La industria argentina ofrece ventajas competitivas que permitirán un mayor crecimiento y encontrar nuevos mercados externos, afirmaron analistas y empresarios del sector en el marco del Tercer Encuentro Empresarial Académico EDDE. Coincidieron en que el sector manufacturero consolidará este período de crecimiento y que cuenta con “ventajas” comparativas por la calidad de los recursos humanos.
En el encuentro, del que participaron más de 500 personas, los expositores remarcaron las oportunidades y desafíos que enfrenta hoy el sector industrial argentino para lograr un desarrollo sostenido a largo plazo.
En el panel sobre “La industria nacional, su importancia y la competitividad del valor agregado”, Enrique Babis, de PricewaterhouseCoopers, remarcó las ventajas que ofrece la Argentina desde los recursos humanos que posee para competir con éxito en los mercados globales y la oportunidad que presenta el sector servicios para incrementar el PBI nacional. “Muchas compañías invierten en el país y con eso se genera empleo de calidad, especialmente en el sector de servicios exportables, entre los que se destacan el desarrollo de contenidos, tutorías on line, procesamientos de contabilidad, servicios contables, call centers, auditoría y servicios médicos, todos sectores relacionados con el desarrollo tecnológico actual”, explicó.
El especialista sostuvo que las empresas de otros países buscan en la Argentina la calidad de los recursos humanos y también el bajo costo laboral. “La industria de servicios mueve 827 mil millones de dólares anuales en todo el mundo, genera empleos de calidad y sube el promedio de los salarios. Si la Argentina consiguiera un punto de participación de esta industria, el PBI crecería 8 por ciento”, dijo Babis. Sin embargo, admitió que en la exportación de servicios existe en el país un “cuello de botella” para conseguir jóvenes talentos que estudien carreras relacionadas con la tecnología.
Miguel Angel Punte, director de Recursos Humanos de Ternium Siderar, explicó que los cambios en la industria en los últimos 40 años le permitieron a las empresas sobrevivir y adaptarse a la nueva economía mundial. “Lo importante fue adecuar la gestión, pasando de una economía cerrada con clientes cautivos a una abierta con una infinita competitividad global”, señaló. El especialista explicó que los cambios en la gestión se centraron en alcanzar un salto cualitativo, con especial preocupación en costos, tiempos, calidad y control. “El cambio en la información modificó la gestión del negocio. A fines de la década pasada apareció la globalización, donde empezamos a lidiar con el resto del mundo y cambiar otra vez el management. Antes lo importante era trabajar y transpirar mucho, ahora lo que necesitamos es saber si tomamos la decisión adecuada en el momento adecuado”, dijo Punte.
