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Por la crisis, grandes cadenas cierran los primeros locales

Hace un par de semanas, el megalocal de la cadena de electrodomésticos Elektra ubicado en la esquina de Callao y Corrientes amaneció con las persianas bajas. Un cartel explicaba que los clientes con cuotas pendientes debían cancelarlas en unas oficinas pegadas a la antigua sucursal de la firma mexicana.

Más allá de que no se trata de un proceso generalizado sobre toda su red comercial, la decisión de Elektra de cerrar su local más emblemático de la Argentina puede ser vista como una muestra de que la crisis financiera internacional ya se está cobrando las primeras víctimas dentro del comercio minorista.

La primera advertencia de que la plaza local no era inmune a los efectos de la crisis la había dado el grupo Cencosud cuando, en octubre del año pasado, anunció que postergaba sin nueva fecha la llegada a la Argentina de su cadena de tiendas por departamentos París. En los primeros días de este año empezaron a multiplicarse los locales vacíos de otros rubros.

A diferencia de Elektra, que sólo cerró su sucursal del centro para concentrarse en el conurbano bonaerense -donde conserva más de veinte puntos de venta-, la cadena de venta de artículos de decoración Deco Express directamente está preparando su retirada del mercado argentino. La firma pertenece al grupo chileno Dib, que se especializa en la comercialización mayorista de este tipo de productos.

Al igual que el de los electrodomésticos, el rubro de la decoración fue uno de los que más sufrieron la caída en las ventas, y eso derivó en el cierre de dos de los cuatro locales que tenía Deco Express en Buenos Aires, ubicados en Recoleta y Las Lomas de San Isidro. Hoy, la cadena sólo conserva las sucursales del shopping Abasto y la avenida Cabildo, aunque la idea de sus dueños es también cerrarlas antes de junio próximo.

“Vamos a concentrarnos en la venta mayorista de artículos de decoración”, explicaron en las oficinas de Dib en Buenos Aires ante una consulta de LA NACION.

Reconversión
Otra víctima de la crisis es Carrefour Home. La cadena, que había nacido en julio de 2007 con una oferta especializada en electrodomésticos, bazar y textil, empezó en los primeros días de este año a cerrar sus locales. De los nueve Carrefour Home que había a fines del año pasado hoy sólo sobreviven dos. La mayoría de las sucursales fue reconvertida en supermercados tradicionales de Carrefour -en los formatos Carrefour Express o Mini Carrefour-, aunque algunas cerraron sus puertas y no volverán a abrir en el mediano plazo. “Con la recesión que está viviendo el mercado de electrodomésticos, no tiene sentido mantener todos los locales de una propuesta como Carrefour Home, en la que este tipo de productos representa el 70 o el 80% de la facturación”, explicaron en Carrefour Argentina.

En otros casos, la crisis no se tradujo en la desaparición de una marca, pero sí en el cierre de algunas sucursales, ya que las cadenas no pueden hacer frente a los aumentos en los alquileres. Por esta razón, en las últimas semanas, Blockbuster dio de baja los videoclubes que tenía en los barrios de Villa Crespo y Parque Chacabuco, y la casa de artículos de decoración Okko se despidió, aunque momentáneamente, de su sucursal de la avenida Cabildo.

“Hay una caída importante en las ventas, aunque, en nuestro caso, el cierre se explica porque el propietario del local no quiso renovarnos el alquiler y ya estamos buscando dos potenciales ubicaciones en la zona, para lo cual estamos negociando los valores”, explicaron en la casa central de Okko.

En los shoppings, en tanto, no se ven locales vacíos. De hecho, el Dot Baires Shopping, que abrirá en abril próximo, ya tiene confirmados todos los inquilinos, mientras que en Cencosud destacan que la vacancia es prácticamente nula en los más de 1000 locales que tienen repartidos en todos sus centros comerciales, incluyendo el gigante Unicenter. Sin embargo, en voz baja, en el sector reconocen que hay una presión por parte de las marcas para renegociar a la baja los contratos de alquiler debido a lo que se avizora como una caída inevitable de sus ventas.
Sin margen de error

Los analistas destacan que la crisis se sentirá con más fuerza entre los comercios que ya estaban arrastrando problemas previos y que son más visibles cuando se resiente el consumo.

“Hay que prepararse para una temporada con menos demanda, que será muy dura para el comercio. En épocas de bonanza hay errores que se tapan, pero cuando el panorama se complica se vuelven evidentes”, explica Marcelo Schijman, director de la consultora Schijman & Asociados, especializada en el desarrollo de comercios minoristas.