Como parte de la encuesta, el estudio de CM Sociología indagó a los ejecutivos participantes acerca de la probabilidad de reducciones de personal: en este punto, sólo un 20% confía en que no ocurrirán desvinculaciones en su ámbito laboral, mientras que un 42% cree/teme que en su empresa habrá despidos y un 38 % dijo que “no sabe”.

Como si este dato no alcanzara para ilustrar la situación que se vive por estos días en las compañías argentinas, el 48% siente que, si hubiera despidos, quedaría afectado, el 28% no lo sabe, en tanto que el 24% contestó que de haberlos, no estaría afectado.

Para Mejías, “hay una sensación de inseguridad y de inestabilidad laboral enorme en la masa gerencial y crece necesidad de ahorrar el dinero porque de recibir aumento no sería de más del 10%. Además existe mucho miedo y la gente no rota de trabajo porque temen cambiar Guatemala por guatepeor”.

En diálogo con iProfesional.com, Mejías resaltó que “hoy el gran desafío para las organizaciones es mantener la productividad y al personal motivado.”

Así, dado que la gente que teme que en su empresa haya despidos es una porción importante, “y las compañías deben reforzar su comunicación interna para paliar esa angustia. La gente tiene mucha incertidumbre, pero la mayoría de las veces por miedo no la manifiesta.”

Un mercado paralizado
La titular de CM Sociología no dudó en afirmar que “el mercado laboral, para las posiciones gerenciales, está absolutamente ‘freezado’ y casi muerto. Se están terminando las últimas búsquedas que ya venían en proceso desde hace algunos meses, pero no hay aperturas nuevas.”

Según observa la especialista, en las empresas, cuando sacan un miembro de la misma en las desvinculaciones, los puestos no se están recubriendo a niveles gerenciales sino que hay sobrecarga de trabajo para los que se quedan.

“Estamos en un diciembre y atravesaremos un enero prácticamente parados a nivel de búsquedas, cuando históricamente para las multinacionales en estos dos meses el mercado estaba activo, sobre todo por la llegada de los directores regionales de Recursos Humanos desde los países del norte”, enfatizó.

Consultada acerca de las perspectivas para el próximo año, Mejías vaticinó: “Dado que es una tendencia mundial, creo que va afectar a todo el 2009. En que grado nos perjudique dependerá de dos factores: las medidas gubernamentales que se tomen para paliar la situación y de todas las que se anuncien cuáles efectivamente se implementen.”

En tanto, Guillermo Varona, director del portal de búsquedas Execuzone, enfatizó que no sólo disminuyeron las búsquedas sino que incluso desaparecieron los candidatos.

Y este escenario, según Varona, es una mezcla de dos situaciones: “Por la época del año la gente ya está pensando más en las vacaciones y no tiene ganas de cambiar de trabajo y, en segundo lugar, dadas las circunstancias nadie quiere arriesgarse a abandonar la posición para irse de compañía”, dijo, e ilustró: “La gente está atornillada en el sillón; prefiere malo conocido antes que bueno por conocer.”

Una combinación inédita y “explosiva”
En diálogo con iProfesional.com, el titular de Execuzone se mostró preocupado ya que “a nivel profesional y de ejecutivos las búsquedas bajaron un 50% en comparación con diciembre del año pasado.”

“La mezcla es explosiva porque las pocas búsquedas tienen pocos candidatos y la gente que se postula es aquella que está sin empleo, cuando los más atractivos son los que están trabajando y que hoy no están dispuestos a moverse”, resaltó.

Y luego agregó que ”los candidatos que antes tenían pretensiones muy altas son los que ahora no se mueven, los que decidieron salirse del mercado. Sobre todo la gente con más seniority y antigüedad prefiere quedarse donde están porque en caso de ser despedidos, al menos se aseguran una indemnización. Ya nadie compra espejitos de colores”

En su opinión, la movilidad se paró al menos hasta marzo. Y en todos los niveles. “Casi no hay búsquedas gerenciales. En esta época del año, habitualmente se iniciaban muchos procesos de selección para que la persona se incorpore en marzo. Pero de esto hoy no hay nada”, aseguró.

Respecto a las altas pretensiones salariales tan común hasta hace apenas cincos meses atrás, el consultor afirmó que también quedaron congeladas y que la gente ya no pide sumas exorbitantes porque el mercado ya no se lo paga.

“Hoy quienes están o quedaron desempleados los están empleando por menos dinero del que ganaban. En las postulaciones que hay se observa que son personas que piden menos plata de la que estaban ganando con tal de reincorporarse al mercado laboral”, aseguró Varona.

Qué piensan los empresarios
En cuanto a la percepción de los empresarios, la Encuesta de Clima de Negocios realizada por la SEL Consultores entre 150 directores y gerentes de administración y finanzas de compañías líderes da cuenta que la demanda laboral no quedó al margen de las menores expectativas para 2009.

Tanto es así que “el 60% de las empresas modificaron las previsiones que tenía al inicio del semestre: casi un tercio esperaba contratar más gente y un cuarto adicional no esperaba reducir la dotación”.

Al respecto, desde SEL Consultores enfatizaron para el primer semestre del año próximo, “las empresas están examinando distintas medidas de ajuste de su demanda de trabajo. Las más probables son la reducción de las horas extras -41% la estima muy o bastante probable- y la disminución de personal tercerizado -32% dice que es muy o bastante probable-.

La supresión de puestos estables, por otra parte, es considerada “muy probable” por el 8% de los encuestados y como “bastante probable” por un 10% de las compañías.

Esta medida límite habitualmente comienza por el congelamiento de vacantes, pero una de cada cinco empresas que la consideran “bastante o muy probable” y por lo tanto puede extenderse a las desvinculaciones.

En tanto, “los asalariados de planta están menos expuestos a la pérdida del empleo que los trabajadores de actividades tercerizadas”, aclararon desde SEL Consultores, aunque, además de que la probabilidad es mayor que antes, en muchos casos sus ingresos disminuirán por la reducción de horas extras.