Inicio Empresas y Negocios Qué nuevas alternativas tienen las empresas al momento de refinanciar sus deudas

Qué nuevas alternativas tienen las empresas al momento de refinanciar sus deudas

La crisis financiera internacional ya se siente a nivel local y son varias las empresas que tienen graves problemas para refinanciar sus deudas.

Firmas como Transportadora de Gas del Norte (TGN) y La Serenísima tienen atrasos en pagos bajo ciertas obligaciones negociables emitidas en el marco del proceso de reestructuración de deuda anterior (2002-2006), según sostiene un informe del Estudio Nicholson & Cano .

“Socoterm está renegociando con sus acreedores y Saturno Hogar incumplió ciertas obligaciones financieras, mientras que otras empresas tanto grandes como Pymes se encuentran en una situación financiera comprometida y podrían seguir un camino similar”, explicó Eugenio Bruno, socio de la firma.

Abogados consultados por iProfesional.com aseguran que el contexto de crisis actual es distinto al que se vivió en el país tras la debacle del 2001 y explican qué alternativas tiene el sector privado a la hora de afrontar problemas para el pago de sus obligaciones.

De cara a estos nuevos default, es interesante indagar qué lecciones dejó aquel proceso de reestructuración a fin de anticipar cómo podrían darse las nuevas negociaciones.

Es sabido que a la hora de negociar títulos de deuda hay una lucha de intereses entre la compañía emisora y los bonistas, quienes a la hora de defenderse, se agrupan para poder bloquear decisiones de la mayoría.

“Las reestructuraciones de pasivos financieros del sector corporativo consistirán en la mejor solución para ciertas empresas con altos niveles de apalancamiento para poder hacer frente a la crisis financiera imperante y a las consecuentes dificultades de acceso al crédito”, dijo Sebastián Siseles, desde Muñoz de Toro Abogados.

Para Martín Garcés, socio de Baker & McKenzie, en el actual contexto no es probable que haya tantos Acuerdos Preventivos Extrajudiciales (APE) y concursos como ocurrió tras la crisis del 2001 y atribuyó este cambio a varios factores.

“Uno de ellos es la disminución de negocios de financiamiento y el otro está dado porque no hay un quiebre en el tipo de cambio que haga desestabilizar los balances como ocurrió en aquella oportunidad, que originó el default corporativo generalizado”, explicó el abogado.

Al momento de recomendar una herramienta alternativa Garcés fue muy cauto y dijo que todo depende de la sofisticación del deudor que esté reestructurando sus pasivos.

Por eso, señaló que es usual hacer adaptaciones dependiendo de la circunstancia ya que no es lo mismo un Estado soberano o una multinacional que una compañía con estructura más chica.

Entre los mecanismos que pueden utilizarse, el abogado recomendó los “exit consents”. Este procedimiento consiste en que los acreedores, o una masa crítica de ellos que están aceptando la reestructuración, aprueben la modificación de ciertos términos o condiciones, que no sean esenciales como las condiciones de pago.

“Sí se admiten cambios en otras cláusulas, como por ejemplo las que obligan a cotizar estos títulos en la Bolsa de Valores. En muchos casos con estas modificaciones el título se convierte en menos seguro y por lo tanto pierde valor, esto actúa como un elemento de presión para lograr que los acreedores más rebeldes acepten ciertas condiciones”, aclaró el abogado.

Aunque Garcés señaló que este tipo de herramienta se puede utilizar siempre y cuando los bonistas no se agrupen, porque si lo hacen lo bloquean.

Además, destacó que hay otras variantes en los acuerdos de reestructuración, como sujetarlos a alguna condición suspensiva y, por ejemplo, exigir que se alcance a determinadas mayorías. Por eso, Garcés remarcó que este tema se maneja caso por caso, y precisó que en estas cuestiones no hay procedimientos “enlatados”.

Otra alternativa: la quita de la quita
En tanto, Bruno explicó que toda reestructuración implica un sacrificio para los acreedores ya que la situación de la deuda post-default debe adaptarse a las nuevas condiciones de pago del deudor, las que generalmente son peores que antes del default.

Pero, el abogado agregó que es posible que el deudor, tras la reestructuración, se recupere y entonces su capacidad de pago sea más alta.

