El recorte de medio punto porcentual de la tasa interbancaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) repercutió ayer inmediatamente en el precio del petróleo, que volvió a ubicarse en un nuevo récord nominal: subió 1,19% y cerró a 81,53 dólares en el mercado de Texas. Fue el quinto nivel máximo en las últimas seis ruedas.
Se trata, sin embargo, de un pico nominal. A valores constantes, el barril no supera todavía los registros alcanzados en tiempos de la revolución iraní, en 1979, cuando superó largamente los 82 dólares. En rigor, los cálculos no coinciden: hay analistas que ubican aquel precio por sobre los 100 dólares.
El alza hace recrudecer la presión sobre todos los precios de la economía mundial, incluida la argentina: plásticos, telgopor, lubricantes, combustibles y pinturas, entre una extensa gama de productos, podrían volver a sufrir alzas en estas horas.
Los contratos de petróleo se dispararon apenas conocida la noticia de que la Reserva Federal recortaría en 0,5 puntos la tasa de interés interbancaria, para dejarla en el 4,75 por ciento. La entidad monetaria explicó que, con esa decisión, intentaba atenuar los efectos adversos de las turbulencias en los mercados financieros sobre la economía en general.
La decisión de la Fed, que superó las previsiones de un recorte más moderado, alentó entonces las expectativas de los operadores energéticos: la economía de los Estados Unidos podrá seguir creciendo y, así, se mantendrá firme la demanda de petróleo y de combustibles.
Conocido el recorte, los operadores neoyorquinos esperan ahora los datos de reservas de crudo y de combustibles almacenados la semana pasada en los Estados Unidos. Los analistas aguardan, en realidad, una caída de alrededor de dos millones de barriles en las reservas de petróleo. Si se confirman esos cálculos, los precios podrían elevarse todavía más, tal como ocurrió la semana pasada.
Seguirá subiendo
La última semana evaluada por el Departamento de Energía de los Estados Unidos -la que concluyó el 7 de este mes- reflejó un descenso de 7,1 millones de barriles, una merma mucho mayor que la que esperaba el mercado, circunstancia que desencadenó, hace siete días, la tendencia alcista que se mantenía ayer. Ese miércoles, el barril superó en Texas los 79 dólares. El total almacenado era esa semana un 2,7% inferior al de 2006 en igual período. El volumen de reservas de nafta era también un 9,6% más reducido que el del año pasado y las existencias de destilados, que incluyen el kerosene y el gasoil, persistían un 8% por debajo del nivel de 2006, aunque aumentaron en casi dos millones.
Antes de que la Fed tomara la decisión, Phil Flynn, analista de la consultora Alaron Tradin, había adelantado: “La rebaja de las tasas será vista por el mercado energético como una invitación a consumir más petróleo. El petróleo subirá como flecha”.
