Luego de las arduas negociaciones que se prolongaron el martes hasta altas horas de la noche, las cámaras empresarias, el Gobierno y la Confederación General del Trabajo (CGT) acordaron elevar el salario mínimo. Sin embargo, después de que se cerró el capítulo más importante del Consejo del Salario, consultoras y gremios, incluso de la CGT, señalaron que la suma alcanzada se mantiene por debajo de la línea de pobreza medida en forma privada.
En momentos que la inflación golpea los bolsillos de la población, el ingreso mínimo, que actualmente es de $1.240, pasará a los $1.400 a partir de agosto, a $1.440 desde octubre, y a $1.500 desde enero del 2010, completando un alza del 21 por ciento.
Según el Gobierno, la esencia del Salario Mínimo consiste en que todo trabajador asalariado, convencionado o no, supere con sus ingresos la línea de la pobreza que se mide por el acceso a la Canasta Básica Total (CBT) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Con el nuevo aumento del mínimo, se supone que una familia de cuatro miembros, compuesta por un jefe varón de 35 años, su esposa de 31 años, un hijo de 5 y una hija de 8 años, no es pobre porque puede consumir la CBT que, según los últimos datos del organismo estatal, en junio estaba valuada en 1.007,29 pesos.
Pero las cifras del INDEC siguen despertando desconfianza. Así desde la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) que dirige Ernesto Kritz discreparon con los datos oficiales y señalaron que el nuevo haber mínimo no supera la línea de pobreza.
“Si se trata de una familia tipo de cuatro integrantes, la línea de pobreza en junio se ubica en los 1560 pesos. Y si en agosto sube el haber mínimo a $1400 y en enero de 2010 a $1500, estaríamos todavía por debajo de la canasta”, aseguró Kritz en diálogo con iProfesional.com.
Aunque para el analista el salario mínimo se fue “arrimando” en los últimos años a la canasta básica, “desde 2007 la inflación de esos productos ha sido mayor que la reconocida por el INDEC”.
La consultora Econviews, cuyo director es Miguel Kiguel, también se diferenció de las cifras oficiales y ponderaron una canasta más costosa. “Justamente esa canasta, no la que mide el INDEC, está ahora en $1500″, dijo el economista Eric Ritondale.
En un informe reciente, Ecolatina hizo una estimación más alejada todavía de los datos del instituto estatal que en las próximas semanas, incorporará un consejo académico y otro de asesoramiento, ante los fuertes cuestionamientos que ha recibido de diversos sectores.
De acuerdo al relevamiento de la consultora, la Canasta Básica Total se ubicó en $1.667, lo que representa un incremento de 5,4% interanual, y sumó en los primeros seis meses un aumento de 12,2 por ciento.
Ecolatina indicó que “más de dos tercios de la suba se explican por el incremento en los precios de la papa, la carne y la leche”.
Los estudios privados no son los únicos que observan una brecha persistente entre el ingreso mínimo y la lista de productos básicos. Los gremios también reconocen que el acuerdo alcanzado en el marco del Consejo del Salario mínimo es insuficiente.
El principal escollo para cerrar las negociaciones estuvo centrado en las propuestas de la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA), ya que la central obrera pretendía un salario mínimo de $1.600 y la entidad representativa de los industriales ofrecía $1.400 como techo.
Pese a que la cifra final se acercó más a los reclamos de la CGT que a los de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), que exigía entre $1.800 y $2.000, desde uno de los gremios de los “gordos” admitieron que el mínimo logrado “no alcanza para cubrir el consumo familiar”.
El dirigente sindical consultado por iProfesional.com explicó que en la CGT “no tenemos mediciones” por lo que la definición del ingreso mínimo “es medio arbitrario”.
En el mismo sentido, el secretario de capacitación de la central obrera, Juan Carlos Smith, dijo a este medio que en realidad no pueden saber si el acuerdo permite o no a los trabajadores salir de la pobreza.
“Al no tener claras las estadísticas oficiales, no se puede saber si está por debajo o por arriba”, afirmó el también secretario adjunto de la Federación Marítima y Portuaria, cercano a Moyano.
No obstante, defendió la política del Gobierno al señalar que “lo importante es que hace seis años está en vigencia el Consejo del Salario”. En un balance de las negociaciones, el líder sindical sostuvo que “en dólares tenemos uno de los mínimos más altos de la región”.
En cambio, la CTA mantuvo una postura más crítica del Consejo que se reflejó en su rechazo de la cifra acordada. La central que conduce el docente Hugo Yasky había anticipado su voto opositor ya que desde el inicio de la negociación se descartó una de sus propuestas: la extensión de las asignaciones universales por hijo y el compromiso de mínima de conformar la canasta básica.
El secretario adjunto de dicha central e integrante del Consejo, Pedro Wasiejko, había señalado esta semana “la necesidad de impulsar un estudio desde el Consejo para determinar el monto real de la canasta básica para establecer de manera adecuada el valor del haber mínimo” en el país.
“El Consejo debería abordar de forma integral una serie de aspectos vinculados a garantizar que no haya hogares de trabajadores por debajo de la línea de pobreza y para que esto sea posible no basta sólo con un acto episódico que se limite a fijar la actualización del salario mínimo”, dijo Wasiejko, que finalmente se abstuvo de plantear una Ley de Emergencia Ocupacional que prohíba los despidos por 180 días como había anticipado.
