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¿Qué tasa de retorno buscan los inversores extranjeros para “hacer nido” en la Argentina?

Aunque durante el primer trimestre del año algunas operaciones permitieron que los datos de la inversión extranjera en el país sean alentadores, ya que duplicaron a los de 2007 (influenciado esto en gran parte por la compra de Acindar por parte de Arcelor Mittal), las expectativas sobre lo que resta del año y sobre el cierre del segundo trimestre no son positivas.

La incertidumbre política alteró el mercado que aún cuenta con bases económicas sólidas, pero que carece de un marco jurídico confiable como para que las empresas se arriesguen a desembarcar en el país.

“La tasa de retorno que buscan los inversores extranjeros es de un 30% anual, recién a partir de esa cifra empezarían a entrar capitales. Sin embargo, es difícil que algún proyecto de inversión retribuya ese porcentaje, lo que se toma como una señal de que no se registrará un fuerte ingreso de divisas para fines productivos ”, explicó a infobaeprorfesional.com Gustavo Perilli, de Finsoport.

En la consultora Orlando Ferreres y Asociados estiman un porcentaje de recupero similar, ya que si se considera el riesgo por plazo más el riesgo por tipo de cambio, la tasa mínima exigida es de 26% a la que luego se debe sumar el riesgo del negocio, que varía según el rubro.

En otras palabras, los analistas coinciden en que los “dueños del dinero” buscan recuperar su inversión en un plazo que no supere los tres años, al menos en aquellos sectores calificados como muy sensibles o controlados por el Gobierno.

“Uno de los temas más preocupantes es la inestabilidad contractual, porque desde la estructura de costos todavía se cuentan con ciertas ventajas y aunque los salarios aumentaron, siguen siendo favorables si se miden en dólares”, comentó Eric Ritondale, analista de Econviews.

Variaciones por sector
La rentabilidad esperada varía de acuerdo al sector y al tipo de inversión que se realice, sea a mayor o menor plazo, aunque según una encuesta realizada por Sel Consultores entre diferentes empesas, el horizonte de previsibilidad para invertir en la Argentina es de 2,5 años.

Para Nicolás Bridger, de Prefinex, los desembolsos se pueden dividir en dos tipos:

* Los estratégicos, que tienen como objetivo concentrar mercados más allá de la rentabilidad y de la coyuntura actual. Un ejemplo es el de Brasil en la industria de la carne, donde el país quiere hacerse fuerte en Latinoamérica para luego lanzarse al mundo.

* Aquellos que sí buscan un alto rendimiento del capital y, de acuerdo a las expectativas, no arriesgan a un plazo mucho mayor de dos años. “Sin embargo hay pocos sectores, o casi ninguno, que en dos años permita recuperar la inversión”, explicó Bridger.

Por otro lado, los extranjeros tienen en cuenta la regulación del sector en el que ponen la mira. En este caso, en aquellos rubros seguidos muy de cerca por la lupa oficial, como alimentos, petróleo, gas y servicios públicos, se hace muy díficil que el país capte fuertes inversiones, con largo plazo de recupero.

Factores de inseguridad
Los economistas coincidieron en la falta de confianza que se da para invertir, a pesar de las favorables condiciones macroeconómicas. “No sólo que no hay inversiones extranjeras sino que se viene dando una fuga de capitales desde hace 8 meses, que en el último trimestre se intensificó con un escape de u$s5.000 millones, con lo cual la misma debe ser baja sino inexistente”, coinciden.

Por otro lado, a la mala comunicación del Gobierno se suma “la presión inflacionaria y el riesgo país, que generan tales distorsiones que hacen que cualquier inversión demande más rentabilidad en menor plazo”, agregó Mariano Lamothe, de Abeceb.com.

A esto se agrega la crisis de expectativas desde que se desencadenó el conflicto con el campo. “A nivel internacional es vista como un incremento en el riesgo, que se adiciona a una acumulación de ajustes pendientes que tiene el país, como por ejemplo, renegociación de tarifas, precio de combustibles, acreedores que se quedaron fuera del canje e irregularidades del Indec que pesa en la indexación de los bonos”, comentó la economista de Joaquín Ledesma y Asociados, Evelyn Dorsch.

Calidad institucional
Según una encuesta de SEL Consultores realizada a empresas nacionales y extranjeras, donde se les preguntó por la calidad institucional y el horizonte de previsibilidad para invertir en el país, los resultados no son alentadores. En una escala de 1 a 10, la Argentina califica en:

* 5,3 en el respeto a los derechos de propiedad
* 4,3 en la independencia y correcta administración de justicia
* 4,1 en el cumplimiento de los compromisos por parte del Estado
* 4 en la solvencia profesional y de gestión de la administración pública.

“Esta escasa calificación obtenida en instituciones básicas para la economía, explica en una medida no menor que, pese al alto crecimiento del quinquenio pasado, la capacidad del país para atraer inversiones ha caído en la región”, explica el director de SEL Consultores, Ernesto Kritz, en el informe.

Por otro lado, el 93% de los directivos entrevistados estima que el marco institucional para invertir y hacer negocios en la Argentina es menos favorable que en Brasil. En comparación con Chile 91% opina de modo similar, con México 85% y con el Uruguay 57 por ciento.

