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Recomendaciones para proteger a los niños en el auto

Llevar a un bebé en brazos mientras se viaja en auto puede parecer el gesto más natural, pero en caso de accidente o frenada brusca, incluso a velocidad moderada, el peso del niño adquiere una fuerza de tracción tan elevada que los brazos no bastarán para retenerlo.

Investigaciones en materia de seguridad vial dan como resultado diversas conclusiones y recomendaciones para proteger a los niños cuando viajan en auto, quienes deben ir siempre en una butaca específica y homologada según las normativas vigentes, dado que la misma asegura su contención, protección y una mejor retención en caso de accidente.

Cada butaca, a pesar de tener medidas diferentes según el modelo, posee una estructura envolvente y proporcional a las dimensiones de los más pequeños, correas incorporadas, protecciones específicas en caso de golpes laterales y acolchados estudiados para asegurar la mejor posición durante el viaje. Por tal motivo, debe ser adecuada a la estructura física del infante.

La mayoría de las butacas de auto ofrecen la posibilidad de regular la forma y las partes de contención, según las fases de desarrollo del crecimiento del niño. Además de los correspondientes cojines-reductores, ideales para los bebés y que se retiran cuando crecen, existen, según los tipos y los modelos disponibles, diversas opciones que permiten regular la altura, el ancho y la inclinación (del respaldo, del reposacabezas y/o de los apoyabrazos) para permitir, entre otras cosas, que los chicos puedan viajar en la posición más natural posible. También representan la mejor solución en cuanto al confort, ya que incorporan acolchados específicos en los puntos donde los niños mayormente se apoyan (asiento, respaldo y apoya-cabeza) y materiales que los protegen de la transpiración.

Todas las butacas y los moisés para auto deben seguir los parámetros de calidad y seguridad fijados por las normativas vigentes. Los criterios de diseño, homologación y producción están definidos por la Directiva Europea ECE R44, haciendo imprescindible que hoy todas las empresas que fabrican butacas para auto respeten íntegramente las prescripciones de esta norma para poder vender su producto. Antes de que el mismo sea admitido en el mercado, el correspondiente procedimiento de homologación asegura al consumidor que todos los parámetros establecidos son respetados, sometiéndolo a pruebas de fiabilidad y resistencia muy severas: tests dinámicos (crash tests) que simulan el comportamiento de la butacas en caso de accidente/choque trasero, comprobando su resistencia y el nivel de protección proporcionado al niño. Además, se comprueba el desgaste de hebillas y cinturones, la corrosión de las partes metálicas, etc. Laboratorios certificados son los que controlan que todo sea conforme y sólo cuando esto ocurre expiden la homologación. Por eso es necesario verificar, antes de la compra, que la butaca tenga la etiqueta de homologación, que generalmente se aplica en la parte trasera o en la base de la misma, y se reconoce fácilmente gracias a su color naranja. Es una especie de tarjeta de identidad del producto, que indica sus características fundamentales. Pero la garantía para el consumidor no termina en la homologación; los laboratorios verifican periódicamente que los requisitos normativos sigan siendo respetados a lo largo del tiempo.

La butaca para auto debe utilizarse siempre, incluso cuando se realizan trayectos cortos, a partir del primer viaje del recién nacido desde el hospital hasta su casa. Sólo un uso correcto en lo que respecta a su montaje en el auto y la fijación del niño a la butaca, puede reducir el riesgo de lesiones graves en caso de accidente.

El “Observatorio Chicco” vincula a un grupo multi-disciplinario, en la observación directa del niño y sus necesidades, estudiándolo en cada fase de su crecimiento. Tiene como objetivo visualizar el uso de los productos fabricados por Chicco –empresa líder a nivel mundial en el mercado de la puericultura– en la cotidianeidad para evaluar así su eficacia y las mejoras que pudieran tener los mismos.

Recomendaciones Chicco
Desde el Observatorio Chicco, se han realizado investigaciones en materia de seguridad vial que dan como resultado las 12 recomendaciones que se expresan en los siguientes puntos.

