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Qué se busca al adquirir la primera casa

En el momento de elegir el primer hogar, cada persona busca algo diferente que tiene que ver con su etapa vital, sus expectativas y sus posibilidades económicas.

Habitualmente, los casos en donde aparece la búsqueda de la primera vivienda son los de una pareja que decide convivir o que se casa, o de alguien que inicia su independencia y se muda de la casa familiar, muchas veces para estudiar o trabajar en otro lado. También hay ocasiones en que son los padres quienes adquieren esta propiedad, para facilitarle a los hijos el camino hacia la independencia y el crecimiento.

Las parejas jóvenes y los solteros buscan unidades chicas, de 1 ó 2 ambientes, con o sin cochera.

Con respecto a la zona, a veces se desea continuar en el barrio de la infancia, donde el futuro dueño tiene amigos y quizá viven actualmente sus padres o futuros suegros. Se busca además la cercanía o acceso directo a su trabajo y lugar de estudio.

En el caso de las personas mayores, deciden mudarse – entre otras cuestiones- porque la vivienda ya no les resulta funcional: les quedó grande, se modificaron sus posibilidades para mantenerla, o bien porque sus hijos crecen y se mudan. Otra situación que suele ocurrir es que venden la propiedad familiar para ayudar a los hijos. En esos casos buscan unidades similares a las que tenían, pero más pequeñas y funcionales.

En general, los compradores de todas las edades buscan lugares seguros, con buena circulación de gente. Si se trata de parejas con hijos chicos, se prioriza la calidad de vida, y cercanía al colegio y a los comercios.

Finalmente, cuando lo que se busca es un departamento a estrenar, el comprador siempre demanda amenities El primero de todos: la seguridad.

La unidad y su entorno
Para elegir el inmueble que se transformará en el hogar, es fundamental distinguir entre aquellas cosas que pueden transformarse mediante una inversión razonable en relación al valor de la propiedad, y otras que no son modificables – y que son generalmente las más importantes, porque hacen a la estructura misma -. Por ejemplo, no podemos cambiar la ubicación y la categoría del edificio, y es complicado modificar la cantidad de luz natural que recibe la unidad, o la distribución de la planta. Otros aspectos, como ser el color de la pintura, un revestimiento, o incluso la refacción del baño o la cocina, son cosas que se pueden cambiar más fácilmente.

Los productos más demandados por el comprador promedio argentino son los departamentos chicos, de 1, 2 y 3 ambientes. Esto se debe a que son unidades que sirven para uso personal, pero además se pueden adquirir para proteger el capital o incluso para obtener una renta.

Si el destino es la vivienda, las zonas a elegir no son las mismas para todas las personas. Hay zonas o barrios donde sólo se mudan quienes ya provienen de allí, o tienen familiares o allegados, mientras que otros son receptivos de inmigración dentro de la ciudad (o sea a los que se muda gente de cualquier parte), como Barrio Norte, Palermo y Belgrano, que tienen buenos valores de reventa.

Dentro de cada barrio, los lugares que son más valorados son los que tienen buenas vistas, que están cerca de plazas y espacios verdes, y preferentemente con buenos medios de transporte público (un aspecto agudizado por el congestionamiento vehicular que sufre la ciudad de Buenos Aires).

Respecto a los amenities o servicios, como decíamos arriba, el más solicitado es en primer lugar el servicio de vigilancia, pero otros varían según la composición del grupo familiar.

Entre las personas jóvenes y parejas que tienen hijos pequeños, la pileta, el SUM o el jardín y parrilla son algunos de los más pedidos.

En el caso de familias con hijos adolescentes, éstos últimos hacen mucho uso de las instalaciones porque tienen una mayor autonomía, y a los padres les brinda tranquilidad saber que permanecen en el edificio. En cambio, las parejas ya establecidas generalmente desarrollan una mayor vida social fuera de su domicilio.

Otro detalle a tener en cuenta es el importe que se deberá abonar por expensas. Uno de los elementos que más inciden es la vigilancia y dentro de ella, la cantidad de personal contratado que tiene un edificio y entre cuántas unidades se divide el costo del servicio.

Antes de firmar.
Dado que la compra de una vivienda es un hecho importante que va a condicionar futuros aspectos de la vida cotidiana, y que va a perdurar en el tiempo, no conviene apurarse.

Entre otros factores a considerar, se debe poner especial cuidado al elegir la zona.

Hay que analizar muy bien todos los factores: además de la cercanía de la familia o del trabajo, pensar en la seguridad del área, el fácil acceso a medios de transporte, el nivel de ruido y movimiento de gente a distintas horas, los espacios verdes cercanos, ubicación de los supermercados, hospitales, comisarías y cuarteles de bomberos (estos últimos servicios pueden generar mucho ruido en cualquier horario, por el uso de ambulancias, patrulleros y carros), etc.

Además, hay que estudiar a fondo el mercado y comparar los precios.

También se debe tener en cuenta que la elección realizada va a condicionar otras decisiones posteriores: desde la elección de los muebles hasta los hábitos y horarios para trasladarse.

Además, es importante que el inmueble acompañe el crecimiento de su dueño/a, y si en algún momento cambian sus necesidades, pueda ser vendido sin mayores complicaciones. El precio de reventa se determina por el valor por m2 usado, el tamaño y ubicación de la propiedad, sus características generales, el estado del inmueble y del edificio donde se encuentra.

Como vemos, hay una gran cantidad de factores relevantes a analizar antes de comprar la primera vivienda. Por eso es importante elegir una inmobiliaria que sepa acompañar al cliente de una manera profesional, durante todo el proceso, que este atenta a sus necesidades y pueda asesorarlo.