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Recesión, esa maldita palabra que la crisis mundial instala ahora en la Argentina

“Lo peor está por venir”, se escucha por estos días en boca de analistas locales e internacionales. Una frase que aterra no sólo a los empresarios sino a toda una sociedad que se acostumbró a escuchar noticias catastróficas, sobre colosales derrumbes de bancos o empresas y que no termina de entender qué “cosa peor” puede haber que no se haya oído y que aún reste llegar.

El “crecimiento a tasas chinas”, una terminología que acompañó al país durante muchos años ahora se revirtió. Todo es a la inversa: las ventas en el mercado interno se derrumban a tasas de dos dígitos y el comercio exterior argentino sufre desplomes cercanos al 40 por ciento.

Claro está que todo esto es la consecuencia de una crisis internacional que produjo un inusitado viraje respecto a los últimos años dorados que vivió el país y que alteró el ranking de preocupaciones de los argentinos, al pasar de las quejas por la inflación al miedo por perder el empleo.

“La situación es tremendamente difícil. Odio usar el término desastre pero estamos llegando a eso”, advirtió el economista argentino y ex titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Claudio Loser en diálogo ayer con Radio 10.

Dos golpes duros de digerir
”La recesión mundial te seca”, expresó el economista Carlos Melconian.

Los famosos escudos gemelos que protegieron durante mucho tiempo al país comenzaron a debilitarse y por la crisis global los inversores salieron a buscar refugio en el dólar, aquí y en todo el mundo.

“La salida de capitales por más de u$s20.000 millones que se dio el año pasado y la caída de las exportaciones por otros u$s20.000 millones este año, son dos mazazos muy fuertes”, manifestó el economista, al explicar que estos efectos combinados dejaron al país sin una valla de contención y en pie de recesión.

Es así como esa “maldita palabra llamada recesión” comenzó a instalarse poco a poco en el vocablo de los argentinos y, para más de un analista, es un lamentable y largo camino que inevitablemente deberá transitar el país, producto de una de las peores crisis globales que se recuerde.

Técnicamente, la palabra recesión significa dos trimestres consecutivos con descensos en el nivel de actividad y no necesariamente que el Producto Bruto Interno (PBI) arroje cifras negativas

Para medir la magnitud que debe esperarse de la caída, iProfesional.com consulto a casi una docena de analistas que revelaron sus proyecciones para el año y qué sectores son los que más sentirán el parate. En los casos más positivos, el crecimiento de la economía podría llega a 1,5 o 2%, mientras que los más pesimistas la sitúan hasta por debajo del -2,5 por ciento.

La turbulencia afectó a los motores
La construcción, el agro, y el sector automotriz fueron tres motores clave que impulsaron durante varios años a la economía local.

Al repasar la situación de cada uno de ellos en la actualidad, los números hablan por sí solos:

Desde la consultora Prefinex explican que “después de seis años la economía argentina entró en recesión”. Y aunque reconocen que se hace muy difícil hacer pronósticos, de acuerdo a los últimos datos obtenidos de diferentes sectores, hay indicios de que la coyuntura local empeorará significativamente en el corto plazo.

“Los datos de crecimiento volvieron a recortarse nuevamente en base a información reciente sobre el sector automotriz, siderúrgico y cementero, que se suman a los del sector agropecuario. Todos son sectores primarios proveedores de otras industrias y consecuentemente, anticipan el ciclo económico”, enfatizan en la consultora.

La fecha señalada
A la hora de medir la magnitud de la caída, los economistas ven con extrema preocupación un clave: otros países bajaron su ritmo de compras y la Argentina sufrió un inusitado derrumbe en sus ventas al mundo.

Tal es así que este miércoles si conoció una cifra que hizo temblar al sector automotriz: en febrero la producción se desplomó casi 56%, las ventas al mercado interno sufrieron una baja del 30%, mientras que las exportaciones cayeron más del 63 por ciento.

El ex director del Banco Central (BCRA), Javier González Fraga, se refirió al tema y sostuvo: “El impacto local vía exportaciones es tremendo. Hay sectores que han bajado 50% sus exportaciones. Eso va a empezar a volcarse al consumo y también va a haber menos crédito. Vamos a tener un impacto y la Argentina va a caer en una recesión seguramente a partir de mitad de año”, explicó.

En Joaquín Ledesma & Asociados también pronostican un crecimiento nulo o una caída de -1 punto. “Se entraría en recesión formalmente a partir del segundo trimestre del año”, sostuvo Evelyn Dorsch.