  • No es lo mismo una silla para el auto que una butaca de seguridad: Todas las butacas y los moisés para automóvil deben estar homologados acorde con la norma ECE R44. Antes de obtener la homologación correspondiente son sometidos a pruebas de fiabilidad y resistencia muy severas: tests dinámicos (crash tests) que simulan el comportamiento de las butacas en caso de accidente/choque trasero, comprobando su resistencia y el nivel de protección proporcionado al niño. Además, se comprueba el desgaste de hebillas y cinturones, la corrosión de las partes metálicas, etc.
  • Es importante entender la importancia del uso de la butaca de seguridad de auto como forma de prevención y de protección de la salud de los chicos, y como un auténtico gesto de amor. Llevar a un niño en brazos mientras se viaja en coche puede parecer natural, pero en caso de accidente o frenada brusca, incluso a velocidad moderada, el peso del pequeño adquiere una fuerza de “tracción” tan elevada que el abrazo de un adulto no bastará para retenerlo.
  • Para transportar al niño en auto es necesario utilizar siempre una butaca adecuada, incluso para recorrer trayectos cortos.
  • En caso de viajes largos, es necesario realizar frecuentes paradas. Los chicos se cansan fácilmente y antes de detenerse es necesario encontrar siempre un lugar seguro en el cual detener el vehículo antes de sacar al niño de la butaca.
  • Por razones de seguridad, es necesario evitar darle comida al niño durante el viaje, en especial chupetines, helados en palito o cualquier otro alimento con palito, ya que en caso de accidente o frenada brusca podrían herirlo u obstruir su aparato respiratorio. Atención también a los objetos que use para entretenerlo durante el viaje, podrían resultar peligrosos en caso de frenada o accidente. Es preferible utilizar juguetes blandos. También es importante no transportar en el coche objetos sin fijar, que en caso de frenada podrían golpear accidentalmente al niño.
  • Seguir concienzudamente las instrucciones de uso incluidas en el producto. Sólo un uso correcto (montaje de la butaca de seguridad en el coche y fijación del niño a la butaca) puede reducir el riesgo de lesiones graves en caso de accidente.
  • Verificar siempre la correcta instalación de la butaca con los cinturones de seguridad del coche y que éstos últimos estén correctamente tensados.
  • Según las estadísticas sobre los accidentes, la posición más segura para montar la butaca de seguridad es el asiento trasero, preferiblemente el central –la mayoría de las butacas de seguridad requieren necesariamente para la instalación el cinturón de 3 puntos, que no se encuentra en el asiento trasero de todos los autos–, como alternativa se puede elegir el asiento trasero derecho (lado de la vereda).
  • En caso de que el automóvil haya quedado expuesto al sol, comprobar antes de acomodar al niño en la butaca de seguridad que las diferentes partes de la misma no se hayan sobrecalentado.
  • Controlar periódicamente que el niño no abra la hebilla del cinturón de seguridad y que no manipule las partes de la butaca de seguridad.
  • Cambiar siempre la butaca de seguridad si ha sufrido un accidente, incluso leve. Podría haber padecido daños estructurales que podrán comprometer sus características de seguridad.
  • Los cinturones de seguridad de la butaca deben estar siempre tensados de forma correcta, pero sin comprimir el tórax del niño. Para calibrar el tensado adecuado es necesario considerar que entre la espalda del niño y el respaldo debe quedar espacio suficiente como para que un adulto pueda introducir la mano.

El Observatorio Chicco tiene como objetivo visualizar el uso de los productos de la marca en la cotidianeidad y evaluar la eficacia de sus prestaciones y las mejoras que pudieran tener los mismos. Dicho observatorio sigue el desarrollo del bebé y del niño durante los primeros años de vida, con la colaboración de madres, pediatras, neonatólogos, parteras y guarderías, para proponer y desarrollar productos simples, seguros y específicos para cada fase de su crecimiento.