Inicio Empresas y Negocios Ofensiva empresaria buscará mitigar los efectos del cerrojo importador de Moreno

Ofensiva empresaria buscará mitigar los efectos del cerrojo importador de Moreno

En la Argentina, importar determinados productos está lejos de ser una estrategia planificada a partir de una ingeniería de negocios que permita que todas las variables que influyen en ese movimiento logístico y comercial, operen a favor de la empresa para lograr un nivel apropiado de costos y así poner el artículo en la góndola al precio estimado antes de la operación.

Por el contrario, al momento de importar algunos de los miles de productos alcanzados por el sistema de licencias no automáticas –un paso burocrático obligatorio para ingresar la carga al mercado interno y que incluye desde artículos para consumo final hasta insumos-, toda la operatoria puede convertirse lisa y llanamente en un juego de azar.

En algunos casos, la “bola” de la ruleta cae en su casillero definitivo dentro del plazo que estipula la Organización Mundial del Comercio (OMC): es decir, la aprobación de las licencias se obtiene dentro de los 30 a 60 días.

Sin embargo, continúan repitiéndose los miles de casos donde el empresario padece demoras de 180 días y hasta, incluso, existen casos donde la autorización para liberar la carga del puerto o de un depósito fiscal nunca llega.

En diálogo con este medio, Alejandro Díaz, CEO de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), sostuvo que “nosotros no estamos en contra de las licencias no automáticas. Es un mecanismo perfectamente entendible que está validado por la OMC. Lo que planteamos no es una discusión de la herramienta, pero donde sí tenemos que trabajar es en el proceso: es imposible que una empresa tarde entre 220 y 300 días para importar un artículo, que en muchos casos no son productos terminados, son insumos para su proceso de fabricación”.

Al respecto, destacó que en la Argentina hubo centrales atómicas sin poder avanzar “porque les faltaban tornillos. Y esto se puede trasladar a las automotrices y metalúrgicas”.

Con empresas que están tardando más de siete meses en ingresar un producto, Díaz, además, consideró que “ésto no es transitorio, es estructural” y alertó que cada día se amplía el listado de productos que no tenían y ahora pasan a tener licencias”.

En la misma línea, Fernando Furci, líder de Comercio Internacional y Desarrollo de Negocios de la AmCham, explicó que las licencias son “un instrumento estadístico y de control que están permitidas por la OMC. Nos parece que el control es necesario, porque muchas veces evita el ingreso de productos de dudosa calidad y a muy bajo precio que inundan el mercado”.

Sin embargo, criticó que no se cumplan con los plazos porque esto “genera una falta de previsibilidad total que afecta a las cadenas logísticas, afecta la planificación de los mercados y al consumidor final, porque esto se traduce en mayores costos que son trasladados al consumidor”.

Una medida que impacta en la imagen país
Tal como este medio viene alertando en los últimos meses, el Gobierno utiliza este sistema, por un lado, para evitar que el ingreso desmedido de importaciones afecte a sectores sensibles. Sin embargo, son cada vez más los especialistas que aseguran que esta medida también busca frenar la demanda de dólares por parte del sector importador y así “contrabalancear” el efecto de la fuga de capitales.

Por otra parte, para obtener las licencias hay que contar con la firma del Ministerio de la Producción, pero algunas de ellas, dependiendo el producto, deben hacer “escala” previa en la oficina de Lealtad Comercial, dependiente del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Es allí donde, según entidades como la Cámara de Importadores (CIRA), los empresarios se enfrentan con las mayores demoras.

De cualquier manera, independientemente de las causas de los cuellos de botella –que la AmCham prefirió no analizar-, el CEO de la cámara hizo hincapié en la mala imagen que el “cerrojo” le da al país.

“Nadie puede definir que la Argentina es un país serio si no tiene claros los parámetros de importación cuando, en la economía local, nos guste o no nos guste, el 58% de los insumos son importados. ¿Podremos sustituir muchos? Probablemente, pero otros no, porque no tenemos masa crítica, la escala, ni las posibilidades de que las corporaciones identifiquen que la Argentina es un lugar para hacerlo”, se quejó Díaz.

“La problemática no es sólo de comercio exterior. En este entorno de falta de seguridad, ¿voy a seguir invirtiendo? ¿Voy a seguir desarrollando recursos en la Argentina? ¿Hay garantías de tener las reglas claras para hacerlo?”, se preguntó.

Propuesta de optimización
En este contexto, desde la entidad destacaron que “estamos trabajando muy fuertemente para presentar un proyecto que optimice el proceso de autorización de esas licencias”.

“Creamos un grupo de trabajo conformado por empresas y lo que buscamos es que se implemente un sistema de licencias global, que dure un período de tiempo de seis meses a partir de la presentación de un plan de importación por parte de la empresa. Así, cuando tenga la autorización de la licencia, la empresa podrá importar embarques de forma parcial”, explicó Furci.

De este modo, una vez que se vence el plazo o la licencia, conforme lo que suceda primero, nuevamente dicha compañía tendrá que hacer un plan de importación, una nueva licencia global y así, “esta empresa va a poder operar nuevamente”.

Según el especialista en Comercio Internacional, “de esta forma, tenemos la información pertinente que el Gobierno necesita, o sea que puede controlar, y ganamos mucho porque obtenemos previsibilidad en los tiempos, podemos coordinar mejor las cargas y el ingreso de productos al mercado”.

Una nueva figura
Paralelamente, la propuesta también se centra en crear un sistema del tipo “scoring”, es decir, que el empresario tenga certidumbre sobre la licencia en la medida en que demuestre poseer un esquema de negocios transparente.

“Proponemos que se tome en cuenta el criterio de los operadores económicos confiables, que hoy utiliza la Aduana, y se genere un esquema similar pero para importadores, recurrentes, de reputación, con información al día, clara, y así puedan aplicar para este sistema de facilitación que vamos a proponer”, sostuvo.

Adicionalmente, Furci agregó que “vamos a solicitar un criterio de mínima. Eso implica que, cuando estoy importando uno o dos productos, cuyo fin sea no comercial, como una muestra, pueda ingresarlo sin el trámite de la licencia”.

Trabajando contrarreloj
Desde la Amcham explicaron que el documento se está puliendo para presentarlo oficialmente. El objetivo es tenerlo listo en menos de un mes y, desde ya, la ministra de Producción, Débora Giorgi, será una de las primeras funcionarias en evaluar la propuesta.

De cara al futuro, ambos directivos se mostraron optimistas. Furci además aseguró que ya tuvieron reuniones entre la AmCham, empresarios y funcionarios y que “nos han tratado muy bien, recibimos un muy buen feedback”.

“Con esta propuesta de optimización del sistema daríamos un paso más para seguir manteniendo el control con un agregado de previsibilidad y cumplimiento de los tiempos en el marco de la OMC. No cumplir estas reglas, nunca se sabe, puede traer retaliaciones para la Argentina”, alertó Furci.

Por su parte, Díaz, volvió a recalcar que no están en contra del sistema, sino que “la problemática pasa porque los tiempos y la incertidumbre del proceso se hicieron inmanejables. Y esto genera, no solamente trastornos operativos relevantes sino que afecta la visión de las empresas para pensar que la Argentina es un país serio”.