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Producción Nacional de la Industria Electrónica

Hace unos años se empezó a debatir las ventajas y desventajas de movilizar a través de distintos caminos la industria nacional de tecnología con foco en el consumo masivo. En este sentido, nos debemos una discusión sobre el sentido de seguir apalancando un polo industrial en Tierra del Fuego a través de subsidios impositivos como camino que potencia la industria de algún modo.

El segmento productivo en el contexto global: son productos que no necesitan casi ningún tipo de adaptación para el uso en cualquier lugar del mundo, los fabricantes contemplan altísimos volúmenes de producción para poder ser competitivos. A modo de ejemplo: si en nuestra fábrica desarrollamos un teléfono celular, el mismo puede utilizarse en cualquier lugar del mundo con solo adaptar el plug de electricidad. Esto hace que los grandes fabricantes tengan sus instalaciones concentradas en su mayoría en Oriente, por la capacidad de mano de obra de muy bajo costo, sumado a que la fabricación de los componentes (subproductos) también se encuentran muy cercanos en cuanto a logística.

En cuanto a Argentina, se han dado los pasos lógicos: las empresas nacionales empezaron con líneas de ensamblado, donde se requiere gran cantidad de mano de obra. Luego siguieron con la instalación de líneas de SMT (armado de las placas electrónicas), y ahora viene el desafío que algunos ya hemos tomado de desarrollo de productos propios.

La industria nacional acaba de nacer en términos de volumen hace muy pocos años. Para poder tener la libertad de andar y correr por si misma tendrá que darse un contexto que permita convertir empresas que pudieren remplazar en poco tiempo y con bastante éxito productos importados hacia un escenario de proveedores de productos a otras regiones. Un desafío no menor dado que para esto tendremos sentados en la mesa de negociación antes que nosotros a empresas de oriente que vienen con mayor experiencia y menores costos que los nuestros.

¿Cómo hacer para competir con mayores costos, menor escala de producción e impuestos más altos? Si bien no me atrevería a dar una sola respuesta, hay que resaltar que Argentina puede hacer uso de ventajas como la alta capacidad de sus RRHH, la gran versatilidad con la que cuentan las empresas nacionales para adaptarse a los cambios (indispensable en la industria de la tecnología), la ventaja potencial del Mercosur y la capacidad de reacción de los empresarios nacionales.

Dadas estas variables, la argentina debería en el corto plazo empezar a buscar acuerdos marcos con distintos países para la producción de componentes electrónicos, hoy es necesario importar casi el 70% de los componentes. Es imposible pensar en producir el panel LCD en el país, si el target serán solo 40 millones de personas. La viabilidad de la inversión de fábricas de componentes, se podría contemplar por volúmenes quizás cinco a diez veces más grandes.

La industria nacional de electrónica no cuenta con experiencia en exportación, aunque de a poco algunas cosas van cambiando. Esto hace que el futuro inmediato sea un desafío para la industria, tanto en lo comercial como en lo productivo, que los que sepan subirse al tren tendrán un panorama muy positivo para sus compañías.