Turismo e inmobiliaria
En cuanto a los sectores con menor intervencion gubernamental se destacan los desarrollos inmobiliarios o el turismo. En éstos, alejados de todo tipo de controles, es donde el dinero parecería lograr fuertes rendimientos.

En este sentido, Rodrigo Fernández Prieto, presidente de Intelligent y director de Fernández Prieto y Asociados, explicó que disminuyó la cantidad de extranjeros que compran unidades en el país como consecuencia de la mayor incertidumbre, pero confía en la recuperación cuando la situación sea menos tensa. “Hay algunos beneficios de comprar en la Argentina en comparación con otros países emergentes o con Brasil, porque acá el inversor obtiene una renta más importante que en sus países de origen”, comentó.

Un ejemplo claro es la comparación con Europa. Mientras un departamento de dos ambientes cuesta más de u$s650.000 y la renta es de u$s1.500, en un barrio premium de Puerto Madero el valor es de u$s200.000 y se obtiene el mismo alquiler”.

En tanto, Ricardo Fernández, director de Marketing International de la desarrolladora Dypsa, destacó que por otro lado lo que buscan los inversores es la garantía de rentabilidad, que en este sentido ha derivado en la salida de muchos inversores que prefirieron Brasil y Uruguay.

Otra distinción que se hace es si se trata del sector real, donde la maduración de la inversión y el recupero será más largo, o si se trata de servicios, como puede ser un call center, donde los costos de entrada son más bajos y el tiempo de recuperación es más corto.

De todos modos, en cualquier escenario se hace foco en la inestabilidad contractual y se menciona el caso de China como un buen ejemplo. “Los chinos, además del tamaño de mercado, tienen un sistema de garantía implícita de que el gobierno no confiscará ninguna inversión. Esto se hace visible a través de un sistema de coparticipación de ganancias. Los que invierten saben que no perderán”, agregó Ritondale.

Lejos de los vecinos
La situación Argentina está muy lejos de lo que sucede en Brasil, donde la tasa de retorno exigida ronda el 12% y cuenta con nuevos nichos de mercado que se descubren de manera constante, de tal forma que se ven atraídos nuevos inversores.

“Argentina ya venía con cierta enemistad con el mercado internacional y Brasil es el caso opuesto, tiene muchos proyectos especialmente en petróleo y eso es más interesante para las compañías”, explicaron en Finsoport.

A esto se suman más diferencias con el resto de los países de Latinoamérica. Según los últimos datos de inversiones extranjeras en los países de la región, Argentina recibió sólo el 3% del total destinado a la región y fue el único país entre Chile, México y Brasil que el año pasado recibió menos que el resto. Esa reducción llegó al 36%, de tal forma que por cada dólar de inversión extranjera directa en Argentina, Brasil recibió u$s10; Chile u$s4 y México 8 dólares.

Según Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres & Asociados, los extranjeros invirtieron en la Argentina u$s5.700 millones. En el resto de los países de la región la cifra fue de:

* En Brasil u$s34.600 millones
* En México u$s23.230 millones
* En Chile u$s14.457 millones
* En Colombia u$s9.000 millones
* En Perú u$s5.350 millones.

“Esto es un reflejo de lo que pasa con los fundamentals de la economía Argentina, que tiene superávit fiscal y el doble de reservas de Ecuador, situándose a la altura del resto de los países de la región, pero comparte el riesgo con el primero. El mercado percibe que los números no son sustentables en el tiempo y existe una prima de riesgo mayor”, explicó Evelyn Dorsch, economista de Joaquín Ledesma y Asociados.

Este escenario hace, al mismo tiempo, más dificultosas las posibilidades para que las empresas consigan financiamiento en el exterior. “El sector privado argentino no pudo recuperar un lugar en el financiamiento internacional”, comentó Dorsch.

Perspectivas para la región
Según un informe de Deloitte los puntos esenciales a tener en cuenta en el corto y mediano plazo dependen no sólo de las condiciones macro globales sino también del desempeño político y económico de la región.

En este sentido, se deben considerar:

* La desaceleración de la economía norteamericana y su efecto sobre las demás economía globales. Actualmente el sector encuentra soporte en la Demanda de China e India desde mediados de 2006, debido a la caída del nivel de actividad en los Estados Unidos, especialmente en construcción (principal demandante de metales). Esto podría incrementar la volatilidad de precios a nivel global.

* Restricciones energéticas. Uno de los problemas de la región es el desabastecimiento de energía dentro de la cadena de producción, especialmente en la Argentina y Chile. Esto afectaría la oferta, teniendo un efecto positivo sobre los precios.

* Stocks globales. Los inventarios de metales se encuentran en sus niveles mínimos de los últimos diez años. Por ello, una recuperación en los EE.UU. anticipada podría hacer subir los precios.

* Competitividad en mercados emergentes. La apreciación de la moneda en los mercados emergentes, en conjunto con el incremento del precio de la energía, podría reducir la competitividad de las empresas en latinoamérica.

Esto es de esperarse en mayor medida en países no exportadores de petróleo ya que el fecto positivo en los términos del intercambio no se trasladan en forma uniforme como sucede en los países que venden al extranjero este tipo de commodities.