“Por este motivo en las reestructuraciones se utilizan los denominados mecanismos de “cash-sweep” que tienen un efecto de ser una especie de “quitas de las quitas”. Es decir, que si la capacidad de pago del deudor aumenta, deberá pagar más, precisamente buscando reducir el sacrificio que hicieron los acreedores al momento de aceptar las condiciones de la reestructuración”, sostuvo Bruno.

Como estos mecanismos se han usado muy eficazmente, Bruno dijo que es posible que de existir en la actualidad default y reestructuraciones los mismos vuelvan a utilizarse.

Cómo se refinanció en la crisis anterior
El método principalmente utilizado fue el de negociaciones privadas y APE, habiendo sólo casos aislados de concursos preventivos.

“Esta figura ha sido considerada perjudicial desde el punto de vista de la reputación comercial y financiera. Por lo tanto se evitaba hasta la misma extensión posible”, enfatizó Bruno.

El APE se utilizó en varios casos de importantes empresas, como Telecom, Sociedad Comercial del Plata y Cablevisión y consiste en un acuerdo privado entre el deudor y acreedores que representan al menos el 66% del capital adeudado no garantizado y el 51% sobre la cantidad de ellos, y que se somete a la Justicia para su homologación.

En caso de obtenerse dicha homologación, el acuerdo es vinculante para la minoría disidente, o hold-out corporativos. “En los casos de default que puedan darse en la actualidad, entendemos que los deudores optarán por los APE en la medida que los porcentajes de acuerdo estimados sean superiores a los exigidos por dicha figura pero no tan significativos (90% por ejemplo)”, expresó el abogado de Nicholson & Cano.

En el caso de las renegociaciones de las Pyme la situación concursal fue distinta ya que en este segmento sí se recurrió de una manera masiva al concurso de acreedores.

Según Bruno, “parecería que este aspecto se repetiría en el actual contexto porque en los últimos meses ha aumentado significativamente la concursabilidad de estas empresas”.

Financiamiento
Muchas empresas privadas, debido al escenario de crisis internacional, ven restringido el acceso al financiamiento externo ya sea bancario o a través de organismos multilaterales de crédito, como así también al acceso al mercado de capitales.

En lo que respecta al financiamiento a través de préstamos, el contexto internacional está sufriendo una disminución en la liquidez, lo que conlleva un aumento en las tasas y condiciones en que una entidad se encuentra disponible a financiar a otra.

En lo que respecta al mercado de capitales, y más allá de la propia incertidumbre mundial, la estatización del mayor inversor institucional que tenía la Argentina, que eran las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), y el uso discrecional de fondos que realiza la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), han empeorado la situación del mercado de capitales local.

Siseles explica que el sector corporativo tiene, además de los clásicos instrumentos de endeudamiento – como préstamos y la apertura de su capital y emisiones de instrumentos de deuda en bolsas y mercados tanto locales como del exterior, entre otros- otras alternativas en caso de la imposibilidad del acceso al financiamiento externo, tales como:

* Capital calls a sus accionistas: los accionistas que a partir de la recuperación de la Argentina luego de la crisis del 2001 estaban habituados a percibir dividendos de la compañía de la cual eran accionistas, deberán, en esta instancia, realizar aportes a la misma a fin de proveer financiamiento para su crecimiento o para que la misma pueda cumplir con su deuda exigible. Esto va a generar una expansión de su capital social a favor de los accionistas aportantes (o terceros, según el caso), o contrayendo nueva deuda en favor de los accionistas que aporten financiamiento de su propio patrimonio.

* Cuentas financieras: Contemplándose los recaudos propios para no quedar encuadrado como una intermediación financiera prohibida y la normativa legal y fiscal aplicable, los propios accionistas de una sociedad que distribuye dividendos (o parte de ellos) podrían acordar con la sociedad la apertura de “cuentas financieras” en ella y no retirar el total de los dividendos que les corresponden, devengándose, en su favor, intereses más razonables. A través de estas cuentas, la sociedad podría ver solucionado todo o parte de sus necesidades de financiamiento para el siguiente período.

Si bien Garcés dijo que va a haber default, expresó que no cree que sean abruptos porque las compañías están protegiéndose. “Parece que aprendieron la lección”, subrayó.