“Comienza la jornada y tengo que entrevistar a varios candidatos para un puesto de trabajo. ¡Qué sorpresa! En la sala de espera hay uno que ha venido con su madre. ¿Se tratará del típico padre manager? Pues sí, en cuanto a llamo a su hijo ella se acerca y se mete en la oficina. Primero, intenta venderme a toda costa las bondades de su hijo y luego intentará negociar las condiciones del contrato. El chico me cae bien e intento darle una oportunidad, pero su mamá no le deja contestar, quién mejor que ella para saber qué piensa su hijo”.
Para los responsables de los departamentos de Recursos Humanos, lidiar con lo que en el sector se conoce como padres manager es algo más habitual de lo que se piensa, según destaca un artículo publicado por el sitio español Expansion&Empleo. Aunque los progenitores piensen que están ayudando a su hijo, todos los expertos coinciden en que acudir acompañado a una entrevista no favorece en nada al candidato.
“Da una imagen de persona insegura y poco madura, incapaz de tomar una decisión por si mismo”, comenta a Expansion&Empleo Begoña Aguirre, Human Resources Manager de Alhambra–Eidos.
Pero no sólo se trata de las madres insistentes, también existen casos de mujeres que acuden a la entrevista con su familia al completo; hijos y marido, o chicas a quienes les acompañan sus parejas, tal y como explica a Expansion&Empleo Samantha Servizio, Distrit manager de Randstad en Madrid.
Aunque parezca insólito este comportamiento en un ámbito profesional, los consultores y expertos en selección de personal aseguran que hay personas que cantan en medio de una entrevista, que entran silbando, que envían a un amigo en su lugar, que intentan ligar con quienes les están entrevistando, hasta quien intentan pagar para que le contraten.
“Llevo muchos años en esta profesión y realmente he visto de todo”, comenta al sitio español Salvador Sicart, responsable de Hays en Barcelona.
Y agrega: “La situación más curiosa le sucedió a una de mis compañeras, cuando una mujer china vino a una entrevista. Nos trajo su currículum y mantuvimos una conversación con ella. Todo era normal, pero cuando se despidieron y le dijeron que ya la llamarían, la chica sacó un euro y se lo dio al entrevistador. Creo que con ese dinero quería pagar la llamada para asegurarse de que se ponían en contacto con ella”, continuó Sicart.
Samantha Servizio recuerda cómo una chica a la que iba a entrevistar comenzó a pintarse las uñas mientras esperaba a que la llamasen y cuando entró en la sala donde transcurriría la entrevista, como no había finalizado su tarea, preguntó si podía continuar allí mismo mientras charlaba con ella, informa Expansion&Empleo.
“Nosotros en particular hemos visto a pocos personajes con estos comportamientos, pero sí hemos recibido muchos currículum fuera de lo común; con 18 páginas, en los que incluyen hasta su grupo sanguíneo, y hasta fotografías en bikini”, apunta Servizio.