Recesión y algo más
La posibilidad de crecimiento cero todavía está presente en algunas consultoras.

Pablo Rojo, economista de Rio Bravo Investimentos, aseguró que “el crecimiento de punta a punta será de entre 0% a -2 por ciento”.

En Economía & Regiones (E&R) definen dos escenarios posibles. En el primero, hablan de recesión con estabilidad. “El crecimiento estadístico del INDEC sería de 1.5%, pero es nulo ya que el incremento de punta a punta del PBI real será cero”, explicó Diego Giacomini.

Otro escenario que analizan, con menor probabilidad, es el denominado “recesión con desequilibrio”, que se daría en caso de que se intensifiquen medidas de parte del gobierno como fue la estatización de las AFJP, o la creación de una moderna “Junta Nacional de Granos”, algo que momentáneamente fue descartado. “Sólo si ocurrieran muchas de esas medidas se espera una retracción de -1.5 a -3 puntos”, afirmó el economista.

“Desde hace un mes se intensificó una caída que asomó con fuerza en el cuarto trimestre del año. Las noticias en el mundo son peores día a día y recién hacia el tercer o cuarto trimestre de este año esperamos una moderación en el derrumbe”, dijo Eric Ritondale, economista del estudio.

Visiones más optimistas
Tanto en Bein & Asociados como en Exante afirmaron que el país podría alcanzar un leve crecimiento aunque el mismo sea mínimo, de entre 1 y 2 puntos.

Soledad Pérez Duhalde, economista del equipo de Aldo Abram, estimó que puede llegar al 1.9%. En términos desestacionalizados el arrastre es bajo, de 1.1%, con variación negativa.

Motores a reparación
Tal como diera cuenta iProfesional.com meses atrás, algunos motores que mantuvieron en marcha a la economía argentina comenzaron a desacelerarse y hoy están algunos en “terapia intensiva” y otros en “sala de espera”.

En este sentido, en Econviews alertaron que actualmente, todos los sectores traccionan hacia abajo, aunque algunos lo harán de manera más pronunciada que otra.

En Prefinex destacaron tres eslabones claves de la industria como los “motores que se apagaron” y que costará recuperar: estos son el sector automotriz, la siderurgia y las cementeras. Todos registraron una variación de la actividad negativa en enero. El caso más grave se dio en los dos primeros complejos, que cayeron más de 40 por ciento.

En la consultora explicaron que “si bien estos tres sectores representan solo 5% del PBI, los mismos anticipan con precisión el ciclo económico”. Hay que tener en cuenta que:

* Son grandes generadores de empleo en toda la geografía.
* Son proveedores de la industria y la construcción.
* Son demandantes de gran cantidad de bienes y servicios.

Rojo también se refirió a automotrices, durables y bienes de capital como los más afectados en este contexto de la economía.

Por otro lado, algunos expertos ponen especial atención en el agro, por el efecto combinado de la sequía, baja en el precio de las commodities y la mayor dificultad del sector para exportar. En conjunto se estima que el sector sufrirá un pérdida de $43.811 millones, según Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

En Economía & Regiones explicaron que hay que distinguir por categorías cuando se habla del campo. Los que están muy mal, como el tambo y el trigo; la carne, que está mal, junto al girasol y el maíz, y por último la soja.

“El tambo y el trigo tienen retornos negativos; la carne no tiene retorno; y el maíz, girasol y la soja que tienen retornos positivos, aunque menores al año anterior”, manifestó Giacomini.

El sector bancario resiste el temporal
Si bien se espera que la crisis afecte, en mayor o menor medida, a todos los sectores de la economía, algunos actores fundamentales todavía se muestran bastante fuertes

En Prefinex destacaron un dato alentador dentro de este panorama negativo. “Es la solidez que viene mostrando el sistema bancario (Ver nota: En plena crisis los bancos argentinos tuvieron la mayor ganancia de la última década)

El año pasado fue capaz de sortear sin grandes sobresaltos una salida de capitales record, de u$s22.000 millones, aunque la batalla todavía no está ganada”, explicaron.

Tiempo de espera
Los economistas coincidieron en que es improbable que en los próximos meses la situación cambie de rumbo y se encauce hacia un panorama más alentador.

Recién a fines de 2009, o principios de 2010, podrían darse condiciones más favorables, aunque algunos analistas, como el caso del economista Darío Epstein, hacen referencia a un plazo mayor para curar todas las heridas. Para Epstein, harán falta “13 trimestres consecutivos” para salir de esta crisis, una de las peores de la historia.